IX. Adorable puente

61 7 0
                                    

Victoria's POV:

Desperté en la cama cuando escuché las voces de los chicos en el piso bajo de la casa, me di cuenta que Gustavo ya no estaba a mi lado y que estaban los tres juntos. Me di una ducha rápida antes de bajar para averiguar qué estaba pasando. Rápidamente me puse el primer vestido suelto que encontré y bajé las escaleras, descalza y con los ojos irritados por la repentina luz. Estaban charlando en la mesa de la cocina, preparando el desayuno que afortunadamente no sería pizza fría de la noche anterior.

 Estaban charlando en la mesa de la cocina, preparando el desayuno que afortunadamente no sería pizza fría de la noche anterior

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- ¡Aww, adorable! ¡Trajeron el desayuno! - Dije, pasando por la amplia puerta.

- ¡Mira quién despertó! Pensé que tendríamos que llamar al rescate. - Gritó Zeta al verme entrar a la cocina.

- Buenos días a vos también. - Lo golpée en el brazo. - Buenos días, Gus. Buenos días, Charly. ¿Cómo durmieron?

- ¡Muy bien, la cama de tu mamá es muy cómoda! - Respondió Charly, a su manera despreocupada.

- ¿Qué dices? ¿Dormiste ahí?

- Sí, con Zeta, lamentablemente. - Puso los ojos en blanco.

- Prefiero que te acuestes con Zeta que con Martina en la cama de mi madre. - Bromeé fingiendo estar disgustada.

Saqué una taza del armario y la llené de café. Analicé detenidamente la mesa, me impresionó mucho que fueran tan amables y prepararan todo. Entre algunas opciones, elegí un trozo de tarta de arándanos.

 Entre algunas opciones, elegí un trozo de tarta de arándanos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- Tuve miedo de confundirme con su novia... - Disparó mi primo.

- ¡Nunca pasaría, no creo que Martina sea tan
espaciosa y ruidosa como vos! - Charly se burló.

- ¡No me hagan imaginar ciertas cosas en pleno desayuno, boludos! - Protestó Gustavo limpiándose la boca con el dorso de la mano.

- ¡Gracias, Gus! Lamento interrumpir esta apasionante conversación, pero debo recordarles que aún no hemos finalizado el logo de la banda y el concierto debut se acerca.

- ¡Sí, Zeta! Ya lo tengo todo pensado, solo necesito que lo aprueben. - Me senté al final de la mesa.

- ¿Por qué no lo hacemos ahora que estamos reunidos? - Sugirió Charly.

Todos estuvimos de acuerdo con la sugerencia. Gustavo era un gran líder, excepto cuando tenía resaca alcohólica. Hora de equilibrar las cosas con la practicidad de Zeta y la tranquilidad de Charly.

Gus jugaba con un cigarrillo entre los dedos y descansaba la cara sobre la otra mano con el codo en la mesa. Cogí papel y lápices para dibujar lo que había imaginado a lo largo de los días... Letras alargadas, que se conectan entre sí formando un gráfico irregular con un ligero contorno. El amarillo le vendría muy bien a la obra, vibrante como el sonido de aquel ensayo y también el favorito de Gustavo. La palabra "Stereo" abajo, pero más discreta.

Intercambiando sugerencias con Zeta y Charly, mi proyecto se fue puliendo de la mejor manera posible.

- Vicky, sé que tenemos que hacer versiones en blanco y negro, pero me gustaría que la principal fuera en amarillo. ¿No crees que encaja perfectamente? Es el único color que puedo imaginar quedando increíblemente bien... - Finalmente Gus pronunció algo, después de minutos de silencio analizando lo que estábamos haciendo.

Debo admitir que a veces daba miedo la forma en que pensábamos juntos sobre lo mismo. Parecíamos compartir las mismas neuronas cuando estábamos creando. Una sonrisa de admiración apareció en mi rostro.

- Perfecto... Eso es lo que imaginaba, Gus. El amarillo cae muy bien. - Me expresé con mucha seguridad.

- Increíble, de verdad. - Asintió Zeta de inmediato.

Decidimos que haríamos remeras con la recién nacida identidad visual de la banda, algo orgánico, hecho a mano; el método "DIY" sería la mejor parte para mí. Verlos tan contentos con cómo iba todo me dio el coraje que necesitaba para continuar y también para sentirme segura sobre mi propio trabajo. Gustavo y yo planeamos un día para producir las remeras en su casa, él también era muy bueno dibujando y pintando y juntos lo haríamos más rápido para no perturbar los preparativos del concierto en el fin de mes. Estaba preocupada por ver cómo se vería el arte final, pero me tranquilizó un poco recibir reacciones positivas de todos.

Pasamos unas horas más juntos, los chicos hojeaban mis cuadernos de dibujo con curiosidad, ya que Charly nunca había visto ninguno de mis trabajos y Zeta hacía mucho que no venía a visitarnos. A pesar de su mal genio esa mañana, Gustavo insistió en ayudarme a organizar la casa después de nuestra larga noche de cine, y, probablemente, si no mantenía todo correctamente en orden, mi madre cambiaría de opinión sobre dejarme sola en casa durante las vacaciones y momentos tan especiales como estos no volverían a suceder.

Arriba, aún más desorden y trabajo para nosotros, estar solo con él allí me requirió mucho para reprimir los recuerdos de anoche; aunque traté de no pensar en lo sucedido, tenía miedo de que Gustavo entendiera que lo estaba evitando y nunca más volviera a mantener ese tipo de contacto conmigo. No quería interrumpir todo, ese flujo de besos y caricias entre nosotros seguramente nos llevaría a otras etapas de la intimidad, pero preferí evitarlo debido a mi timidez, me sentía insegura y tenía miedo de hacer algo mal. En cualquier caso, traté de olvidar todo eso, al fin y al cabo sólo éramos amigos y no teníamos ninguna obligación de ahondar en algo que se volvía tan casual.

~

Esa tarde, después de hablar durante horas sobre el rumbo que queríamos tomar para el grupo, los chicos se marcharon. Como siempre fui aplastada por un firme abrazo de Gus y yo simplemente amaba recibir sus cálidos y protectores abrazos, luego caminó hasta el auto de Zeta, que estaba estacionado frente a mi casa y encendió un cigarrillo, permaneciendo recostado esperando los demás.

Cuando me encontré a solas con Zeta aún dentro de mi casa, nos dimos un largo y puro abrazo. Me agradeció por poder verme después de tanto tiempo y dijo lo feliz que estaba por eso. Fuimos los primeros mejores amigos antes de todo lo que pasó con mi papá, nuestra relación no había cambiado en nada, era como si una parte de mí hubiera sido recuperada.

- Vicky, por favor no dejes que todo esto se escape entre sus dedos como arena. - Zeta estaba más serio que nunca mientras rompía el abrazo.

- Eso...? No entendí lo que queres decir. - Pregunté, confundida.

- Lo entenderás. - Él pausó. - Pasado mañana tenemos una fiesta en la casa de Richard, te recogeré a las ocho de la noche, ¿ok?

- ¡Fabuloso! Qué bueno verte, primito. - Saludé antes de cerrar la puerta.

Una fiesta en la casa de Richard Coleman. Lo conocí a través de Gustavo y nos besamos en un rincón oscuro de una fiesta así, él me regaló una cinta demo de su banda y después de eso no volvimos a hablarnos. Era un buen tipo, algo serio y reservado hasta donde llegué a conocerlo, pero agradable.

Ver gente que se parecía a mí, escuchar música a todo volumen y beber hasta olvidar mi propio nombre era todo lo que necesitaba.

Envenenara Mi SoledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora