☆Capítulo 32☆

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Mikhail no dijo más del tema y se limitó a regalarme una sonrisa animadora. Aunque se supone que estaba seguro de ir, aún había una pequeña duda en mi corazón, como una espina que se incrustaba cada vez más profundo que antes.

Después, me abofetee mentalmente más de cien veces y me recompuse en mi lugar. Me había dado cuenta de algo terrible. Todas estas sensaciones horribles y nuevas que estaba sintiendo, me estaban poniendo en la orilla de la locura. Todo por una persona que no hace mucho acababa de conocer. Estaba actuando exactamente como las chicas que se enamoran de su crush prohibido en primavera y no dejaban de chillar tímidamente. Se sentí como un idiota de repente, pero también me armé de valor ciego.

- Es sólo una salida - Me dije a mi mismo. El miedo y terror habían desaparecido por completo, y ahora estaba mucho más tranquilo que antes. Incluso estaba imaginando qué era lo que Fyodor quería hacer conmigo. Me imaginé todo como una salida que podría hacer con Mikhail, y me sentí extremadamente confiado y seguro. Entonces estaba un poco aliviado ahora.

La hora llegó, y a diferencia de antes, yo estaba relajado y seguro de mí mismo. Mikhail hace mucho que abandonó la habitación, con la excusa de salir a tomar aire fresco, pero jamás regresó después de eso. Supuse que me había abandonado a mi suerte. Mi vestimenta se limitaba a las reglas sin sentido del reformatorio, una simple camisa blanca y un buzo blanco también. Era demasiado fácil ensuciarme de esta manera, por lo que me volví demasiado cauteloso con ese tema. Mi ropa me hacía ver cómo una caricatura demasiado antigua. Mi cabello era blanco y la ropa era tan blanca como la nieve, además de las zapatillas ser blancas, mi piel también era blanca; me hacía sentir enfermo. Era demasiado blanco en un sólo outfit, pero no podía hacer mucho para cambiarlo. Las viejas monjas, pensaron que era buena idea quitarnos la ropa y darnos conjuntos blancos y aburridos en su lugar. En estas circunstancias, salir al patio a dar una vuelta, se sentía como salir al patio de un centro psiquiátrico.

Mientras esperaba que Fyodor llegara, me senté en la cama a revisar mi celular. Gracias al cielo, aún tenía datos, por lo que entré a mi bandeja de mensajes después de mucho tiempo, llevándome la sorpresa de haber recibido spam por parte de algunos amigos que no estaban enterados de mi internado. Había uno en especial, que incluso pensó que había muerto a causa de una sobredosis de drogas y alcohol, y mi familia lo ocultaba para no perder la cara ante la gente. Me reí divertido con la situación, y dejé que siguieran divulgando rumores estúpidos, de esta forma, aun podría darles dolores de cabeza a mis padres incluso estando en un país diferente.

Estaba tan sumergido en mi celular, que no escuché la llegada de Fyodor. Me levanté rápidamente de la cama y arreglé un poco mi cabello para que no luciera como un nido de pájaros. Caminé hasta la puerta, empezando a sudar por los nervios. Me decidí y finalmente abrí la puerta de la habitación, deleitando mis ojos con la santa imagen delante de mí. Fyodor se veía muy bien en ese traje blanco y aburrido que usaba casi a diario, pero ahora, frente a mí, con ropa más ligera y una combinación de negro y morado, Fyodor no estaba lejos de ser la persona más hermosa del mundo. Probablemente me haya quedado demasiado tiempo mirándolo, porque Fyodor soltó una pequeña risa, y como si estuviera burlándose de mi situación, habló en su lengua materna. - ¿Estás bien? -

Mordí la parte interna de mi mejilla, para que mis emociones más locas no tomaran posición de mí, y asentí desviando la mirada. Ahora me sentía un poco avergonzado. Si no fuera porque la ropa de color parecía estar prohibida en este lugar, habría usado algo más colorido que el blanco. El blanco era mi color favorito, pero en exceso me parecía aburrido. Estaba a punto de salir de la habitación por mi cuenta propia, pero Fyodor tomó mi mano y me jaló hacia él, cerrando él mismo la puerta detrás de mí. No quise decir ni hacer nada por el momento, así que dejé que él se encargara.

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