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Pov: Mizu
Cargue a Taigen en mi espalda, y me tire hacia la ventana. Caímos en la fría agua, se sentía como si mi piel fuera perforada por el frío líquido y, mi cuerpo más que adolorido ya no daba más como para salir de allí.
Estaba luchando para salir, por no cerrar los ojos pero ... Al final no pude.
Lo último que ví fue, una mano que parecía querer rescatarme.
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Cuando desperté, el dolor apareció tan rápido como si fuera a la velocidad del sonido. Mi mirada inspeccionó el lugar, nunca lo olvidaría . Lo reconocí rápidamente.
- Padre espada ... -Le mire, Ringo al notar que yo había despertado salió de la casa, quería disculparme pero fue inútil.
Gruñí al sentir el dolor cuando intentaba levantarme, quería acercarme al anciano.
- No te levantes. -Ordeno, estaba sentado frente al fuego, como si lo sintiera. -Un alma terca ... -Murmuro, giró su cabeza hacia donde estaba sentada y me empezó a regañar.
- Tienes un alma terca. -Dijo con un tono preocupado, aunque, no sabría decir si estaba decepcionado. Aunque mi corazón esperaba que no fuera así. -Justo como la de el. También es un terco.
Abrí los ojos con curiosidad y voltee mi cabeza, mire a Taigen que aún estaba inconsciente pero, sus heridas ya estaban curadas.
- ... Tengo que hacerlo.-Murmure decidida.
Se lo prometí a mi madre hace mucho tiempo, luego, me lo prometí a mi misma.
Que, esos hombres morirían por mis manos.
- Uhm... -El anciano no respondió más, solo giró su cabeza y se concentro en golpear el metal frente al fuego.
