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Inglaterra

Finalmente en la capital de aquel reino, el país que vio nacer a Elizabeth, y quien la vio irse también. El país que la vio sonreír, llorar, y arrepentirse de muchas cosas, entre todas, no haber matado al bastardo de Ruthenfourd.

— Es un poco ... Frío, ¿no crees? —Mizu habló mientras miraba la ciudad. Traía una ropa diferente, algo que lo consiguió en el almacén del barco.

— Bueno, en Japón también hace frío ...— La rubia rió un poco mientras avanzaba entre el puerto, donde habían muchos comerciantes ingleses y algunos de otros países europeos. Llevaba una ropa diferente a su habitual yukata japonés, ahora vestía un vestido accesible para cualquier mujer europea.

—... Tienes razón, pero, aquí es demasiado gris. —Respondio la pelinegra mientras seguía a Elizabeth entre toda la multitud.

Las calles estaban pavimentadas y mostraban carreteras para los carruajes que solían pasar por ellas, grandes edificios y un olor a pescado que se podría sentir a kilómetros

— Hay un puerto pesquero cerca, esto es solo la zona comercial —Hablo la rubia, como si supiera los pensamientos de Mizu.

Al ver su rostro, ella supo que había acertado en el pensamiento de la pelinegra, sonrió gentilmente ante su confusión evidente.

—¿Has estado aquí antes?

—Si, pero solo fue una vez hace mucho.

Mizu no pregunto más, siguió avanzando al notar la sonrisa de elizabeth, por alguna razón la hacía sentir inquieta. No, no solo inquieta, la hacía sentir ... Muchas cosas, en especial en el estómago, como si deseara comer ... Pero ella sabía que no tenía hambre.

Ambas mujeres empezaron a caminar en dirección a la frontera de la ciudad donde se encontraban, tenían que ir a Londres la capital de Inglaterra.








Pov: Elizabeth



— ¿Que harás cuando llegues a Londres..? Digo, aparte de matar a los hombres que quieres matar. — dije  mientras veíamos la ciudad, ví algunas pastelerías, definitivamente quería comer un pastel ahora ...

Oh, lo recordé, la vez que fui a comer un pastel ... Y actúe como una dramática...

Mire a mizu, nunca me cansaría de verla. Se veía tan linda ...

—Debemos encontrar una forma de llegar más rápido hacia Londres.— dijo Mizu, interrumpiendo mis pensamientos sobre ella. — Y cuando lleguemos ... Tenemos que buscar un lugar para dormir, y dinero y...

La interrumpí, pensando en algo. Siendo sincera, no lo quería, no quería hacer lo que estaba a punto de decir pero ...


... Sí era por ella , podría hacerlo.




—Podemos ir a la casa de mis padres ...— Murmuré repentinamente, al igual que mi pensamiento que llegó de forma abrupta a mi mente. — Su casa ... Está en Londres.

Mizu me miró con los ojos abiertos, ¿Porqué? Se veía sorprendida, y no lo entendía, ¿Por qué te ves ...

No es necesario.

Su repentina voz, madura y suave, hizo que la mirara con sorpresa.

— ¿Qué ...?—La miré, mientras mis cejas se contraían involuntariamente. —¿Porqué? Lo necesitamos, tienen ... Muchas habitaciones, y pueden darnos comida ...

Sugerí, mientras me ponía ligeramente nerviosa sin darme cuenta, y sin saber el porque. Tal vez si lo sabía, ¿Acaso ella sabia sobre mi vida? No, era imposible, porque nunca se lo conté.

— Tu... ¿Quieres ir a esa casa? —Preguntó con voz suave, mirándome. Por un momento, me perdí en sus azulados ojos, de un color profundo, sus facciones ... Finas y notablemente originarias de asia, y sus pestañas negras ...

Me sonroje débilmente, mirando el suelo. Siendo sincera, no quería verlos. Y tampoco ... Ni tampoco verlo, a ese hombre ...

De tan solo pensarlo, me dan náuseas y siento que mi cuerpo se contrae.

— Yo ...— Mire débilmente a Mizu, sin saber que decir. Incluso si no quería, incluso si deseaba a muerte no verlos, y no verlo... Debía, por ella, no dejaría que pasará hambre, aunque probablemente se le ocurriera algo, como siempre. — Iremos.

Solté, forzando un rostro de confianza.

Mizu pareció verme insegura, y sonreí débilmente. —¿Por qué me miras así...?— Pregunté, acercándome un poco a su rostro mientras alzaba una ceja, un poco juguetona.

—... Tu expresión hace poco ... —Mizu me miró, suspirando. Me sorprendió verla sin alejarse de mi, como usualmente hacia. — Era terrible, por eso lo digo.

Alce ambas cejas. —¿Lo era?— Dije medianamente sorprendida, no pensé ser tan expresiva. —Lo siento, solo pensé ... En cosas.

—Eso me preocupa. —Solto ella, haciendo que la viese. —Puedes ... Confiar en mí. —Dijo en un murmullo, cosa que escuche claramente. Vi su rostro, y ella estaba ligeramente evitando verme, y no pude evitar fijarme en sus orejas ... Rojas.

Sonreí al verla así, ¿Era tímida? Eso era aún más tierno, recuerdo los primeros días, donde ella solía ser fría y distante ...

Linda.

—¿Qué? —Dijo Mizu, alzando una ceja.

Eres linda. —Dije, está vez más clara.

Al ver su rostro, desconcertada, reí ligeramente.

— ¡Eres linda! Eres muy linda ... Eres como el invierno, y yo amo el invierno.

— Tu ... Deja de decir tonterías, o te golpearé. —Amenazo Mizu, volteando su rostro. —Lo digo en serio.

—¡Que mujer más agresiva! —Dije entre risas, definitivamente no iba a parar, su rostro era hermoso. — Linda, linda, linda. Eres la mujer más hermosa que haya visto, y eso que me he visto al espejo muchas veces. —Bromee, sonriendo abiertamente al ver su rostro enfadado.

— Realmente eres ... —Murmuro ella, tocando su sien. —Deja de decir eso ... No soy linda. —Ella cubrió su rostro, haciendo que no pudiese verla.

Seguíamos caminando, viendo zonas comerciales, pastelerías, tiendas de ropa, y distintas cosas. Había niños corriendo de un lado a otro, mientras que hombres y mujeres caminaban.

Deje de sonreír al escucharla. —No digas eso, nunca más lo digas. —Fruncí el ceño,— Eres la mujer más hermosa que podría haber visto, y me gustas.

Mizu clavo su mirada rápidamente en mi, viéndome incrédula. —¿Qué ...? —solto ella, viéndome perpleja.

Ahora que lo recordaba, nunca le había dicho que le quería, que la deseaba. Cuando la conocí, fue como el invierno, y ahora, se siente como la primavera ...

—Me gustas. —Dije seriamente, mirando sus cejas fruncidas, aún así, ya no le tenía miedo a su rechazo. —En muchos sentidos, te amo.

Ella de repente paró de caminar, mirándome incrédula. ¿Era algo difícil de creer? Solo seguía a mi corazón y a mi mente.

"El Invierno En Japón" | Mizu | Blue Eye Samurai | Mizu X Personaje.| FemxFemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora