11. - 𝘄𝗵𝗲𝗻 𝘆𝗼𝘂 𝗸𝗻𝗼𝘄, 𝘆𝗼𝘂 𝗸𝗻𝗼𝘄

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SANTIAGO TENÍA RAZÓN al no querer pensar mucho en lo que sería el panorama del boliche. Había padecido toda la noche con los pibes que se querían levantar a malvina. Ella era una experta en rebotarlos y él estaba agradecido por ello. Según les había dicho, no quería cortarse con ningún chabón ya que había ido a pasarla bien con sus amigos y eso de alguna manera, lo había dejado tranquilo.

Sin embargo, esos celos le estaban molestando. ¿Quién se creía que era? malvina podía hacer lo que quisiese y él se la iba a tener que bancar porque no eran nada más que amigos. Pero se veía tan linda y quería que fuera tan suya, que era imposible no tener esos sentimientos.

Hoy era un nuevo día y el cuarteto se encontraba disfrutando de una hermosa tarde soleada en las playas de mar del plata.

— Che ¿qué vamos a comer mañana? —preguntó santiago, refiriéndose a la cena de año nuevo.

— Para gordo, deja de pensar en comida un segundo —lo molestó uni— Igual en serio ¿qué vamos a comer? —ahora los tres varones miraron a malvina.

— A mi no me miren, eh —se cruzó de brazos.

— Dale vina, por favor. Vos sos como donato pero versión del conurbano —continuó tomas haciéndola reír.

La morocha suspiró— Bueno, si quieren puedo hacer pastas, no sé y también un postre, algo dulce. —instantáneamente sus amigos aplaudieron como focas e incluso se tiraron a abrazarla.

— Que sería de ustedes sin mí por favor.

Al cabo de una hora, el grupo de streamers estaba tomando licuados para pasar el rato.

La única mujer entre ellos, se quitó su remeron para quedar en una bikini de color verde que le quedaba pintada. Esa acción no fue desapercibida por santiago, a quien uni le dió un leve golpe para que se rescatara y malvina no se diera cuenta que la estaba mirando como boludo.

— Santiago, no —advirtió la morocha luego de que este le pateara arena.

— Santiago, cortala —advirtió por segunda vez.

Y a la tercera se levantó en busca de venganza, estuvieron corriendo como perro y gato por toda la playa tirándose arena entre ellos hasta que a santutu le entró un poco en los ojos. Fue ahí cuando decidieron parar y volver a su sombrilla.

— Da boluda, me re arde —se quejó mientras cerraba sus ojos con fuerza.

— Vos empezaste, pajín —se levantó de su lugar y se acercó al rubio— A ver, abrí los ojos un toque. Mira para arriba —le indicó.

Malvina tomó el rostro del chico en sus manos y sopló con delicadeza los ojos del mismo para tratar de aliviar el fastidio que la arena le estaba provocando. Otra vez se sentían como los únicos en el mundo, solo concentrados el uno en el otro. Germán y tomas miraban la escena y se sonreían cómplices y divertidos. Ya habían apostado a ver cuándo se iban a dar cuenta de lo que para ellos, ya era más que evidente.


































@malvina new instagram post!

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GOLPE DE SUERTE ━━ SantutuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora