X. Durante la demolicion

56 7 3
                                    

Victoria estaba ajustando el lápiz labial oscuro en sus labios y revisando los ajustes finales de su cabello cuando escuchó la familiar bocina frente a su casa. Se ajustó las botas de plataforma y bajó corriendo las escaleras. Llevaba una minifalda de cuero, una camiseta roja corta que ella misma cortó dejando al descubierto su abdomen y unos guantes de rejilla que se ajustaban a sus dedos completaron su look para esa noche calurosa.

No dejó de notar el reloj que marcaba las 8 de la noche, Zeta siempre era puntual y temía olvidarse algún objeto en casa. ¡Claro! Su paquete de cigarrillos todavía estaba sobre la mesa de café de la sala principal. Subió al auto jadeando por las prisas y poco después encendió un cigarrillo y ofreció otro a su primo.

- ¡Justo a tiempo! - Lo saludó con un beso en la mejilla.

- Yo dije. Y Dios mío... ¿Por qué usas tanto perfume? ¿Estás tratando de impresionar a alguien? - Se rió Zeta mientras abría las ventanillas y se alejaba con el auto.

- ¿Yo? Nunca. Es solo parte de mi protocolo habitual para fiestas, ya que al final oleré re malo a alcohol.

- Oh, lo sé, lo sé...

- No sabía que sos alérgico.

- No lo soy, sólo te conozco lo suficiente para saber que no sos tan inocente.

- ¡Cuánto misterio! ¿Qué piensas sobre mí? - Preguntó ella, girándose hacia él para enfrentarlo.

Su primo se rió, todavía mirando al frente.

- ¿Acerca de vos? Nada. Se trata de Gustavo.

El estómago de Victoria se heló ante su declaración.

- ¿Qué le pasa? - Preguntó, intentando demostrar un supuesto desacuerdo.

- Eh, te dije para no dejar que esto se te escape entre los dedos como arena, ¿no? Gus se ve completamente enamorado de vos.

- ¿Quien dijo? No digas boludeces. Gustavo es el mujeriego más grande que conozco.

- Todos, sos la única que no se da cuenta.

- ¡Che! Apuesto a que llegaremos a la fiesta y él se quedará con alguna mina. - Victoria actuó como si no le importara.

- ¿Y qué vas a hacer al respecto?

- Nada, Zeta. No soy la novia de Gus.

- Mira, sé lo que está pasando entre los dos. He notado desde el día que acepté unirme a la banda la forma en que Gustavo habla de vos. Noté cómo se miran, cómo interactúan y es completamente coqueto...

- Ahora Martina y vos creen en esta locura, ¿eh?

- Sí, ella ya está en la fiesta con Charly y hablamos lo suficiente de esto, solo volví a buscarte. De hecho, hablé con Gustavo al respecto. Si hay alguien a quien quiero proteger en este mundo, sos vos.

- No pasa nada, de verdad. Gustavo y yo nos besamos a veces y eso no significa nada, solo somos amigos con derechos.

- No confío en Gustavo, es un buen tipo, pero como dijiste es un mujeriego. Lo sabes, siempre lo supe aunque no éramos tan cercanos como lo somos ahora. Puede parecer como locura decir que no debes dejar que esto se te escape, pero él realmente está enamorado de vos.

- Me habría dicho si fuera real.

- Vicky, te equivocas, las cosas no funcionan así. Tiene miedo de tu frialdad y de arruinarlo todo. No te das cuenta, pero sos su punto débil.

- Su debilidad es estar solo y sin novia, seamos realistas.

- Yo tampoco estoy en desacuerdo con eso, Victoria. Conociendo cómo funciona la mente de los hombres, diría que esta es su manera de escapar de todo esto.

Envenenara Mi SoledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora