☆ Capítulo 23 ☆

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Al despertar, probablemente era de noche, según yo. Me levanté rápidamente de la cama e ignoré el dolor que me recorrió hasta la punta de mi cabello para así revisar la hora en el reloj de la pared. Aún no era la hora establecida para que estemos en nuestras habitaciones, por lo que me alivié un poco.

Fyodor aún dormía profundamente en la cama, y creo que no notó cuando me levanté de la cama. Mirarlo ahora sería incómodo, así que me coloqué la ropa a una velocidad imperiosamente y salí huyendo de la habitación.

En los pasillos había muy poca gente. Me tomé el tiempo necesario para pensar en lo que acababa de hacer.

No tendría sentido negar que no me gustó, porque la verdad es que me fascinó todo. No era la primera vez que lo hacia, pero era obvio que esta incluso me había dejado temblando y no precisamente de la emoción.

A la mierda. Me gustó, no tendría problema en repetirlo y ya.

Mientras discutía con alguien en mi mente, llegué hasta la habitación de Mikhail, otra razón por la que regresé y no sólo me quedé más tiempo en la habitación de Fyodor.

Me preocupaba Mikhail. En algún momento me volví incapaz de permanecer bastante tiempo lejos de él.

Cuando abrí la puerta, lo encontré acostado en posición de estrella en su cama. Su cabello estaba húmedo, así que supuse que se había bañado, vestía la característica ropa blanca del lugar, lo que lo hacía ver más pálido y demacrado aún y sus ojos estaban cerrados, pero sabía que estaba despierto -Mikhail, ¿qué se supone que haces?

Él abrió los ojos y sonrió sin motivo alguno, luego abrió la boca para responderme -Te estaba esperando - Su mirada recorrió cada parte de mi cuerpo, en especial mi cuello. No me preocupé en esconderlo y dejé que vea cuanto se le diera la gana -. Vaya, ¿aprendiste mucho Japonés verdad? Tantas lecciones hasta te dejaron temblando...

Fue una tarea imposible no reírme de su sarcasmo y su rostro tan serio, que luego también se fue desfigurando hasta empezar a casi ahogarse de la risa - ¡Cuéntame todo y con lujo de detalles! -

Accedí rápidamente y empecé a contar con lujos de detalles cada cosa realizada - Ah... la manera en la que me tocaba. Fue simplemente hermoso y delicado que casi lloro - Chillé exagerando mis expresiones.

Mikhail se volvió a reír en mi cara y comentó algo que me dejó pensando un buen rato - Si tus papás supieran

Con la mención de mis padres, recordé que sabía muy poco sobre la relación de Mikhail y sus padres, por no decir que no sabía absolutamente nada. No tenía intenciones de ofenderlo, pero no me iba a aguantar las ganas de preguntarle directamente - ¿Mis papás? ¿Por qué quieres saber de ellos? - Expresó confundido.

- Simple curiosidad -

El acomodó un mechón de su cabello detrás de su oreja y pensó por unos segundos. Mientras él acomodaba las palabras en su mente, yo me senté en su cama a su lado derecho aprovechando que anteriormente se había sentado en posición de indio. 

Finalmente respondió - No creo tener una pésima relación con ellos, pero tampoco somos una familia feliz -

- ¿Eres hijo único?

- No

- ... - Según mis pocos recuerdos, había escuchado mencionar a mi padre que Mikhail era hijo único.

- Soy el hijo mayor, sí, pero tengo un hermano menor por dos años en Tailandia con mis abuelos. Antes de que preguntes, está con ellos porque mi padre me consideraba una plaga para él, y así decidió enviarlo a Tailandia cuando tenía diez años a que siguiera sus estudios y no tenga oportunidad de estar conmigo -

Sinceramente no me esperaba una confesión de esta magnitud. También surgió otra duda respecto a esto. Mikhail no era una persona muy cariñosa con todos. Si sus papás lo trataban de esta manera sólo por su hermano, ¿cómo trataba él a su hermano?

- ¿Cómo te llevabas con él?

- Era muy molesto, pero era mi hermano después de todo. Era el único que estaba en casa cuando mis padres no. Jugaba seguido con él. Era muy travieso, y casi siempre rompía algo valioso en casa. Mi papá es amargado por naturaleza y le encantaba tener cosas costosas en la casa. Naturalmente se molestaría si descubría su jarrón con más de cien años de historia hecho trizas, por lo que siempre que pasaba, yo mismo decía haberlo roto. Con el tiempo ellos pensaron que yo era una mala influencia para él y por eso lo enviaron al extranjero. Él era mi único confort al llegar del colegio. Extraño mucho a Faddei, pero esta bien en Tailandia, ¿no lo crees?

No sabía que decir. Sabía que Mikhail no es alguien que se abriera fácilmente con otras personas. El hecho de haberme contado todo esto, me hacía sentir extraño. Sonreí tratando de animarle y él me devolvió la sonrisa.

Luego volví a preguntar más curioso. - Mikhail, sobre tu anorexia y bulimia, ¿cómo es que tus padres nunca se han dado cuenta? Incluso me dijiste que habías estado en el hospital por eso -

La sonrisa de Mikhail jamás expiró, pero el brillo anterior esfumó suavemente. Era una sonrisa muerta y carente de felicidad - Sabes que mis padres son políticos. Siempre están ocupados como para estar en casa para comer conmigo. Fue fácil no comer. Las empleadas lo notaron fácilmente, pero con un "saben quién es el jefe aquí" simplemente dejó de importarles si su joven amo comía o no. Sólo había una excepción por la cual comía...

- ¿Puedo saber cuál?

Su voz dudó por unos segundos, pero luego soltó el aire que tenía retenido y asintió al tiempo en que me respondía. - Mis padres. Muy rara vez tenían tiempo para comer conmigo. Entonces, cuando ellos lo hacían, me sentía extremadamente feliz, así que comía. Pero, esto pasó muy pocas veces. Incluso pueden ser contadas con mis dos manos

- ¿Cuántas?

- Sólo siete veces... Bueno, lo segundo también fue fácil. Tengo dinero guardado, así que sólo soborné a los médicos para que le dijeran a mis padres que los desmayos eran sólo por un golpe de calor y así, entonces ellos sólo pagaban por la atención y volvían a sus trabajos como si no hubiera pasado nada

Nuestra plática continuó por más tiempo, hasta que Mikhail tuvo que irse a dormir luego de posteriormente tomarse las pastillas que Atsushi le recomendó y así acabó la noche para nosotros.

Toda esta plática me hizo pensar en mis padres y la relación que sostenía con mis hermanos.

Mi padre era un hombre recto y gruñón, mientras que mamá era más noble pero fastidiosa a veces. Mis hermanos eran muy molestos, pero creo que eso era lo normal.

Increíblemente, todo aparentaba ser normal, pero ellos no sabían literalmente nada sobre mí. Estaba bien con eso, porque así ellos no se enteraban sobre aquello.

~

La mañana llegó junto a unas monjas golpeando puerta por puerta para quién sabe qué, pero mi mañana se había ido directamente a la mierda desde que ellas entraron sin permiso alguno a la habitación a casi tirarnos de las camas.

Nos reunieron en el patio sin explicación alguna y sólo basándose en darnos órdenes como si estuviéramos en el servicio militar.

Luego de haber estado parados por al menos diez minutos bajo el sol de la mañana, por fin logré entender exactamente el por qué de la reunión repentina menos forzada.

Nos mantuvieron parados sólo para explicarnos que debíamos mantenernos ordenados porque ese día llegaría un señor que supuestamente donaría dinero para el orfanato pero la condición fue ver todo el lugar.

Definitivamente no me quedaría con los brazos cruzados y obediente. Yo tenía que hacer algo.

Dark ReligionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora