2. Sus celos

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Capítulo 2, parte 1.

Han pasado algunas cosas desde que Mizu fue a Edo, incluso Ringo volvió. Mizu Rentó un lugar a las afueras de Kyoto, ella, Ringo, su "amigo" y yo llevábamos días durmiendo en el lugar, mientras prefería cazar animales, yo prefería caminar hasta llegar al mercado de algún pueblo cercano. Éramos sin duda un poco opuestas.
A ella le interesaba ir tras Fowler y en su camino lo liberó de la tortura, al parecer lo aprisionaron para que diera información. A él le interesaba recuperar a su princesa, Fowler probablemente los estaba buscando a los dos.

Taigen decidió romper el silencio:

—¿Ella va a quedarse?—preguntó a Mizu. Evidentemente se refería a mí.

—Cualquier cosa te vas tú primero.

—Me haces quedar como grosero, no lo dije en esa intención —Se levantó de su silla y tomó mi mano para besarla, no me opuse, sonreí, no era tan malo como lo imaginaba.
Tal vez era un hombre agradable...

Mizu se sentó y rodó los ojos ante aquel gesto.

—Menos mal estás enamorado de Akemi—bufó.

—Eso no me impide ser un caballero.

—Tantas mujeres y le coqueteas a mi aprendiz,  Emiko no está para eso, no seas un encimoso.

—Discúlpeme señorita Emiko, ¿acaso la ofendí?, le pido una sincera disculpa.

—No, para nada—respondí restándole importancia a lo sucedido, esto se podría poner bastante incómodo.

—Ni siquiera parece que extrañas a Akemi.

—Lo hago, aún no arruino mi matrimonio, estaba preso, eso no quita que sea un hombre de palabra.

Hubo un gran silencio en la habitación, yo había presenciado como los guardias de Tokunobu se la llevaron después de lo sucedido. Al parecer él no tenía la mínima idea de que fue lo que pasó con su ex prometida.

—Está comprometida con Takayoshi Itoh.

—¿Como lo sabes?—preguntó Taigen muy confundido.

—Está en Edo. Después del ataque del ejército de las mil garras, llegaron los guardias de Tokunobu por ella, no impedí que se la llevaran.

—Tengo que ir a Edo —caminó muy decidido hacia la puerta.

Mizu explicó que Fowler planeaba atacar el castillo de Edo para que él no se arriesgara yendo, habló sobre los planes que tenía con el ejército. Taigen estaba completamente furioso y la culpó por no haber dicho nada antes, yo no puedo culparla, ella sabe perfectamente que puede acabar con Fowler.

De cierta forma, él renunció a acompañarla tirando su espada, dijo que sólo volvería para finalmente matarla.
Ella siente que es un monstruo solo por que él lo dijo, por no hacer lo que consideran que está "bien", en ningún momento se comprometió al bienestar común, nadie la entiende, excepto yo. Ella no necesita ayuda de nadie, es suficientemente fuerte para hacerse valer y eso es algo que yo admiraba bastante.

Al ver su expresión de preocupación no pude evitar abrazarla como un intento de hacerla sentir mejor, ha pesar de que su expresión no cambió, correspondió mi abrazo y me pegó más a su cuerpo.

(...)
Mizu estaba muy cansada, decidí dejarla descansar de todo y por eso Ringo y yo aprovechamos la tarde para hacer compras en un mercado cercano, pensé en las cosas que Mizu podría necesitar, me acerqué a un vendedor:

—Disculpe, ¿que precio tienen este vendaje?

—Dos yenes, su esposo debe estar gravemente herido, ¿no?

—Algo así, es un hombre de batalla, deme cinco—dije mientras pagaba el vendaje con unas monedas.

—¡Él tiene mucha suerte por tener a una mujer extranjera y bonita que se preocupe por él!

Era la primera vez que no recibía comentarios desagradables sobre mi físico "no humano", me sorprendió.
Di las gracias al vendedor y nos retiramos del puesto. Ringo hizo una mirada de confusión ante la plática que tuve.

—Definiticamente hay algo entre ustedes...

—¡No seas entrometido!—le di un leve golpe y continuamos comprando alimentos. En ese momento, viendo la gran variedad de mercancía que había, pensé en muchas cosas.

Había hermosos arreglos florales, cada una de esas flores me hacían recordarla, pero logré ver algo que llamó mi atención aún más.
Una hermosa pieza de arte, una bella pintura de dos mujeres en la nieve, era justo como nosotras ese día. Esa pintura tenía que dársela.

(...)

—Llegamos—avisé a Mizu.

—Bien.

—¿Hay algo de lo que quieras hablar?—pregunté a Mizu mientras hacía una seña a Ringo para que se fuera a lo cual obedeció.

—¿Deberíamos?

—Estás rara, ¿es porque Taigen se fue?, lo que te dijo no es cierto...

—No. Está bien que se fuera, ¿que tal si no era confiable?, en unos días tendré que ir a Edo otra vez y estaría bien hacer sola mi trabajo.

—¿Por qué piensas eso?

—Besó tu mano, ni siquiera yo te he puesto una mano encima.

—Fue por cortesía, pero es lindo que te preocupes por mí—me acosté a su lado y comencé a jugar con su cabello—tengo algo para ti.

Su mirada de enfado se fue. ¿Estaría pensando en el gesto ese de Taigen toda la tarde?, no pensé que podría importarle tanto, sobre todo ella siendo una mujer tan madura y fuerte.

—¿Qué es?—Dijo con mucha curiosidad.

Le di la pintura y ella misma la desenrolló, probablemente no esperaba que le regalara algo tan bonito, estoy segura que ella que captó perfectamente lo que quise decir con este regalo, después de eso...

Un beso, ella me besó

Historia en edición.

White Margot / Blue Eye Samurai (Mizu Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora