California
La sonrisa de Ben se ensanchó, escuchar a los inversionistas hablar con tanto entusiasmo de la propuesta que les había realizado minutos atrás lo ponía de buen humor.
Miró a Helen; la chica se encontraba igual o más feliz que él. Ambos se estaban jugando sus ahorros en su pequeña empresa, el trabajo apenas estaba llegando y eso los ponía muy emocionados.
Sobresalir era demasiado difícil siendo tan jóvenes e inexpertos.
―Lamento la tardanza ―todos se giran a la entrada, Ben se queda de piedra al verla.
Su corazón se detiene por un segundo para luego latir con más fuerza. Ambos se observan por un segundo en el que el mundo a su alrededor se detiene, Beverly pestañea un par de veces sorprendida antes de acercarse.
―¿Ben? ―pregunta sin poder creerlo.
―Hola ―saludó nervioso―. ¿Cómo estás?
Helen los mira sin entender nada.
―Bien, que alegría verte ―sin pensarlo dos veces la pelirroja se lanza a abrazarlo, él no duda ni un segundo en corresponder.
―Lo mismo digo ―susurra sin separarse―, no sabía eres parte del proyecto.
¿Cómo iba a saberlo? Helen era la que se había encargado de todo.
¡Helen!
Ben se separó de Bev para girarse a ver a su socia, la chica se encontraba sonriendo un poco incómoda sin saber si marcharse o quedarse.
―Beverly, ella es mi socia; Helen Moretti ―la mencionada dio un paso más cerca sin dejar de sonreír―. Helen, ella es Beverly Marsh; una vieja amiga.
Ambas mujeres se miraron antes de asentir con cortesía.
―Un gusto conocerte, Helen.
―El gusto es todo mío, en verdad gracias por la oportunidad.
―No hay de qué ―susurró cruzando sus brazos―. Su proyecto fue uno de los mejores entre los presentados.
Ben asintió, se sentía abrumado por volver a verla, no pensó que algo así fuera posible. Ella se había marchado sin dejar rastro y ahora estaba allí, podría saltar de felicidad, Bev lo miró, pensando tal vez lo mismo.
―Fue un gusto conocerte, Beverly ―escuchó a Helen despedirse―, si me disculpan iré a hablar con los demás.
―El gusto fue mío.
―Ya casi te alcanzó ―logró decir Ben.
La rubia asintió, marchándose.
―Es muy bonita ―escuchó a Bev susurrar sin dejar de mirarla.
―E inteligente ―agregó él.
―¿Cuánto llevan saliendo? ―preguntó Bev girándose a mirarlo.
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ɪɴᴇꜰᴀʙʟᴇ | ᴮⁱˡˡ ᴰᵉⁿᵇʳᵒᵘᵍʰ ²✔
أدب الهواة"𝗗𝗶𝗰𝗲𝗻 𝗾𝘂𝗲 𝗻𝗼 𝗵𝗮𝘆 𝗻𝗮𝗱𝗮 𝗽𝗲𝗼𝗿 𝗾𝘂𝗲 𝘂𝗻 𝗰𝗼𝗿𝗮𝘇ó𝗻 𝗿𝗼𝘁𝗼, 𝗽𝗲𝗿𝗼 𝗲𝘀𝗼 𝗺𝗲𝗻𝘁𝗶𝗿𝗮, 𝘀í 𝗹𝗼 𝗵𝗮𝘆 𝘆 𝗲𝘀 𝘂𝗻 𝗮𝗹𝗺𝗮 𝗿𝗼𝘁𝗮." Milán ya no creía en los felices para siempre, mucho menos en los amores verdaderos...