3. Incendio de 1657

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Capítulo 3, parte 1.

Desperté en la madrugada muy desconcertada, tenía una horrible sensación de algo raro, hace unas horas había tenido una de las mejores experiencias de mi vida, pero ahora ella no estaba, busqué a Mizu por toda la casa.

Supuse que ya estaría en camino a Edo para ejecutar su plan. Solo me desconcertaba mucho, ella me dijo que se iría por la mañana, no me dijo que madrugaría. Inmediatamente busqué a Ringo para preguntarle si él sabía sobre esto.

—¡Ringo!, ¡despierta!—sacudí un poco su cuerpo mientras él aún estaba dormido.

—¿Qué pasa?—estaba completamente adormilado.

—Mizu, ¡no está!—de la desesperación comencé a caminar en círculos tratando de pensar en algo. Mi caballo sigue amarrado afuera, ella pudo haber facilitado su camino a Edo cabalgando para llegar más rápido, sin embargo, seguía ahí. Ringo y yo la acompañaríamos por qué Mizu sabía la fecha exacta en la que Fowler atacaría.

Ringo seguía completamente dormido, pensé en despertarlo, pero lo dejé ahí. Tenía sentido que saliera temprano debido a la lejanía en la que estábamos, su primera idea fue rentar una casa cerca, eso no funcionaría, la buscaban también.

Digo lo dejé por que había tomado la decisión de ir tras ella, no dejo ningún rastro, ¿y si después de esto no la volvía a ver?, tenía que ir a Edo lo más rápido posible. Cabalgar por el bosque se volvió agotador, con la fatiga acumulándose en cada músculo mientras el cansancio, tenía que reconocer que al menos la belleza del entorno y cabalgar sola por el bosque me conforta. Tras un rato, pasó a una sensación de agotamiento, pero la persistencia te lleva a través de la experiencia, con la naturaleza en su esplendor a pesar de la fatiga y con el objetivo principal de encontrarla, nada me importaba más. No vi a nadie en mi camino, trataba de ser optimista en todo mi camino pero estaba completamente agobiada, de cualquier forma, solo quería saber que ella estaba bien esperando no interferir en nada de lo que ella fuera a hacer, si interfería podría perjudicarla a tal grado de que podrían quitarle la vida a alguna de las dos. Necesitaba ser cautelosa.

(...)
Intenté estudiar la estructura del castillo viéndolo de lejos, al llegar tendría que burlar la seguridad del castillo y eso no era algo sencillo. ¿Ella estará aquí?
Es decir, todo se veía relativamente tranquilo, no había rastro del ejército de Fowler ni tampoco había rastro de una invasión, Mizu debería estar en cualquier parte.

Por fin, un rostro que reconocía. Él también me reconoció.

—Taigen—estaba sorprendida, pensé que el asunto de Akemi y su matrimonio estaría resuelto, el no se veía muy contento.

Le di una palmadita en el hombro.

—Emiko, antes de que lo preguntes, no sé dónde está, ni siquiera sé si tu amado ojiazul ya llegó—refiriéndose a Mizu.

—El dijo que vendría por la mañana, pero en la madrugada ya había partido. ¿Pudiste ver a Akemi?

—No puedo tratar de arreglar mi matrimonio ahora, no solo porque es muy tarde, voy a defender al shogunato también.

—Perdón que lo diga, no quisiera interferir en tus asuntos, pero—respiré e hice una gran pausa—es mejor si encuentras a Akemi y escapas con ella antes del medio día.

—No soy esa clase de hombre, si muero, prefiero morir con honor.

Es cierto, Taigen era el tipo de hombre que podía descansar plenamente tras dar la vida a su nación sin importar sus ideales. Tenía que reconocerlo, era un héroe de honor inquebrantable, capaz de guiar a sus hombres hacia el bien, incluso si es su última voluntad, no es el tipo de hombre que se acobarde en un duelo. Es esa la razón de su insistencia de tener un duelo con Mizu. No permite que nadie dañe su honor.

—Si sales de esta, dile a tu mujer que nunca más trate de trabajar en un burdel—traté de bajar la tensión y bromear un poco, el rió también.

Justo cuando pensé que todo estaba bien, tuve que subir rápidamente a Taigen a mi caballo.

Una avalancha humana se desata tras el ataque del ejército de Fowler, con la desesperación pintada en los rostros de quienes buscan escapar. El ambiente era estruendoso, muchas pisadas y gritos que creaban un caos descontrolado y ensordecedor, mientras la masa de personas se precipita hacia la seguridad, dejando tras de sí un rastro de miedo y angustia. Sabíamos que teníamos que ir de prisa al castillo. Sabía como entrar, ideé el plan justo a tiempo.

Tuve que tener destreza y valentía para entrar en medio del caos y el ataque, no saber dónde estaba Mizu estaba enloqueciéndome. Junto a Taigen, logramos esquivar y cuidarnos de las llamas y el estrépito de la batalla. Tuvimos una entrada triunfal, pero muy arriesgada.

—¿Mizu?, ¿estás aquí?—traté de decirlo en la voz más baja posible.

—También iré a buscarlo—Taigen se bajó de mi caballo.

—Espera, ¿y si te atrapan?, estoy segura que esto no es lo que Mizu quisiera.

—Hablando de eso, la tiene que ir a casa eres tú, sabes que Mizu va a enloquecer si alguien te toca un pelo. Esta es la peor forma de ponerte en peligro.

—Entiéndelo, es mi prometido—Mentí.

Pero si lograba salir viva de esto, sería su mujer.

—Se que te preocupa, pero necesito moverme, voy a matar a tu prometido después.

Tomé muy en cuenta lo que me dijo Taigen sobre irme, estuve a nada de darme la vuelta y respetar por completo la voluntad de Mizu de no entrometerme en sus asuntos.

Si ella me viera, estaría decepcionada, pero la amo.

Intenté salir pero desgraciadamente, ya no podía. La puerta que estaba a nada de cruzar se había incendiado por completo. Es una puerta enorme, rápidamente el fuego se expandió por todo mi alrededor. Sabía dos cosas, la primera era que ella estaba aquí, la segunda, yo iba a morir.

Historia en edición.

White Margot / Blue Eye Samurai (Mizu Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora