Las semanas transcurrieron de forma normal ―en lo que cabía ―, para Milán. Habían empezado a planear la gira que ella había decidido atrasar cuando Bill apareció, por otro lado, su esposo seguía sin salir de casa tal y como al inicio, solo salían ir a casa de Daniel.
―Sabes, he estado pensando ―escuchó a Bill hablar a sus espaldas, ella lo miró por sobre su hombro dejando de lavar los cubiertos por un instante ―, después de la gira y demás, quizás podríamos intentar tener un bebé. Solo si quieres.
¿Una familia?
Bill, ella y un pequeño ser producto de ambos... la idea le atemorizo al inicio, aunque no lo suficiente para negarse.
La imagen de un bebé con regordetas piernas y redondos azules la hizo sonreír e incluso podría jurar que en su mente escuchó su hermosa risa.
No era tan mala idea.
― ¿Cariño?
―No es tan mala idea ―murmuró volviendo su rostro al frente.
― ¿En serio? ―conocía a Bill tan bien que podría apostar un millón de dólares a que estaba sonriendo en ese instante.
―Sí, Denbrough ―rio al escucharlo quejarse―, no me hagas cambiar de parecer.
El regordete Draco maulló entrando a la cocina.
―Además ya tenemos un hijo, atiende al naranjoso chillón ―añadió.
Bill rio, su bastón hizo eco en el piso junto a los pequeños pasitos del gato detrás de él. A veces juraba que ese pequeño ser peludo era un niño, lloraba por todo y en las noches se escabullía en su habitación para dormir entre ambos.
―Sabes hay algo que se me hace extraño.
― ¿Qué?
―Audra, no ha vuelto.
Milán rodó los ojos.
―No invoques al diablo, Bill.
Era cierto, Audra tenía semanas sin volver para su alivio, tal vez ya se había dado por vencida con Bill o bien estaba planeando algo. Daba igual, si volvía a aparecer la mandaría de regreso a casa sin sus extensiones por haber querido destruir su matrimonio.
En esas semanas Bill había hablado con muchos de sus colegas y personal de la editorial con la que mantenía su contrato, todos confirmaron lo mismo; él siempre mantuvo un trato normal con la mujer.
Ni una mirada, una sonrisa o un coqueteo. Nada.
Estaba de más decir que Bill pidió le asignaran otro agente a la editorial si deseaban que él siguiera publicando con ellos. No hubo oposición.
Daniel casi se va de patas al enterarse, y bueno, su relación estaba de nuevo restaurada.
―Creo que la notificación del cambio de agente fue suficiente para rendirse ―tarareo Bill acercándose a ella―. Era eso o que le patearás el trasero, cielo.
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ɪɴᴇꜰᴀʙʟᴇ | ᴮⁱˡˡ ᴰᵉⁿᵇʳᵒᵘᵍʰ ²✔
Fanfiction"𝗗𝗶𝗰𝗲𝗻 𝗾𝘂𝗲 𝗻𝗼 𝗵𝗮𝘆 𝗻𝗮𝗱𝗮 𝗽𝗲𝗼𝗿 𝗾𝘂𝗲 𝘂𝗻 𝗰𝗼𝗿𝗮𝘇ó𝗻 𝗿𝗼𝘁𝗼, 𝗽𝗲𝗿𝗼 𝗲𝘀𝗼 𝗺𝗲𝗻𝘁𝗶𝗿𝗮, 𝘀í 𝗹𝗼 𝗵𝗮𝘆 𝘆 𝗲𝘀 𝘂𝗻 𝗮𝗹𝗺𝗮 𝗿𝗼𝘁𝗮." Milán ya no creía en los felices para siempre, mucho menos en los amores verdaderos...