Pronto dejaron el lugar, separándose después de unos cuantos pasos juntos. Las cosas eran aburridas en este punto. Nikolai sentía que podía morir de aburrimiento en cualquier momento y por cada segundo que pasaba, podía sentir como perdía un año de vida.
Naturalmente, el internado estaba basado en eso. No eran tantas las tareas que los mantuvieron entretenidos, pues se creía que de la meditación venía la reflexión, o ese era el lema grabado en la puerta que Nikolai había visto cuando entraba. Pero una cosa era "meditación" y la otra era "aburrimiento". En resumen, ese grupo de víboras vestidas de blanco y negro, sólo querían matarlos de aburrimiento hasta que decidieran cambiar si querían salir. Las cosas eran así de fáciles.
Nikolai siempre había sido imprudente y obstinado, así que por supuesto que esté tipo de cosas no le agradaban nada, y mucho menos las aceptaría tan docilmente. Prefería morir antes.
Mikhail había dicho que él iría al baño un rato, y aunque le había prometido que no haría nada extraño o algo que atentara su salud, Nikolai aún se sentía inquieto. Se sentó en una de las bancas, mirando el cielo por unos segundos.
El manto celeste cubría la tierra en su totalidad, y el sol los calentaba, pero Nikolai no podía sentir nada de esa calidez. No la había sentido en muchos años, y ahora ni siquiera podía imaginar o fantasear con ello. Era un poco lamentable, pero pronto disipó esos pensamientos desalentadores de su mente, y se repuso en su lugar. Pensó que mirar el cielo solo le hacía sentir pesadumbre, así que miró el escaso pasto que se filtraba por las grietas de cemento en el piso. Haber crecido en un lugar así ya debió haber sido una tarea difícil y por lo tanto admirable, así que merecían al menos diez segundos de observación. Excusas. Sólo quería matar el tiempo mientras esperaba a Mikhail.
Entonces Mikhail salió mientras secaba sus manos con un pedazo de papel. Miró a su mejor amigo mirar tan cuidadosamente el piso, que llegó a pensar que había dinero o algo valioso en el piso, pero luego recordó que Nikolai tenía algo mal en la cabeza, por lo que mirar el pasto en el piso debía ser algo muy normal. Así, se acercó hasta él e hizo aviso de su presencia. -¿Te hice esperar mucho?
Nikolai por fin despegó la mirada del piso y negó, aunque él sentía que había esperado al menos un año. -Dejando eso de lado, debes tomar la medicina otra vez.
Mikhail asintió a regañadientes. Todavía recordaba que Atsushi le había dado las indicaciones tanto a él como a Nikolai, sólo porque no confiaba completamente en el pelinegro. La receta era muy simple así que luego de un segundo de memorizar, la tiró. Sólo debía tomar una pastilla en la tarde y la mitad de otra en la noche. Nada complejo.
Para ambos la tarea fue un poco complicada. Nikolai intentó por muchos medios convencer al quisquilloso Mikhail de que tomara la pastilla.
-Vamos, Mikha, bebe el agua.
-La pastilla disuelta en el agua es asquerosa. Definitivamente no.
-Vamos, Mikha, ¡imagínate a la persona que más amas muriendo delante de ti, y si tomas esta pastilla será la única manera de salvarlo!
-Eres muy imprudente. Esa persona ya está muerta, idiota.
"¿...?"
-Te daré dinero si la tomas.
-¿Más dinero? Aburrido.
-¿Te daré postre si la tomas...?
-El dulce es malo. No quiero caries.
-¡...!
¡Este niño! ¡Ponía excusas por esto y por lo otro! Nikolai podía sentir que su paciencia llegaba al límite con este joven de familia mimado. Estaba teniendo mucha paciencia con su amigo, sabiendo que este solo ponía excusas vagas porque verdaderamente era difícil para él, sólo por esta razón estaba siendo muy paciente con él.
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Dark Religion
FanfictionNikolai Gogol, un chico criado en una familia creyente a un dios omnisciente, obligado a creer en esta religión, fue enviado a un internado religioso en Japón, Yokohama. Siendo él un menor de edad, se resigna ante la inminente decisión tomada por Va...