Los días posteriores a lo sucedido entre ambos, fue incomodo. Él observaba como ella intentaba esquivarlo e incluso evitaba mirarlo, algo que provocaba un palpitante dolor en su interior.
Él no deseaba incomodarla, todo lo contrario; quería volver a verla sonreír.
Recordaba una y otra vez en su mente ―como si de una película se tratara― la sonrisa de Milán. Su risa y como sus ojos brillaban de amor, amor hacia él. Se aferraba con fuerza al dictado de su corazón, que le decía que él nunca la había engañado.
Había logrado recuperar la mayoría de sus recuerdos, recuerdos en donde ninguna otra mujer figuraba en su corazón a excepción de su esposa. No había nada más. Ni un sentimiento de deseo, amor o lujuria. Nada. Mucho menos para una mujer como Audra.
Podía recordar una que otra pelea por llamada ―su mayoría― con Milán, pero nada que le impidiera o desapareciera el deseo de volver a sus brazos. A casa. A su hogar. A ella. No había nada que él más no deseara que volver a ella.
¿Cómo era posible pasar de tales sentimientos al engaño?
Ninguno.
Podía recordar de manera amarga su despertar en aquella fría y blanca habitación de hospital con máquinas sonando a su alrededor, desconcertado, y luego Audra apareció ante él sembrando una desconcertante sensación haciéndole ruido en las entrañadas.
Algo estaba mal, lo sabía.
No pensó que sus recuerdos volverían tan rápido, pero algo dentro de Bill agradecía por ello, ahora podía ver el sol a través de la tormenta en la que había caído.
―Entonces... ¿dices que alguien te empujo por las escaleras? ―preguntó desconcertado Richie.
Bill asintió.
―Pero, no sabes quién, ¿no es así? ―volvió a hablar.
―No logro recordar quién es ―llevó las manos a su rostro intentando calmar la frustración que empezaba a recorrer su cuerpo―. No logró distinguir su voz, sé que estábamos discutiendo por algo; era importante, luego me marché y, entonces, todo se vuelve negro. ¿Me crees verdad?
―¿Milán sabe de esto?
―No y no quiero le digas nada, por favor ―suplicó.
No quería preocuparla, no quería incluso molestarla. Había decidido aprovechar el momento en el que supo tenía que ir a la disquera para hablarle a Richie. No quería involucrarla en algo que podría lastimarla.
―Bill ―Rich suspiró y Bill lo miró expectante―. Te creo ―murmuró sin saber el peso que quitó de los hombros de su amigo―. Necesito que recuerdes más porque no puedo hacer nada con esto, no puedo ayudarte como debería.
―Lo sé, este recuerdo volvió hoy en la madrugada, estoy seguro que pronto todo se aclarara ―mordió sus uñas con desespero―. Quiero recuperar mi vida, Richie.
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ɪɴᴇꜰᴀʙʟᴇ | ᴮⁱˡˡ ᴰᵉⁿᵇʳᵒᵘᵍʰ ²✔
Fanfic"𝗗𝗶𝗰𝗲𝗻 𝗾𝘂𝗲 𝗻𝗼 𝗵𝗮𝘆 𝗻𝗮𝗱𝗮 𝗽𝗲𝗼𝗿 𝗾𝘂𝗲 𝘂𝗻 𝗰𝗼𝗿𝗮𝘇ó𝗻 𝗿𝗼𝘁𝗼, 𝗽𝗲𝗿𝗼 𝗲𝘀𝗼 𝗺𝗲𝗻𝘁𝗶𝗿𝗮, 𝘀í 𝗹𝗼 𝗵𝗮𝘆 𝘆 𝗲𝘀 𝘂𝗻 𝗮𝗹𝗺𝗮 𝗿𝗼𝘁𝗮." Milán ya no creía en los felices para siempre, mucho menos en los amores verdaderos...