XXV. 19

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Victoria's pov:

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Victoria's pov:

El calor de diciembre mantenía el departamento algo sofocante, incluso de noche. Decidí armar un clima agradable abriendo todas las ventanas, con la brisa fresca envolviendo lentamente el lugar.
Una de las cosas que más me gustaban de ese departamento era cómo las luces de los edificios de Buenos Aires competían con las estrellas en el cielo, y esa ciudad nunca paraba, no dormía en sus noches, especialmente las de sábado como esa.
Gustavo estaba casi más feliz que yo por mi cumpleaños, con el tiempo aprendimos a sentirnos de la misma manera, como si fuéramos dos partes de un mismo espíritu en perfecta sintonía. Estaba sentado en el balcón de nuestro departamento, con un cigarrillo entre los dedos, mientras los pibes no llegaban; me senté en su regazo, enrollando mis brazos alrededor de su cuello. En respuesta, Gustavo me abraza por la cintura y me atrae hacia un abrazo, dejo que mi rostro se hunda en el espacio amable entre su cuello y su hombro. Cierro los ojos y el mundo a mi alrededor se desconecta mientras me concentro en su olor; no me refiero a su perfume, me refiero al agradable aroma de su piel. Definitivamente, Gustavo huele a hogar. Y mi hogar tiene un olor suave, atractivo y siempre mezclado con tabaco.

- ¿Cómo te sientes? - Su voz es serena.

- Bien, en casa, feliz, ansiosa. ¿Cómo podría sentirme mejor? Es mi primer cumpleaños con pinta de cumpleaños. - Respondí con seguridad.

Levanto mi rostro para mirarlo a los ojos, él deja un beso en mi frente tranquilamente. Es el tipo de momento en el que despreciamos las palabras, ese simple contacto cargado de amor dice todo lo necesario.

Cuando los pibes llegan, despertamos de ese efecto magnético. De hecho, Zeta está con Ana, Martina y Charly no existen sin el otro, así que no es ninguna novedad que hayan venido juntos. Me siento radiante cuando percibo lo emocionados que están para esta noche.

Ana aún tiene el pelo corto y despeinado, en ese aspecto, se parece mucho a su hermano. Su ropa es tan provocativa como su expresión cerrada y blasé, que abandona su rostro en breves sonrisas. Tiene una remera negra, un collar de alfileres y una pollera de cuero con hebillas; debajo, unas medias rasgadas que parecen una telaraña. Parece importada directamente de Londres, como si hubiera venido exclusivamente para mi cumpleaños. Me parece un tanto gracioso que los jóvenes más ricos se esfuercen tanto por no parecer argentinos, como maniquíes de Vivienne Westwood, y debo decir que sus drogas también son nuevas, las últimas tendencias en delincuencia para una joven de 17 años como ella.

Si te digo que no me sorprendió cuando Zeta entró por la puerta, analizando la diferencia entre él y Ana, estaría mintiendo. No sé si estoy demasiado preocupada por sus compañías, no quiero ser ese tipo de persona, pero él siempre es el responsable de animar nuestras reuniones, equilibrar conflictos y divertirnos, el completo opuesto a Ana. Aunque ella se esfuerza por ser más complaciente con la ocasión, una nube oscura aún parece flotar sobre su cabeza. A pesar de todo, ella es parte de esta celebración y quiero que se sienta cómoda, por Zeta.

Envenenara Mi SoledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora