☆ Capítulo 19 ☆

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Si uso esta letra en un diálogo significa que estan hablando Ruso, ok?

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Después de su visita en la enfermería, Nikolai caminó hasta la cafetería. Aún era temprano, así que tenía la esperanza de que aún estuvieran sirviendo comida.

En cuanto llegó, el hombre delante de él frunció el ceño y lo señaló con su cucharón. - ¿Te atreves a venir luego de haber destruido el lugar? -

Oh.

Sonrió tratando de hacerse el confundido. - Vamos, viejo. No seas cruel con esta pobre alma hambrienta. Desde ayer no he comido nada -

El viejo delante de él lo siguió señalando con su cucharón sin ceder ante su chantaje, y él no era alguien al que le gustara pedir más de una vez. - Puedes meterte ese cucharón por el culo, viejo amargado -

De repente, una mano se apoyó en uno de sus hombros, lo cual lo espantó como a un gato. Volteó decidido a mandarlo a la mierda por el susto, pero cuando se dio la vuelta, Fyodor estaba detrás de él.

¿No escuchó la grosería... o sí?

Fyodor sonrió como siempre, y le dijo algunas cosas al hombre, las cuales Nikolai no entendió por completo porque otra vez hablaban rápido. Maldita sea, debería poner en práctica su Japonés y los Japoneses deberían hablar más lento, así podía asimilar que mierda trataban de decir sin que su única neurona en funcionamiento no explote.

Pero algo que vieron sus preciosos ojos lo hicieron indignarse a niveles dramáticos.

Mientras él se moría de hambre como castigo, Dazai desayunaba tranquilamente junto al enano de su amigo. Al parecer a él tampoco le dieron comida, pero Chuuya le brindó de la suya. - Esto no es justo - murmuró decaído por el hambre y porque en este momento no le molestaría tener un novio.

Estaba a nada de desmayarse por el hambre, y de repente se sumó el dolor punzante en sus manos. Justo cuando pensó que en serio iba a desplomarse, Fyodor lo tomó de la mano siendo consciente de no apretar mucho y lo jaló hasta una de las mesas. Ni siquiera había procesado todo cuando ya estaba sentado en una de las mesas. - ¿Qué haces, Dos-kun? -

Fyodor cubrió la mitad de su rostro con una de sus manos, parecía estar divertido por algo. El albino iba a preguntar qué le causaba tanta gracia, pero Fyodor comentó entre risas (tan calmadas que no parecían risa) - Fue la peor pronunciación en japonés que haya oído -

Frunció el ceño y rodó los ojos. Ahora tenía que soportar el hambre y a alguien que se estaba burlando de su Japonés. ¿Entienden su frustración?

Recostó sus brazos en la mesa y hundió su cabeza en ellos, así murmuró disgustado. - Disculpa, pero me estoy muriendo de hambre, y en lo que menos pienso es en que tan bien pronuncié el Japonés -

No hubo una respuesta luego de eso, por lo que pensó que había sido grosero con Fyodor y este se había molestado, entonces alzó la cara para ver, pero se sorprendió al ver dos platos de comida en su mesa. ¿En qué momento llegaron?

Fyodor alegó. - ¿Qué esperas? Come. Así ya podrás pronunciar mejor, ¿verdad? -

Sinceramente sólo entendió "come" y el resto no le importó.

El haber tenido que pagar para que el cocinero dejara el rencor y le diera la comida que le correspondía al albino, valió le pena al ver su mirada radiante. Al verlo tan concentrado en su comida, se fijó en sus ojos. Ciertamente eran de un bonito color negro, pero no sólo un simple negro aburrido. - Tienes unos ojos muy bonitos -

Dark ReligionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora