En definitiva, hace días vengo observando, ni más ni menos, que a un rarito.
¿Y por qué?
Simple. Quiero estar con él.
Y saben, el no poder hacerlo es frustrante, convirtiéndose en mi primer problema.
Porque tengo dos.
El segundo es que estar con Ken...
Kenma iba ganando en lo que sea que teníamos. Y me enojaba conforme pasaban los segundos. ¿Él siempre supo de mi maldito plan?
Bufé.
—¿En qué piensas tanto?
Otro aburrido día de entrenamiento.
—En cómo me gusta meterme en problemas.
Contesté malhumorado. El tema de Kenma estaba carcomiendo mi cabeza. Ya no sabía qué hacer, estaba desesperado y no encontraba una solución a lo que pasaba.
—¿Necesitas ayuda con algo?
Yaku no me entendería. Las cosas estaban yendo demasiado mal.
—No.
Y sin ganas de respirar, me fui directamente de ahí.
En la noche de ese mismo día, me quedé despierto en mi cama, preguntándome qué hacer. ¿Realmente Kenma sabía lo que estaba haciendo o yo había dicho otra cosa?
—¡Es eso!
Me senté en la cama de repente.
Si finjo que él me gusta y se lo cree, me salvaré. Porque algo que sé muy bien es que no me quiero alejar de Kenma. A pesar de mis segundas intenciones, es un buen chico. Me gusta su forma de ser, tiene una personalidad un tanto extraña y es divertido. Claro que cuando se levanta de mal humor las cosas no son divertidas pero hasta me gusta molestarlo en esos momentos.
Suspiré.
¡No me gusta, cállate!
Tuve que esperar dos días para verlo otra vez. Por alguna razón, un día de esos faltó a la escuela así que tuve que quedarme con las palabras en la boca. Sin embargo, cuando lo vi almorzando tranquilamente en la cafetería yo supe que esa sería mi oportunidad para hacer que todo vuelva a la normalidad.
Por más vergüenza que me dé esto.
Sintiendo un estúpido nudo de nervios en mi estómago, como si lo que fuera a hacer fuera real, me acerqué con mi bandeja. Kenma me divisó a lo lejos y sin importarle algo rodó los ojos, poniéndose sus audífonos. ¡No me ignores, eso me molesta!
—Bien —Me senté frente a él. Kenma siguió con su tarea—. Kenma, me gustas.
Él me ignoró.
Me estiré para sacarle los audífonos.
—¡Oye!
—Me gustas —repetí más firme. Ignoremos el hecho de que me costó decirlo otra vez. Mi rostro arde, auxilio—. Me gustas, Kenma. Lo siento.
—¿Y tú piensas que te voy a creer?
Por Dios, ¿¡por qué es tan desconfiado!? ¡Déjate amar, maldito!
—Escucha —respiré hondo—. Creerme no lo harás y tampoco quiero que lo hagas porque fui un idiota. Pero hablo en serio cuando digo que me gustas.
Él me miró como si estuviera aburrido de mi comportamiento pero aún así su rostro comenzaba a tornarse rojizo. Es tan tierno.
—¿Y por qué?
—¿Por qué qué?
—¿Por qué te gusto? —preguntó encogiéndose de hombros. Yo tragué con fuerza, sintiéndome cada vez más avergonzado—. ¿Sin palabras?
—Kenma, vamos.
Bien, el primero que se burle de lo que voy a decir se va a ganar mi odio.
—Me gustas porque eres tan difícil que me haces buscar más y más formas de estar a tu lado.
Sinceridad ante todo. Qué vergüenza. Voy a llorar.
—Porque no puede ser posible que estés tanto tiempo en mi cabeza —pasé mis manos por mi cabello frustrado. Necesito expresar más—. Y que cada vez que te acercas a mí, literalmente desestabilizas mi mundo.
—¿Y qué más?
—¿No es suficiente? —murmuré.
Kenma soltó una risa amarga y negó, levantándose. Yo me le quedé viendo confundido. Tantas emociones en un segundo y su mirada desilucionada lastimándome más de lo que debería.
—Incluso aunque vengas con un traje y una rosa nunca seré capaz de creerte, Kuroo.
Y con eso, se puso sus auriculares y tomando sus cosas se fue.
Eso sí que dolió.
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BUENOS DÍAS!
Nuevo cap! realmente lamento la tardanza :[
espero les haya gustado!! gracias por todo el apoyo siempre, son un amor. los amoo o o o o
acuérdense de pasarse por las demás historias de esta saga! y les recuerdo que pueden seguirme en Instagram (ozkuroo_) que ahí subo boludeces, datos curiosos, etc etc etc >:)
