En definitiva, hace días vengo observando, ni más ni menos, que a un rarito.
¿Y por qué?
Simple. Quiero estar con él.
Y saben, el no poder hacerlo es frustrante, convirtiéndose en mi primer problema.
Porque tengo dos.
El segundo es que estar con Ken...
Murmuré bostezando falsamente, dejando caer mi brazo por sus hombros. Pensé que Kenma se asustaría o algo, sin embargo solo siguió viendo la película y comiendo palomitas como si nada.
Qué difícil es este hombre, por Dios.
Resignado, decidí empezar a acariciar suavemente su hombro, pensando que quizás así él se daría cuenta de que estoy literalmente tocándolo.
—Oh, adoro esta parte.
Dijo ignorándome. Yo suspiré, sintiendo que todo me estaba saliendo peor que mal.
Kenma se acomodó, pegándose un poco más a mí y siguiendo como si nada. No debería dejar de lado el hecho de que mi corazón se aceleró ante eso, seguramente por la emoción de saber que no había fallado por completo en mi estúpido plan. Y vamos a pensar eso solamente ¿bien?
Se supone que no se tienen que olvidar que él no me gusta.
En fin...
Decidí concentrarme en la película, la trama era el típico cliché romántico: Dos mejores amigos, al chico le gusta la chica y no sabe que la chica gusta de él. Se besan, sus padres los descubren, drama y graduación. Fin. Es tan típico que realmente me da sueño.
Kenma bostezó y luego comió, tan concentrado en la película como un gato con su presa. Yo hice lo mismo, ¿qué más da? Al final terminé pegándome con el tema, sintiendo ternura por la dupla protagonista. Era muy romántico todo.
Casi al final, me sentía atraído por la trama. Había dado un giro argumental que me había llamado la atención, así que disfruté los último minutos de la película, comiendo palomitas y con la paz de Kenma sobre mí.
—Me gustó, no le tenía fé pero estuvo buena. ¿Y a ti?
Pregunté mientras los créditos comenzaban a aparecer en la pantalla. Como no tuve respuesta de su parte, fruncí el ceño y lo miré.
Estaba dormido.
Oh.
—Oh...
Se veía tan tierno estando así. Sus ojos cerrados, sus pestañas pareciendo largas, su nariz refinada y sus labios entreabiertos. Sin pensarlo, acomodé un mechón de su cabello atrás de su oreja y sonreí.
Qué.
Tetsuro regresando a Tierra, ¡No te desconcentres!
Parpadeé atontado y asentí.
—Ken... —murmuré agitándolo suavemente. Él se quejó y se acomodó todavía más—. Vamos, no te duermas sobre mí...
Me quejé, pero Kenma tuvo el descaro de abrazar mi brazo. Yo sentí mi rostro arder y bufé, regresando la mirada a los créditos de la película. ¿Qué se supone que tengo que hacer ahora?
¿Sacarle una foto dormido, subirla a internet y quedar como el chico más romántico del mundo?
Podría, pero mi popularidad...
La segunda opción que se vino a mi cabeza fue cargarlo y acostarlo.
Tampoco soy tan idiota, ¿saben?
Bufé molesto. Esto no lo hago por cualquiera, ni siquiera por alguien que me ha gustado realmente.
La cargué en mis brazos como si fuera un príncipe y con lentitud subí las escaleras, dándome cuenta que no pesa mucho. Kenma es delgado y pequeño, como un gatito bebé.
Lo acosté sobre su cama y luego me acosté en la mía, suspirando al notar como él se daba vuelta, dándome la espalda.
Sí... Estoy fallando horriblemente en mi plan.
Kenma es más difícil de lo que pensé.
Y por alguna razón, no quiero hacerle nada. Es un buen chico, ¿saben? Quizás no confía en mí y sus comentarios son más irónicos que otra cosa, pero no parece de los malos. O mejor dicho, de los idiotas como yo.
Creo que desechar mi plan sería lo mejor solo si...
—¿Cómo llegué aquí?
Regresé a la realidad cuando escuché la voz suave de Kenma. Sonreí falsamente y lo miré.
—Te dormiste, así que te traje aquí —respondí—. Aunque si debo ser sincero, te veías muy cómodo en mi brazo.
—Claro que hay helado —refunfuñó levantándose. Creo que se olvidó que yo estaba acostado en el suelo, porque se bajó y al chocarse conmigo, cayó—. ¡Ah!
Y yo, en vez de ayudarlo, comencé a reír.
—¡Eres tonto! —se quejó pisándome. Yo reí con dolor incluído—. ¿¡Por qué estás tan pegado a mi cama!?
—¡N-no puedo! ¡Cómo... cómo te caíste, qué gracioso!
Kenma me miró molesto, pateándome. Yo seguí riendo y tomé sus piernas, tirándolo hacia mí solo para molestar.
Pero no pensé que sería tan fácil de manejar y terminaría encima mío.
Borré mi risa al instante que me encontré con sus ojos.
Fue extraño, porque nos quedamos viendo entre la oscuridad. Y por alguna razón, no quería alejarlo de mí.
En ese momento, el plan no pasó por mi cabeza. Mi mente estaba en blanco, solo podía concentrarme en Kenma y...
—Iré a buscar los helados, idiota.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
HOLA AMORES
cómo están? disculpen la tardanza, estoy pasándola mal con los horarios últimamente 😭
Espero les haya gustado!! poco a poco empieza el amor 👀