GOLPE DE SUERTE ━━ Santutu

12. - 𝗶'𝘃𝗲 𝗴𝗼𝘁 𝗺𝘆 𝗲𝘆𝗲 𝗼𝗻 𝘆𝗼𝘂

ESE VIAJE DEFINITIVAMENTE había hecho un cambio en la relación de los streamers. Cada salida, cada encuentro y cada pequeño momento que compartían, se sentía aún más especial que antes. Estaban más nerviosos ante la presencia del otro, era ese nerviosismo inocente que sentimos cuando estamos con la persona que nos gusta.

Esa noche malvina iría a cenar al departamento de santiago luego de una semana sin verse por temas personales, pero en ese momento se encontraba merendando con gianfranco, con quién había acordado salir una vez que volviera de su viaje.

— Che vina —llamó su atención e hizo que dejara su café sobre la mesa— Sos hermosa, lo sabes. Me gustaría volver a tener lo que teníamos antes, te extraño —le confesó mientras la tomaba de las manos.

La joven streamer se sintió extraña. No le gustaba lo que el influencer le había dicho. Se sentía reacia ante su toque. Le hubiera gustado que el que la tomara así de las manos sea santiago y no él. Sí, habían tenido por unos meses una relación de amigos con derechos, pero no más que eso.

— Ay giani —suspiró y se soltó de su agarre— Yo también te extraño, pero como un amigo nada más. Estoy en otra ahora, la verdad estoy muy enganchada con alguien y no me pinta nada esto.

Trató de ser lo más suave posible para no hacer sentir mal a su amigo.

— Creo que me la venía venir ya. ¿Es el pibe de la otra vez, no? —le preguntó.

— ¿Cómo sabes? —le contestó con otra pregunta. ¿Tan obvia era? qué horror.

— Se notaba en como lo mirabas —le regaló una sonrisa el morocho— Y él te mira de la misma manera.

— Que sé yo gian, tengo un quilombo en la cabeza ahora —peinó su cabello con sus manos.

— Nah, nena. Jugatela, no duermas. Se nota que te quiere —aquel comentario le había dado un poco más de fé a malvina.

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Al caer la noche, malvina se dirigió hacia la casa del ojiazul con cierto nerviosismo. Su intuición femenina le quería hablar pero no iba a detenerse a escucharla. Santiago le dijo que ya había pedido lo que iban a comer, hamburguesas y papas fritas. Eran felices con algo tan simple como aquello.

El calor estaba terrible, era pleno enero y estaban haciendo alrededor de treinta y seis grados. Y eso que era de noche. Se meterían en la pileta que el anfitrión tenía, por lo que llevó una bikini y una toalla en su mochila. Cuando estaba subiendo por el ascensor, cayó en cuenta que no había llevado una muda de ropa para dormir. Rápidamente se esfumó ese pensamiento, luego le pediría algo prestado a santiago.

La recibió junto con ragnar, este último corrió con sus pequeñas patitas a saludarla y ella lo alzó para darle mimos.

— Creo que está enamorado de vos —le dijo el rubio, queriendo continuar la frase con un "igual que yo", pero se contuvo.