—Kuroo-san, Kenma-san se negó incluso cuando le insistí. Lo siento mucho.
Suspiré y negué, amargado. Recién pasa un día de conocer a Kenma y ya se me está haciendo demasiado tediosa la situación.
—Si le sirve de algo, suele almorzar en la mesa de allá. Podría ir y hablarle usted —señaló. Asentí.
—Gracias, Lev.
El chico asintió, sentándose frente a mí y observando a Yaku leer el mismo libro que ayer. Yo solo observé en dirección a Kenma, preguntándome qué tenemos mal mi grupo de amigos y yo para que él no quiera acercarse.
Tendría sentido lo insoportable y ruidosos que somos. Tora grita mientras come, Lev molesta y Yaku se queja de nosotros cada dos segundos. Mi risa de mierda no ayuda tampoco... Y el sentido de humor malísimo de Inuoka tampoco. Somos un desastre pero tenemos buen corazón, ¡lo juro!
—Iré a hablar con él.
Yaku, sin entender, me observa irme apurado. A mí no me importa mucho y solo me dirijo a Kenma con el pensamiento de que tengo que acelerar las cosas.
—Hola.
Con una mirada que parece ser monótona, el rubio alzó la vista y luego de ver quién era la persona que lo saludaba, decidió volver a su tarea.
—¿Qué haces? —pregunté sentándome frente a él.
—Tarea.
—¿De qué?
—Química.
—¿Puedo ayudarte?
—Si quieres.
Me mostró sus ejercicios. Como el gran fanático de los protones que soy, decidí negar y tomar su lapiz.
—Todo este cálculo está mal —acoté señalando—. Primero que nada, el producto es el resultado, no la suma —señalé—. Y segundo, el coeficiente de esta ecuación es dos, no cuatro.
—Pensé que se sumaba.
—No lo hace. No lo hagas —Lo miré y él asintió—. De hecho, esto no es tan complicado si lo entiendes correctamente. Supongo tienes clases con el profesor Teisho y entiendo que te vaya mal si él explica mal.
Kenma sonrió. Diez puntos para mí.
Tiene una sonrisa bonita.
—Tienes razón —murmuró sincero, volviendo sus ojos a la hoja—. ¿Y qué tengo que hacer aquí...?
Sin darme cuenta, pasé todo el receso divirtiéndome con química, explicándole a Kenma. Fue algo loco, porque la pasé realmente bien y me gané una sonrisa por parte de él antes de irse a su lado. Hoy aceleré mucho en el plan y estoy realmente feliz.
—¿Quieres almorzar con nosotros?
—No.
¿Por qué lo dije?
Esos pasos que adelanté... Bueno, volví atrás.
En el segundo receso del día, me encuentro a Kenma en el pasillo y tengo la mala idea de invitarlo a comer con los chicos, pero se niega. Simplemente no entiendo por qué.
—¿Odias a mis amigos o qué? —pregunté sincero. Él negó.
—Solo no son mi ambiente. Y tú tampoco, ya te lo dije —bufé. A Kenma no le importó—. Sigo sin entender por qué me estás hablando.
—¡Te dije que quería ser tu amigo! —exclamé. Él no lucía convencido—. ¿Y qué? ¿Qué se supone que haremos lo que resta del receso?
—¿Tú? No lo sé, no es de mi incumbencia.
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Difícilmente, Kenma¹ | Kuroken
FanficEn definitiva, hace días vengo observando, ni más ni menos, que a un rarito. ¿Y por qué? Simple. Quiero estar con él. Y saben, el no poder hacerlo es frustrante, convirtiéndose en mi primer problema. Porque tengo dos. El segundo es que estar con Ken...