13. - 𝗺𝗮𝗴𝗶𝗰

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ESA NOCHE HABÍA SIDO un recuerdo imborrable para los streamers. Para cuando el sol salió y junto con él llegó el amanecer, los jóvenes ya se encontraban durmiendo en armonía. La primera en despertar fue la morocha, quién cuidadosamente se separó de los brazos en los que había dormido acurrucada.

— Buen día —habló malvina mientras observaba con ternura el rostro recién despierto de santiago.

Durmieron abrazados pero ahora la morocha se recostó de lado, apoyando un brazo en el colchón recargando su peso en él y con el otro acomodó las sábanas para cubrir su cuerpo ya que lo único que tenía puesto, era la parte inferior de su ropa interior.

— Hola —respondió el rubio con la voz ronca y una pequeña sonrisa de lado, producto de los recuerdos de la noche anterior que volvían a su mente.

El campo áurico de los dos destellaba colores vibrantes con una energía única que solo se manifestaba cuando estaban juntos, al igual que el brillo en sus ojos cada vez que se miraban. ¿Por qué habían tardado tanto en darse cuenta, en dar el siguiente paso? ahora mismo, ya no les quitaba el sueño seguir preguntándose aquello, sólo querían dejarse llevar por lo que sentían.

El rubio se acercó al rostro de la chica y le plantó un beso en sus labios, el cual correspondió gustosa.

— ¿Dormiste bien? —preguntó santiago mientras malvina le acariciaba el cabello con suavidad.

— Sí, siempre —sonrió sin mostrar sus dientes.

Y aquello era verdad, el insomnio y las malas noches parecían tener fin cuando dormía acompañada del ojiazul.

Malvina quiso bañarse y así fue. El rubio le prestó de su ropa para que estuviera más cómoda y la morocha se dirigió al baño a hacer lo suyo. Luego de ducharse y cambiarse, se miró en el espejo con gracia ya que la ropa de santiago le quedaba realmente enorme. Al salir, se encontró con ragnar y santutu jugando sobre la cama.

— Nene, no seas tan bruto. Mira cómo quedó —lo reto refiriéndose a que dejo al pobre can patas para arriba en un leve empujón que le dio.

— Se tiene que acostumbrar —contestó a modo de broma— Te queda bien mi ropa —la halagó mirándola de arriba a abajo, acto que hizo que malvina se sonrojara.

— ¿Desayunamos? —preguntó vina con una sonrisa cómplice a la que el ojiazul, quién también tenía mucha hambre, no se pudo resistir.





























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Ya se había pasado todo el día, habían estado correteando a ragnar por toda la casa, comieron, pelearon como siempre por cualquier motivo y ahora malvina se encontraba sentada a horcajadas de santiago sin ninguna connotación sexual detrás, simplemente queriendo estar lo más cerca del otro posible.

— ¿Hacemos noche de chicas? —habló la morocha con emoción en su rostro.

— No, no y no. Otra vez no me vas a torturar malvina —sentenció con el dedo índice.

La leonina tenía una capacidad impoluta para que el rubio la obedeciera y le dejara hacer lo que quisiese con él, y así lo consiguió. Primero, le hizo unas trencitas en los rizos dorados de santiago y luego terminó colocándole una mascarilla untada.

— Ahora haceme vos a mí —le ordenó y se acomodó en la cama dándole la espalda.

— ¡Pero si yo ni sé hacer una trenza! —había exclamado el ojiazul, él realmente no tenía idea de cómo hacer un peinado.

GOLPE DE SUERTE ━━ SantutuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora