💔𝗖𝗮𝗽í𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟮𝟬💔

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El nerviosismo le recorrió la espalda y la obligó a sonreír cuando horas después la puerta de la habitación donde su padre la tenía prisionera se abrió

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El nerviosismo le recorrió la espalda y la obligó a sonreír cuando horas después la puerta de la habitación donde su padre la tenía prisionera se abrió.

― ¿Estás lista?

No, pensó.

―Sí ―mintió―. Es un lindo vestido.

―Me alegra escuchar eso ―Joel sonrió mientras se acercaba a su pequeña―. Te quitaré las cadenas, pero antes necesito me prometas no harás ninguna estupidez.

Milán asintió.

―Lo prometo ―susurró sin despegar la vista de él.

―Buena niña.

Sacando la llave del bolsillo de su pantalón, se acercó a ella. Milán contuvo la respiración al sentir las manos de su padre sobre su cuello y aunque por un instante el pánico se apoderó de ella, no lo demostró. Cuando él se agachó para quitar el grillete alrededor de su tobillo, pensó en las diferentes posibilidades de golpearlo con su rodilla y salir corriendo más nunca pensó en las palabras que él diría.

―Tenemos un invitado especial hoy.

― ¿Qué? ―lo miró sobresaltada, Joel le sonrió.

―Ve a verlo.

Sin esperar salió de la habitación a toda prisa, la amarillenta luz de una de las bombillas la cegó por unos instantes. Se sostuvo del marco de la puerta para no caer cuando un mareo combinado con náuseas se apoderó de ella, respiró pausado durante algunos segundos. Cuando se sintió un poco mejor, dio unos pasos tambaleantes por el pasillo hasta la única habitación con luces encendidas.

Su corazón se detuvo al verlo.

― ¡Bill! ―gritó corriendo hacía él.

Su cabeza se encontraba gacha y de un costado de su cabeza había sangre, Milán acuno su rostro entre sus manos, lo miro borroso debido a las lágrimas que escapaban de sus ojos.

―Bill ―lo llamó desesperada temiendo lo peor―, por favor, despierta.

No podía perderlo. No ahora.

Quiso gritar, abalanzarse sobre el monstruo de su padre, pero tenía miedo. Lo admitía, le tenía miedo al hombre que se encontraba detrás de ella en ese preciso momento.

―Él estará bien.

― ¡¿Por qué?! ―exclamó sin despegar la mirada de su esposo.

―Quería conocer al hombre que elegiste "vivir feliz por siempre" ―rio―. Tengo derecho, ¿no crees?

Antes de que ella pudiera responder, Bill despertó.

Él la observó con asombro antes de que sus ojos se cristalizarán, llevó su mano libre de ataduras hasta la mejilla de su esposa y queriendo cerciorarse de que no se tratara de un sueño, la acaricio.

ɪɴᴇꜰᴀʙʟᴇ | ᴮⁱˡˡ ᴰᵉⁿᵇʳᵒᵘᵍʰ ²✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora