18. - 𝘄𝗵𝗲𝗻 𝘁𝗵𝗲𝘆 𝗻𝗼𝘁𝗶𝗰𝗲

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LA MAÑANA SE ILUMINÓ para Malvina con un mail que anunciaba una invitación especial: un evento de Twitch en Estados Unidos. Por suerte no iría sola, Iván también había sido invitado, siendo ellos dos la representación de Argentina. La emoción fluía por sus venas y rápidamente compartió la noticia con Santiago, quien sonrió genuinamente por el logro de su chica.

Ese mismo día, por la noche, se juntarían a tomar en la casa de Gonza para luego ir a la bresh, como en los viejos tiempos. La nostalgia los inundaba al recordar esa noche que tanto había cambiado sus vidas. Ellos, ya estando en pareja –aunque no oficial– no habían comentado nada acerca de su relación a su círculo social. Simplemente para ir viendo como llevaban su nuevo vínculo. Aquello no duraría mucho, puesto que en la juntada que se avecinaba no iban a negar las peticiones que sus cuerpos les imponían y darse un que otro beso. Pero empecemos contando que luego de la alegre noticia al comienzo del día, las cosas avanzaron con el pie izquierdo.

— ¡Vina! —había gritado el rubio desde el living.

— ¿¡Qué querés!? —contestó con pesadez. Estaba todavía acostada y con cero ganas de levantarse aún.

— ¡Bajá enferma! —continuó gritando.

Luego de un largo suspiro y un par de puteadas hacia el culpable de su estrés, con mucha vagancia se levantó de la cama para ir en dirección al living. Fue recibida con un beso en la frente del ojiazul, que hizo que olvidara con ese simple gesto los gritos que la habían despertado.

— Mirá lo que hijo le hizo al sillón —señaló el lugar de la catástrofe y a ragnar, quién los observaba con ojos de yo no fui.

— Es tu hijo también, querido —respondió para voltear a ver el mueble en cuestión— La puta madre.

— Te lo dije.

Estuvieron tratando de limpiar el sofá de una manera muy torpe hasta el mediodía, cuando cansados decidieron ponerse a cocinar algo. Aunque haya sido difícil de creer para Malvina, el rubio se defendía bastante bien en la cocina y siempre que ella necesitaba ayuda, él estaba dispuesto a brindársela.




























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Por la noche, Malvina y Santiago se tomaron el tiempo de pedir un uber para viajar hacia la casa de Goncho, ya que querían tomar alcohol y no manejarían en pedo. Estaban contentos por la reunión que les esperaba luego de no ver a todos sus amigos juntos por un largo tiempo. El cielo completamente estrellado no se dejaba intimidar por ninguna nube mientras el camino se extendía frente a ellos y sus manos se unían como muestra de afecto. Los pulgares de la morocha dibujaban garabatos sin sentido en las manos del rubio.

Al llegar a su destino, la pareja de streamers observaron a los invitados, reconociendo enseguida a sus amigos quienes se encontraban ya tomando entre risas y charlas animadas. El bullicio de la reunión se mezclaba con el aroma a porro y algo de alcohol que había sido volcado por accidente, cortesía de Rodrigo, creando un ambiente que prometía una noche llena de buenos momentos y desastrosos también.

Sus amigos, notaban la repentina buena relación y demostraciones de afecto entre ellos. Y cuando estaban en la cocina "preparando más fernet"fueron interrumpidos las manos en la masa, en medio de un beso. Gonzalo pegó un grito digno de macho y rápidamente le contó a su novia, intercambiando miradas cómplices. Entre risas, German llamó inmediatamente a alguien y habló: "Amigo, me debes cien dólares".

En altavoz, se escuchó a Tomás puteando por perder la apuesta y por no poder haber presenciado el momento en el que sus amigos blanquearon su amor. Malvina, incrédula por aquella reacción, les reclamó a sus amigos el hecho de haber apostado por cuánto más antes declaraban sus sentimientos, dejándolos intrigados y felices por la nueva etapa de sus vidas.

GOLPE DE SUERTE ━━ SantutuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora