'si no hubiese sido por el golpe
que se dio santiago en la cabeza
nunca se hubiera enamorado de
la piba que le caía mal'
𝘀𝗮𝗻𝘁𝘂𝘁𝘂 𝘅 𝗳𝗲𝗺!𝗼𝗰
@111sag - 2023
MIENTRAS MALVINA LEÍA con detenimiento su página de inicio en la aplicación del –anteriormente– pájaro azul. Se le estaba armando un desquicio en la psiquis. No se puso a pensar en que una simple foto causara tanto revuelo ¡Pero claro! eran santutu y vina, ante los ojos de su público seguían odiándose a muerte, tal perro y gato, river y boca. Y que de la nada, el rubio subiera a sus redes una foto de ella junto a ragnar en la reconocida casa de sus padres, dio de que hablar.
Estaba sentaba en la cama del ojiazul, su espalda recostada sobre el respaldo y él recostado en sus piernas, ambos con los celulares en sus manos. Leyendo lo que sus seguidores twitteaban, se encontraron con algunos especulando acerca de su relación, otros shippeándolos contentos de que por fin hayan dejado sus rivalidades de lado y por último los peores, los que no apoyaban para nada la relación y trataban a la morocha de "arrimada". No era la primera vez que esto le sucedía, cuando supieron de su amistad con Iván y sus frecuentes streams juntos, la habían tratado de todo menos de simpática. Comentarios llenos de malicia diciendo que era una trola, que solo se juntaba con él por sus seguidores –teniendo los mismos números que ella– entre otras cosas. Esa había sido la mayor causa de que hayan dejado de juntarse a streamear juntos, su amigo siempre la puso primero a ella y a su bienestar, estaba enormemente agradecida por ello.
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Pero ahora era todo muy distinto, porque no se trataba de una simple amistad, ellos estaban saliendo y en sus planes estaba seguir estándolo. Si hicieran o no streams juntos, no iba a ser el problema, iba a serlo afrontar su relación teniendo a gente insultando a malvina de arriba a abajo como si tuvieran derecho alguno de hacerlo, cómo si supieran lo que sentían y verdaderamente pasaba entre ellos. Santiago notó inmediatamente el disgusto en el rostro de su chica y le quitó el telefono para dejarlo en la mesita de noche junto al suyo.
— No leas más, vi. Es peor —le habló mientras se sentaba a su lado y la tomaba de las mejillas, acariciándolas suavemente con sus pulgares.
— Ya sé, san. Pero me pone mal igual y también me frustra —agarró las manos del rubio que seguían sosteniendo su rostro— ¿Qué se supone que hagamos? ¿aguantar esto? —frunció su ceño, cuestionándolo y cuestionándose a ella misma. Algunos seguidores de la morocha, tambien habían atentado en contra del ojiazul con comentarios despectivos hacia su persona y tenía una furia creciendo en su interior que amenazaba con explotar.
— Mira vina, yo no voy a dejar que digan las pelotudeces que estan diciendo de vos, porque es cualquiera ya. Si vos querés, ya, ahora, prendo directo y los mando a la mierda a todos —contestó con determinación.
La joven se deshizo en un suspiro. ¿Él realmente haría algo así por ella? La idea de santiago defendiéndola no le molestaba, pero eso significaría aún más problemas para ambos y lo que menos quería era echarle más leña al fuego al asunto en cuestión. Luego de pensárselo mejor durante unos segundos, concluyó para sus adentros que los que tenían que bancársela, eran los de afuera, no ellos que no estaban haciendo más que amarse.
— ¿Y si? No hagamos nada mejor, que me la chupen los que no quieren que estemos juntos —subió y bajó sus hombros— A parte, son los menos, ¿viste que andan diciendo que somos un enemies to lovers?
— ¿Un qué cosa? —su rostro de confusión hizo a malvina largar una carcajada.
— Es como una temática de libro o película en donde los protagonistas al principio se odian y después se terminan enamorando —explicó y el rubio pareció entender.
— Ah claro, entonces sí, somos eso nosotros.
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En el transcurso de la tarde, el par de streamers se echó una siesta reparadora y necesitada por ambos. Eso siempre los perseguiría. ¿Estar en el ojo público, expuestos a que hablasen tanta cosa cómo se les ocurriera? era únicamente para valientes. Con el pasar de las horas se encontraban ya despiertos, acurrucados en los brazos del otro mientras en la televisión pasaban la segunda entrega de rápidos y furiosos. Inconscientemente aquello los hizo esbozar una sonrisa, recordando la noche de halloween en la que cayeron a la piscina y terminaron expresando su mutuo "odio".
Volvieron a prender sus celulares, que no solo estaban llenos de notificaciones en twitter e instagram por lo acontecido horas atrás, sino que también tenían varios mensajes de sus amigos, quiénes preocupados, preguntaban por cómo estaban. Se limitaron a contestar que estaban bien, que no dirían nada y que la situación era una estupidez enorme porque estaban haciendo conjeturas con tan sólo una historia en instagram. Agradecieron que no les hayan hecho insinuaciones de más respecto a su relación, ellos sabrían cuándo hablar de eso.
El sonido que emitió la panza de la leonina, les hizo saber que era la hora de la merienda. Solo se levantaron para preparar algo de comer. En esta ocasión, dos tazas de chocolatada y unas facturas que ordenaron para que les llegara a la puerta parecía ser la mejor idea, luego volvieron a la comodidad del sommier. El pelirrubio había bromeado sobre algo y malvina se ahogó porque cuando estalló en risas, justo estaba tomando la chocolatada, haciendo que terminara brotando por su nariz y a duras penas lograba respirar. El streamer entre la risa y la preocupación, trató de darle palmadas en la espalda para que recuperara el aliento. Malvina le hizo prometer que la próxima vez que vaya a decir alguna boludez graciosa, esperara a que no esté ingiriendo algo.
En un momento, luego de merendar, Santiago vio una oportunidad para molestar a Malvina y no dudó en tomarla. Esta, había despertado con su cabello todo revuelto y él no podía pensar en una imagen más hermosa que esa. Si le preguntaran, era digna de colgar en un museo.
— ¿Te peleaste con el peine hoy? —preguntó sonriendo socarrón.
— ¿Te levantaste cruzado de la siesta vos? —respondió con molestia, arrugando su ceño.
— Hermosa —contestó mientras se dibujaba una sonrisa ladina en sus labios.
— Te odio —sentenció la streamer con cara de orto.
— Cada vez que decís que me odias no sabes las ganas que tengo de besarte toda hasta que te olvides que lo haces, malvina —habló mientras su vista viajaba entre sus ojos y sus labios.
No era esa la manera en la que la morocha pensó que seguiría la conversación, pero quién era para quejarse. Le encantaba ese lado del ojiazul, y le encantaba ceder ante él, pero siempre sin ignorar el hecho de que también santiago cedía fácilmente a sus demandas.
— Entonces hacelo —le puso firma al contrato que los llevaría a terminar la tarde más agitados que de costumbre.
El rubio no necesitó más que esa respuesta para abalanzarse sobre el cuerpo de la morocha, quedando encima suyo con ambos brazos a cada lado de ella, cargando su peso en ellos para no aplastarla. La miraba con la intensidad azul de todos los mares y malvina no se iba a quedar atrás en su juego. El toque del cuerpo de su contrario la hacía sentir una fiebre en todo su ser, desde las fibras de su cabello hasta las falanges de sus pies. Cada vez que sus grandes y calientes manos viajaban por su cintura, sentía que iba a enloquecer. El camino de lentos besos en su cuello no ayudaban a su autocontrol, la hacían pedir por más, santiago quería justamente eso, por ello la lentitud tortuosa con la que la besaba. Le quedaba más que claro que no solo eran buenos para pelear, sino también para cosas como estas, para tener piel.