Aproximadamente diez minutos caminando, finalmente pudo encontrar a Mikhail. El chico estaba felizmente conversando con Kenji mientras este último cortaba una de las hermosas flores que él mismo había cuidado con tanto esmero y lo colocaba con cuidado en las manos pálidas de Mikhail.
Nikolai no quería arruinar la atmósfera amigable y estaba por darse la vuelta y simplemente irse, pero escuchó un poquito de la conversación y se quedó pensando un buen rato.
—Las personas son como las rosas de un jardín. Crecerán de acorde al trato que se les dé, pero no importa cuánto las cuides, llegará un día en que esa rosa se marchitará y no habrá nada más que las hojas caídas en el suelo y el tallo poroso. La muertes es inminente, Mikhail-san. Sólo aferrate a las hojas dispersas en el suelo y sostén ese tallo débil en tu corazón —
En realidad, no eran sólo las palabras lo que lo habían sorprendido un poco, si no la forma y el brillo muerto en sus ojos mientras lo decía. Ese tipo de mirada era realmente escalofriante. Él había tenido ese tipo de mirada antes, y sinceramente se sentía repugnado cuando se veía en el espejo. Ahora que había presenciado ese tipo de mirada nuevamente, el rechazo e incomodidad acogieron su corazón y lo hicieron sentir pesado. Es como si con ver a Kenji, Nikolai se sumergiera en una laguna de recuerdos sangrientos y dolorosos hasta la médula y lo hicieran ahogarse.
Si tan solo no hubiera recordado parte de su pasado, ¿no sería eso mejor? Era más o menos tranquilo cuando vivía con una sombra borrosa de recuerdos que recaía en sus hombros y era difícil de arrastrar, pero ahora, recordarlo todo disminuía el peso en sus hombros, lo volvía ligero y susceptible a ser arrastrado hacia atrás por sus emociones y recuerdos.
Mikhail era inteligente y sabía muy bien leer las situaciones, pero era algo tonto cuando debía actuar. Bajó la cabeza un corto tiempo y sólo se quedó en silencio unos segundos antes de responder corto y poco preciso. —Tienes razón... —
Kenji sabía que no muchos entenderían sus palabras a profundidad o se atreverían a contestar adecuadamente, así que, atinó a sonreír y seguir con su armoniosa tarea de regar y cortar mientras tarareaba suavemente una canción desconocida en un dialecto difícil de entender para Mikhail.
Mikhail se percató de la presencia de Nikolai a unos cuántos metros, y sólo con verlo unos segundos, supo instintivamente que Nikolai quería contarle algo. Se levantó del asiento y se dirigió a Kenji con una media sonrisa mientras se despedía y este último asentía.
Mikhail metió las manos dentro de su abrigo y caminó con calma hasta la ubicación de Nikolai. Cuando estuvo a solo dos metros, agitó ligeramente la palma su mano a modo de saludo. — ¿Dejaste de espiar? —
Nikolai bufó y rodó los ojos antes de caminar hacia él y caminar ahora hombro a hombro con Mikhail sin una dirección aún exacta. Le contó a detalle todo lo involucrado con la actuación y no fue ni corto ni perezoso.
Mikhail escuchó en silencio y asintiendo de vez en cuando. Cuando el albino dejó de hablar, respondió. — Está bien. No eras tan idiota ya que te las arreglaste para convencer a todos. Muy bien —
Ya que Nikolai no sabía si debía ofenderse o halagarse, alzó los hombros y le restó importancia, luego sólo continuó con la explicación de sus planes. — Iguchi dijo que quería encargarse de la planeación, pero ya que fuí yo quién empezó todo, aún debo ayudarla. Por lo que sé, luego de que Dos-kun nos enlistara, debíamos encontrar a la novicia... Bueno, no recuerdo cómo se llamaba, pero era una rubia, un gran trasero, por lo que la hermanita de Akutagawa me dijo, resalta por su gran pecho, piel canela y ojos verdes. Es muy rara en apariencia, así que, no debe ser difícil encontrarla en un lugar donde todas las novicias parecen sacadas del mismo molde —
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Dark Religion
FanfictionNikolai Gogol, un chico criado en una familia creyente a un dios omnisciente, obligado a creer en esta religión, fue enviado a un internado religioso en Japón, Yokohama. Siendo él un menor de edad, se resigna ante la inminente decisión tomada por Va...