White Margot / Blue Eye Samurai (Mizu Fanfic)

Tenerte para mí

Capítulo 4, parte 3.
Advertencia, contenido +18.

Perspectiva de Mizu.

Iba sintiendo al tacto, guiándome por intuición, ella no estaba en ningún barril. Esperé a que más personas desembarcaran y es ahí donde pude verla, habían dos hombres acompañándola. Guardé el traje que llevaba anteriormente, volví a ponérmelo y decidí seguirlos a donde sea que la fueran a "entregar", pude huir de la embarcación sin hacer sospechar a nadie.

Solo había una forma de resolverlo. Maté al hombre para el que trabajan y ahora tendría que deshacerme de ellos también. En verdad no estaba en mis planes, pero no hay otra salida. Intenté recurrir a una forma no tan violenta, pero en un instante podrían matarla en caso de que intentara escapar con ella, desconozco la clase de armas porten estos hombres.

Caminé unos minutos atrás de ellos, ninguno me vió, finalmente me aseguré de que no hubiera nadie.
(...)

Perspectiva de Margot.

—Ya falta poco para llegar—avisó uno de ellos a lo cual yo solo asentí con la cabeza.

En todo el camino no hicieron ni una sola pregunta sobre mí, eso me dice que están muy acostumbrados a estos trabajos.
Mientras caminábamos por las empedradas calles de Londres, iba sumergida en mis pensamientos junto a estos dos hombres de negocios con sus imponentes sombreros de copa, me preguntaba, ¿dónde me dejarán?

Ellos iban en sus propios asuntos y en bullicio de la ciudad resonaba cuando, de repente, una figura enmascarada emergió de la penumbra, poniéndose frente a frente con nosotros.

¿Otra tragedia?, Con gracia, el hombre desconocido desenvainó una espada, sorprendiendo a todos. La misteriosa figura, oculta tras su máscara, desafió a los hombres de negocios con un gesto audaz. Su destreza contrastaba con la tensión del momento, los hombres sacaron sus armas y no dudaron en dispararle, pero su espada pudo ayudarle a esquivar las balas.
Cuando acabó con uno de los hombres, el otro salió corriendo por su vida, dejándome ahí. No supe cómo actuar, me quedé paralizada.

Di pasos hacia atrás hasta chocar con una pared y él iba acercándose a mí. Pensé que el extraño me heriría pero cuando cerré los ojos por miedo, recibí una inesperada caricia en mi mejilla.
Abrí mis ojos lentamente.

Era Mizu, no la habia reconocido por estar completamente tapada.

—Soy yo. ¿Estás herida?, ¿alguno de ellos te tocó o te hizo algo?

—No. Pensé que...—me interrumpió, una mano la colocó en mi nuca y la otra en mi cintura y me pegó a su cuerpo completamente. Correspondí el abrazo.

—Sígueme—extendió su mano hacia mí.

Así que tomé su mano y me guío hasta el lugar donde se hospedaba. Era un lugar bonito, imagino que los resistentes no duraban mucho tiempo ahí. Era como un hotel, majestuosa arquitectura renacentista con columnas de piedra muy altas, cosas que no suelo ver en Japón. Por afuera de la habitación tenía muchos detalles tallados, adentro la vista era increíble, estaba completamente adornada con tapices elaborados y la luz de los candelabros tenían una luz cálida y romántica.

—¿Estás hambrienta?, seguro deber tener frío—Aunque Mizu se veía neutral, sabía que estaba realmente muy preocupada, no solo eso.

Mizu me miró, yo sé que quería decir muchas cosas que tenía guardadas, solo estaba buscando las palabras correctas.

—¿Lograste comunicarte con tu madre?—pregunté yo. Aunque ella no respondió, nuestras miradas ahora entonaban complicidad.

Sin previo aviso, Mizu se abalanzó sobre mí tirándome a la cama y me besó. No era uno de esos besos tiernos que nos dimos anteriormente, era el beso más apasionado que me había dado. Fue un instante de sorpresa pero no me disgustó.

—Eres mí única distracción.—respondió a la pregunta en un tono agitado.

Seguimos el beso, tuvimos que separarnos por falta de aire, pero tan pronto como lo hicimos, volvíamos a besarnos.

—¿Extrañaste mi cuerpo?—sonreí con malicia ansiosa por su respuesta.

—No solo eso. Cada parte de ti— En ese momento yo tenía una túnica puesta, era una túnica algo transparente. Mizu no tuvo problema con romperla —ningún hombre podría tocarte así, recuerda eso —siguió.

—Te amo—confesé. No fue un momento inoportuno, ella respondió:

—También te amo, desde que hablaste conmigo en aquel burdel, ansiaba tenerte para mí.

Removió su ropa también.
Sujetó mis dos manos con fuerza, no puedo negarlo, estaba a su merced. Con pequeños besos y caricias llegó hasta mi sexo.

Algo muy diferente de Mizu y de un hombre es que un hombre siempre prioriza su placer primero.
Mizu priorizaba mi placer, no estaría satisfecha hasta saber que me atendió haciéndome venir.

su lengua recorrió toda mi zona más sensitiva y me hacía estremecer. Sentía corrientes por todomi cuerpo. Notó que estaba a punto de Ilegar al orgasmo con sus dedos y su lengua. Espasmos iban y venían, mi respiración agitada, mis gemidos y mi coño tan mojado era lo único que se escuchaba en la habitación.

—Me gusta verte con las piernas abiertas—Al ver que terminé ahora debía hacerle pasar un buen rato también. Cuando se recargó, me dio lo pidió con la mirada, ahora yo masajeaba su clítoris, no puedo negarlo, sus expresiones faciales me eran tan placenteras que podía terminar solo de verla. Verla mirándome así, su ceño fruncido y sus mejillas completamente rojas era un goce para mí. Pude darle un beso mientras terminaba.

Historia en edición.