White Margot / Blue Eye Samurai (Mizu Fanfic)

Donde quieras ir

Capítulo 3, parte 3.

—¿Iré contigo?

—Cuando llegue aquí, jamás pensé tener un amigo, mucho menos tener un amor. Nunca estuvo en mis planes, pero no puedo condenarte por eso—exhaló.

—¿Por qué repites eso?, solo podrías negarte.

—Porque siento culpa—hizo una larga pausa—lamento lo de tus padres. Lo lamento, estaban en una lista negra larga e imborrable, tú mamá me pidió que la hiciera. Jamás estuvo decepcionada de ti.

—Claro que debes sentirlo, la mataste.

—Entiendo que decidas odiarme ahora, solo no entiendo tu insistencia en ir a Londres conmigo.

—Mi mamá creía que ella era una carga para mí, no envejeció de una buena manera, tenía complicaciones médicas—Mizu volteó a verme intrigada—no quiero decirte que me hiciste un favor, pero si ella te lo pidió...—continué—salvaste mi vida y le diste sentido, no eres culpable de todo.

"No eres culpable de todo", palabras que contrarrestaron las frases tan negativas que Ringo y Taigen refirieron a Mizu.

—Tú, eres la única persona que no me juzgó de primera, bien, ahora dime, ¿tu crees que no eres importante?, actúas como si estuviera abandonándote, como si fuera mi elección—agregó.

—¡Es tu elección!, tú decides no abrirte a las personas, no digo que deshagas tus planes, pero si no quieres darme espacio a mí...—estaba perdiendo la cabeza en ese momento. Tuve que sincerarme por completo—es raro, nos hemos besado, conozco tu cuerpo, conoces el mío. ¿Por qué permitiste algo así entonces?

Al parecer, mis palabras la hicieron reflexionar por unos segundos, en ese instante supe que por primera vez, ella se estaba dejando guiar por su corazón.
Cerré mis ojos de cansancio, Mizu tomó mi cara con sus dos manos.
Sentí que no podía abrir mis ojos de nuevo.

—Voy a cuidar de ti hasta el día que muera—la escuché decir.

—¿Me lo estás prometiendo?—seguía con los ojos cerrados.

—Es mi promesa.

(...)

Finalmente estábamos esperando en el bullicioso puerto. Mizu me miró con amor, nunca nadie lo había hecho de esa forma. La noche anterior la pasamos en una cabaña, madrugamos para poder estar a tiempo. No fue necesario tapar nuestros rostros, de alguna forma pudimos, salimos sin repercusiones. Había algunos mercaderes en la embarcación pero no mucha gente en esta peligrosa travesía hacia Londres. Estábamos a nada de adaptarnos a una nueva sociedad, un mundo el cual jamás habíamos explorado. Nadie más nos acompañó.

A medida que iba a luchando, más secretos salían a la luz, me preguntaba qué sería de nosotras después de todo esto. ¿Que será de nosotras en algunos años?, espero que ella se mantenga a mi lado por un gran periodo de tiempo, pero no puedo exigirle demasiado, es una mujer con muchas ocupaciones, me lastima un poco el hecho de que ella piense que la odio. Nunca podría haber rencor hacia ella dentro de mí, ella también sabía lo que era vivir en la incertidumbre, vivir en la discriminación racial y lo desfavorable que era ser mestiza. Si su condición era acatar sus órdenes, no tendría problema con eso. Aprendí mi lección, seguía siendo su aprendiz después de todo.

O eso creía.

(...)
Desperté entre unas cómodas sábanas, era una casa completamente desconocida. Había una nota en la mesita:

"Estarás a salvo,
tu dinero está en el cobertizo,
no voy a olvidarte.

–Mizu"

Estaba soñando, todo fue un sueño, jamás subí a ese barco junto a ella, jamás. Intente indagar en mi memoria para saber si dijo algo más sobre cuando volvería, no podía distinguir si su promesa fue parte del sueño o no.
No sé con qué persona se puso en contacto para permitir que una embarcación pudiera llevarla sin problema, no podía intentarlo también. Nunca sabré si lo dijo, ese "no voy a olvidarte" podía interpretarlo como una despedida.
Ojalá pudiera decirte algo, pero probablemente ya estás muy lejos, no puedo escribirte ni una carta, no la podrías leer.

Me haría valer sola, no podía negar que sentía un vacío enorme en el pecho, la sensación de cosas que creí que pude haber hecho para evitar esto, ojalá no me hubiera enamorado. Pensé que tal vez el tiempo me sanaría, pero de algo estoy segura, yo tampoco podría olvidarle.

Si esto es una despedida, si es lo que ella quiere, adelante, no había nada que hacer. Fui hacia el cobertizo y corroboré que había pilas enormes de dinero, dinero que no era mío. Aunque Mizu dijera que esta fue la última voluntad de mi mamá, no iba a gastar ni un céntimo de todo este dinero. No sabía que haría con el.
Espero que ella esté pensando en mí y que decida volver algún día.

De verdad espero volver a verte algún día.

Hasta luego, Mizu.

Historia en edición.

No se depriman aún, estoy pensándolo muchoo. Un beso. 💘

—Zsolss