En definitiva, hace días vengo observando, ni más ni menos, que a un rarito.
¿Y por qué?
Simple. Quiero estar con él.
Y saben, el no poder hacerlo es frustrante, convirtiéndose en mi primer problema.
Porque tengo dos.
El segundo es que estar con Ken...
—Lo lamento. Mucho. En serio —suspiré. Sentía las gotas de agua deslizarse por mi espalda—. No quise besarte, Kenma. No sé por qué lo hice pero... en serio, lo siento tanto. ¡No lo volveré a hacer!
Alzó la mirada. Esta vez sí noté algo: Sus mejillas se habían tornado rojas.
—Eres mi amigo solamente.
Continueé. Kenma asintió y miró la tarta de manzana.
—Mejor comamos eso.
—No, no cambies de tema —Él suspiró y me miró—. Por favor, perdóname. No debí hacerlo, en serio.
—Ya, está bien. ¿Me das la tarta?
—¿¡Solo eso te interesa!?
Kenma soltó una risa y asintió tomándola. Yo bufé. Por alguna razón, sentía que todo sería incómodo de ahora en adelante.
Cuando nos sentamos en la cocina, mientras él comía en silencio, yo lo observaba con ganas de irme a casa. Desafortunadamente no podría porque llovía demasiado y papá me mataría si sabía que caminaría abajo de la lluvia. Otra vez.
—¿Podrías parar?
Algo que había aprendido hace poco es que Kenma no tenía demasiada paciencia. Incluso con su voz fina y su forma de ser, hablaba de manera brusca cuando se cansaba de algo. Por eso, yo me exalté.
—¿Q-qué?
—Deja de mirarme. Ya te dije que te perdonaba y lo sigues pensando, eres insoportable.
Fue sincero. Leyó mi mente.
Suspiré.
—Lo siento.
—Y ya deja de disculparte.
—Está bien, lo siento.
—¡Kuroo!
—¿¡Qué!? ¡Perdón!
—¡Basta!
Creo que esa pequeña discusión fue lo que nos devolvió a la normalidad. Para los días siguientes, regresé a mi rutina de almorzar a escondidas con él y entendí que no debería ser un idiota por un tiempo, suficiente con su clara incomodidad después del beso que trágicamente no recuerdo.
—¿Planeas invitar a alguien al baile?
Preguntó en alguno de esos almuerzos. Yo lo miré y luego regresé mis ojos a la comida.
—No lo sé. Tampoco es que estoy muy interesado en ir. Tengo que estudiar para la universidad y todo eso.
—Yo pensaba en ir —respondió tranquilo—. Solo por la comida.
—Tiene sentido —reí—. Dime si vas e iré.
Por unos segundos, Kenma se me quedó viendo. Yo le devolví el gesto suavemente confundido.
—¿Todo bien? —decidí preguntar. Parpadeó y asintió.
—Sí, todo bien.
—¿Quieres que vayamos al baile juntos?
Pregunté pensativo. Esta vez, no me estaba aprovechando de la situación. Y sé que la pasaría bien con Kenma ya que tenía un humor parecido al mío. Trágicamente sé que jugaría en contra de mi reputación; como dije antes, no suelo ir acompañado ya que estoy con todo el mundo. Y eso es aburrido y cansador.
—¿Por qué tanta insistencia? —volvió a mirarme. Noté que Kenma no hacía contacto visual por mucho tiempo—. ¿No tienes a nadie o qué?
—No es eso —bufé. Qué difícil que es este chico—. Solo pensé que sería una buena idea que fuéramos juntos. Podríamos reírnos de los vestidos feos y lo ridículos que se verán algunos mientras comemos.
Kenma sonrió de lado.
—Es una buena idea, Kozume —le devolví el gesto. Él tenía una mirada divertida—. Después podríamos irnos a mi casa y hacer maratón de películas y videojuegos, ¿qué te parece?
Si tengo suerte, esa noche podría concretar mi plan.
—Está bien.
Kenma aceptó dejando sus palillos a un lado. Yo lo miré sorprendido: seriamente pensé que me mandaría a la mierda. No era una persona de mucha paciencia y menos conmigo, que lo molestaba cada dos segundos por cualquier estupidez relacionada o no con él.
—Pero invítame enfrente de todos.
—¿Qué?
—Sí —La campana justamente sonó así que él se levantó—. Si me invitas enfrente de todo el mundo al baile, iré contigo.
Hijo de puta.
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kuroo te quiero mucho pero sos un bokudazo
HOLAA ME QUEDÉ DORMIDA EDITANDO EL CAPÍTULO PERDÓN
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cómo están hoy? espero tengan un buen fin de semana ❤️