Regresamos a la narración en segunda o tercera ( no sé) persona. No me di cuenta q estuve escribiendo en primera persona (cosa q no me gusta mucho AJDJJA) así q cuando esté desocupado arreglaré los capítulos (q flojera)
Bueno sin más, los dejo con el capítulo.
La experiencia en la casa del terror fue realmente novedosa. Nunca antes había estado completamente en un parque de diversiones, y mucho menos en compañía de un amigo... o en este caso, de un cura.
Fyodor fue muy amable al sostener la mano de Nikolai mientras lo guiaba por el juego, intentando avisarle de los próximos sustos. Sin embargo, a veces, incluso con las advertencias, el susto era inevitable. En total, dejó inconscientes a cinco personas.
Además, descubrieron que el juego no era solo una casa del terror, sino también un laberinto con trampas y acertijos, lo que lo hacía más interesante que las otras casas del terror.
Hubo una trampa en particular en la que quedaron atrapados en una habitación casi completamente oscura. Fyodor dedujo en un segundo dónde se encontraba la salida, pero prefirió guardar silencio y observar a Nikolai mientras este intentaba analizar la situación, mordiéndose el pulgar y dando vueltas en el reducido espacio como un león enjaulado.
El orgullo del albino no le permitía pedir ayuda.
Sin duda, era una atracción interesante, aunque no tanto, pero decente. Por lo tanto, su primera vez en un parque de diversiones estaba yendo muy bien.
Se encontraban a unos metros de la casa del terror, merodeando entre los diversos juegos. Por el momento, ninguno había llamado su atención, así que solo caminaban y conversaban de vez en cuando.
-Entonces, ella apareció en la escuela, completamente calva. Le hicieron bullying hasta que le creció el pelo, y eso demoró más de un año -comentó Nikolai mientras miraba al frente y de vez en cuando a los costados, con la intención de encontrar algo interesante.
Fyodor esbozó una pequeña sonrisa. El menor ya se había acostumbrado a esta particular personalidad de Fyodor, y en realidad le parecía atractiva.
De repente, tuvo una imagen mental de Fyodor usando un uniforme, lo cual le causaba curiosidad, porque Fyodor jamás había mencionado sus estudios.
-Dos-kun, ¿cómo eras en la escuela?
Fyodor no se detuvo en su caminar, pero divagó un poco antes de responder con completa serenidad.
-Nunca asistí a una. Recibí educación de una forma distinta.
Nikolai no quería cuestionarlo, pero su curiosidad era más grande que su racionalidad, por lo que volvió a preguntar tratando de no ser tan directo.
-Hm, ya veo. Supongo que debió ser más divertido que compartir salón con más de veinte simios.
Al recordar que ya no tenía que soportar a sus extravagantes y molestos compañeros, se sintió un poco mejor de estar en un internado irónicamente religioso.
Fyodor giró un poco su rostro para poder mirar directamente al protagonista, o quizás su alma. Luego, ladeó ligeramente su rostro con la duda pintada en su perfecto e inmaculado rostro.
-¿Es así de malo estudiar en una escuela?
¡La oportunidad de quejarse de sus compañeros se presentaba como un milagro del cielo! Hacía mucho tiempo que quería desahogarse y hablar sobre el estrés que le generaba el sistema educativo y los pésimos compañeros que tenía. Así, empezó sus reclamos.
-¡Lo es! Todos son unos idiotas sin cerebro. Son muy ruidosos, escandalosos y metiches. Las mujeres no se quedaban atrás. Sabes, era estresante verlas colgarse en el hombro de cualquier hombre y pretender ser coqueta, cuando lo único que conseguían era volverse un objeto sexual para los idiotas a los que pretendían impresionar. Tenía a dos compañeros que se sentaban detrás de mí, y toda la maldita clase tenía que escucharlos hablar sobre porno, drogas y a cuántas mujeres se habían follado la noche anterior. Además, ¿en serio tengo cara de vendedor de drogas? De verdad que era jodido tener que repetir una y otra vez que yo no tenía droga para venderles... ¡Aaaah y las tareas! Tenía diez tareas en una sola materia, ¿puedes creer? Aunque, no debería quejarme porque nunca las hacía y no me preocupaba por eso. Tenía que soportar sus chistes sobre mi pelo, sólo porque no podía golpearlos delante de los profesores. Un reclamo más sobre mí y quedaría expulsado. En resumen, no sé cómo fueron tus clases, pero no debieron ser tan malas.
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Dark Religion
FanficNikolai Gogol, un chico criado en una familia creyente a un dios omnisciente, obligado a creer en esta religión, fue enviado a un internado religioso en Japón, Yokohama. Siendo él un menor de edad, se resigna ante la inminente decisión tomada por Va...