Había transcurrido una hora exactamente desde que les entregaron los abrigos, y ya que era temprano por la mañana, aún no habían desayunado nada. De inmediato fueron llamados hacia el comedor, tomándose unos quince minutos en repartir toda la comida. La gente era veloz cuando se trataba de obtener comida, y en solo veinte minutos la comida había desaparecido por completo.
El mismo grupo de siempre estaba sentado en su misma mesa, comiendo a gusto y charlando de vez en cuando. Cómo siempre, Nikolai estaba sentado junto a Mikhail, frente a ellos Chuuya y Dazai compartían asiento y ocupando el asiento de Sigma porque ese día se había despertado con fiebre, así que estaba descansando aún, Jouno y Tetchou en el borde de la mesa, y Tanizaki acaparando los tres asientos del otro borde en donde usualmente se sentaba Teruko y Akutagawa.
No era un misterio la desaparición de Akutagawa. Era bien sabido que el chico buscaba pastillas casi muy seguido en el consultorio de Atsushi, porque misteriosamente se le agotaban rápido...
-¿Por qué Teruko no está hoy día aquí? Ella es la que más rápido al correr cuando tenemos que comer. Desde ayer en la tarde no he visto ni el mínimo rastro de ella. -quien habló fue Tanizaki, probablemente el único que estaba sinceramente preocupado por la ausencia de Teruko.
Tetchou le dió una gran mordida a su manzana, saboreando el sabor dulce de esta. No estaba interesado en hablar, pero al ver la curiosidad en el rostro de su novio, decidió hablar solo por él. -Se metió en un problema y la castigaron. Aparentemente se peleó con su compañera de habitación y la castigaron o algo así.
No sólo Jouno estaba sorprendido. Todos en la mesa estaban sorprendidos.
Nikolai meditó en silencio, pensando que la situación no era tan descabellada. Teruko incontables veces se había quejado en voz alta de esa desconocida, diciendo que era insoportable y ruidosa. Nunca mencionó nombres porque siempre la llamaba "pequeña perra" o "zorra estúpida" y más insultos con ese vulgar tono de voz suyo. En realidad, al menos esos eran los insultos que Nikolai podía entender. Hubieron decenas de momentos en los que Teruko usaba palabras desconocidas para él mientras maldecía a su compañera. Tampoco estaba interesado en saber de su vida, y nunca la cuestionó. Con las cosas llevadas hasta este punto, ¿era un delito sentirse curioso al respecto?
Mikhail había llegado a las mismas conclusiones que Nikolai, y se unió al cotorreo. -Tiene sentido. Era muy probable de pasar. Sobre esta chica, debe haberla molestado mucho, ¿no? Aunque Teruko tiene un fuerte carácter, no se metía en problemas para salir más rápido de aquí. Me pregunto qué la molestó tanto...
Justo cuando alguien quería dar una respuesta, una sombra siniestra apareció detrás de Mikhail, con el rostro ensombrecido y espantando a más de uno en la mesa. -¿Hablando de mí a mis espaldas?
Inicialmente, por el susto, nadie prestó atención a la apariencia de Teruko, hasta que Chuuya suspiró y la volvió a mirar, siendo el primero en reaccionar rápido. -¿Teruko-san, qué te pasó en la cara?
Los que estaban dándole la espalda a Teruko, es decir Mikhail y Nikolai, se dieron la vuelta, casi atragantándose con sus propias salivas.
Tenía la mejilla muy roja y sangre se derramaba de una herida algo profunda de siete centímetros y de largo. Por la facilidad con la que la sangre se desprendía de su mejilla, llegaron mutuamente y en silencio que la herida era reciente. Su mejilla no sólo estaba roja, si no que tenía algunas salpicaduras de morado y verde, y su labio también estaba roto, y por su expresión, estaba verdaderamente enojada y el dolor punzante incluso le había provocado pequeñas lágrimas en el rabillo de sus ojos.
Dazai fue rápido en reconocer el motivo de las heridas. -Fue un látigo sin duda alguna. -por su voz y rostro, estaba muy seguro, hablando como un experto en las torturas.
Teruko suspiró y se sentó en su asiento de siempre, justo al lado de Tanizaki. -Claro que fue eso.
-¿Pero cómo mierda pasó esto?
Teruko giró en dirección a la voz, viendo que quien preguntó fue Jouno. No conocía mucho a Jouno, porque el tipo era muy callado casi siempre, pero ya que su preocupación parecía ser verdadera, no fue insensible como siempre al momento de responder. -La zorra de mierda me provocó todo el día. Olvídalo, no quiero recordar toda la mierda que decía. Al final, siempre he tenido un límite muy corto y pequeño y la golpeé. Se desmayó, creo, y nadie quiso escuchar mi versión, directamente enviándome al lugar de los castigos. Ya que me negaba a ser el villano en todo eso y dejar como santa paloma a esa bastarda, la monja me golpeó, diciendo que si no admitía la culpa no se detendría.
Nikolai era el único, a parte de Teruko, que había sido castigado, y sintió simpatía, hablando con un tono de voz algo extraño. -¿Te golpeó con el látigo en la cara? ¿Cómo es que te dejó ir?
Teruko se sintió un poco incómoda por el tono de voz peculiar en Nikolai, y desvío la mirada hacia el plato de comida que tenía bajo de ella. Tanizaki le había regalado la mitad del suyo. Agradeció en un susurro y tomó los palillos, tomándose un tiempo antes de responder. -Es así, ella me golpeó con el látigo en la cara. Era un látigo delgado y corto, incapaz de dejarte este tipo de marca. Sólo con diez o quince golpes, a lo máximo te dejará roja la mejilla. Me negué por bastante tiempo, y creo que en total fueron cien golpes, o no lo sé, perdí la cuenta. Fue doloroso, y terminé aceptando la culpa. Me quedé bastante tiempo sentada en el lugar, intentando procesar lo que había pasado. Así, después de un tiempo, me paré y llegué aquí.
Teruko era una mujer de carácter recto como el metal y sólido como el tronco de un árbol, negándose a ceder hasta el final. Debió haberle dolido mucho para incluso haber aceptado la culpa y pisoteado su ego. Debía estar muy afectada ahora, pero no lo demostraba.
Incluso si Teruko se negaba a admitirlo, el dolor debía ser agudo e insoportable, así que la llevaron a la enfermería. Allí, una joven amigable aparentemente latina y recién contratada para apoyar a Atsushi atendió las heridas de Teruko, sin siquiera preguntar cómo se las hizo.
-La doctora Mishel es muy amigable y paciente -Tanizaki suspiró en su ensoñación, y luego se dió cuenta que lo había dicho en voz alta, y se sonrojó. Su sonrojo se debía a la vergüenza de poder ser malinterpretado.
Era gay, aunque nunca lo había mencionado abiertamente. Incluso tenía a su lindo novio esperando por él fuera. ¡Sólo quería recalcar que la nueva doctora era alguien muy amable, ok!
Aún fuera del consultorio y esperando aburridos a que Teruko saliera, no fueron impacientes, quedándose quietos en sus asientos.
Pero Nikolai no se quería quedar quieto por más de cinco minutos, y empezó a caminar por los pasillos, recordando que Atsushi debía estar trabajando, y quería molestarlo un poco, así que caminó unos metros más, viendo por fin la puerta del consultorio de Atsushi. Estaba entreabierta, así que supuso que debía estar desocupado en ese momento. Abrió la puerta y se quedó en silencio.
La imagen que vió fue la siguente: Atsushi estaba siendo presionado contra el colchón de la camilla que tenía ahí, con Akutagawa encima de él mientras ambos se besaban con desesperación y lujuria. Akutagawa mordía y lamía los labios de Atsushi como si fuera un dulce y él un niño, y Atsushi era un desastre de jadeos y gemidos dulces y suaves. Las manos de Akutagawa eran igual de bestiales que su habilidad para besar, y se metían como serpientes escurridizas por debajo de la camisa blanca de Atsushi, acariciando y delineando con la yema de sus dedos la fina y estrecha cintura de Atsushi. Atsushi sólo se aferraba a la espalda y cabello de Akutagawa, como si fuera a caerse, y el pelinegro era su único soporte.
Nikolai cerró en silencio la puerta con el rostro en blanco. -Entonces las pastillas que venía a buscar casi siempre no eran pastillas como tal... -susurró para él mismo, aún un poco sorprendido.
Pero le debía a Atsushi por ayudar en la recuperación de Mikhail, así que decidió hacerse el ciego, y dejar que ellos continuaran en... Bueno, continuaran en sus cosas y solo les deseó buena suerte.
Me los imaginé y quedé así 🔥
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Dark Religion
FanfictionNikolai Gogol, un chico criado en una familia creyente a un dios omnisciente, obligado a creer en esta religión, fue enviado a un internado religioso en Japón, Yokohama. Siendo él un menor de edad, se resigna ante la inminente decisión tomada por Va...