Con los dedos rastrillando la suave piel, siguiendo el caminillo curvo, se pasea por ese cuerpo liso que le pertenece.
Se da el gusto de devorar esos labios rojos, de apretar los muslos suaves y de estrellarse en ese bonito y carnoso culo.
En cambio Rai, el joven que debe soportar el peso de ese hombre que ya le repugna, solo espera el momento en que ese viejo termine. No espera demasiado, pues tras soportar su peso por poco mas de diez minutos, ya oye el jadeo agotado del hombre y su trasero es golpeado con los últimos embistes. Siente su corrida en su interior y finalmente su esposo se quita de encima y se dirige a la ducha.
Rai vuelve a recostarse sobre el colchon y espera su turno para usar el cuarto de baño.
Algo distraído, su vista va hacia la ventana abierta. Hace un buen día y el cielo está despejado, señal de que hará calor. Levanta la mano y observa su reloj de oro, son las siete de la mañana apenas.
Con traje y corbata, su esposo avanza por la habitación, toma su telefono y las llaves de su coche. Ya es hora de ir a su empresa, o como le dice Rai, es hora de que vaya a mirarle las piernas a sus secretarias.
—Bañate ya, sabes que no me gusta repetirte las cosas —Le dirigió la palabra el hombre.
Rai en cambio, gateó por la cama y aprovechó su lindo rostro para ganarse al viejo.
—Me gustaria salir a dar una vuelta, quizá ir de compras... —Le hizo caritas para convecerlo. —Prometo que te gustará y lo verás esta noche.
El hombre nisiquiera le miró, pues estaba revisando su agenda, pero no se negó y buscó en su cartera.
—Esta bien, pero no te demores como la vez pasada. Sabes que eso me molesta.
El señor Walters, tiró algunos billetes sobre la cama y se marchó.
Rai recogió el dinero, no gustándole la manera en que se lo dió.
—Antes cumplía todos mis caprichos y ahora me tira dinero como si fuera una prostituta— Se quejó.
No debió ser tan tonto y casarse con ese hombre. Bien se lo decían, que llegaría el día en que se arrepienta
⏰
Rai desayunó lo que la empleada le preparó y despues se fue en el taxi que vino por él. Desde la ventana podía ver la cochera de la residencia, con varios carros lujosos y los que no podia usar a su gusto.
Siendo de mañana, pudo pasear por el centro comercial sin tanta gente alrededor. Con el dinero apenas se compró unas gafas y un conjunto de lencería muy bonito. No era para agradar a su esposo, mas bien porque a él le gustaba usarlos. Su mente era un mundo de fetiches y gustos que pocos comprendían.
—Quiero una orden del helado especial de promoción, por favor. —Ordenó, cuando llegó a una heladeria con espacios al aire libre.
Rai ocupó una mesa que tenía su sombrilla personal. Estuvo ahí, estrenando sus gafas y oyendo algo de música con sus auriculares.
El helado llegó y pronto la probó, no sin antes publicar la fotografía del postre a sus redes sociales. Incluso se la envió a su esposo, añadiendo tambien la fotografia de la lencería que compró junto a un mensaje pícaro. Su respuesta fueron las flechitas de visto y sin respuesta alguna.
—Bah. Viejo puto. —Lo maldijo, al saberse ignorado.
Mientras degustaba su postre helado, vió a un joven con un atuendo bonito y la boina que usaba era un accesorio que deseó tener. El chico lo notó y le dió una sonrisa que él correspondió, tambien levantó el pulgar para alagar su buen gusto, y el joven le devolvió el gesto alagando tambien su look.
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10:45
Short Story(BL) Debido a una gran confusión, Rai es secuestrado y llevado ante un peligroso criminal jefe de la mafia, Blake Wolf, uno de los hombres mas buscados. • BL mafia • Romance +18🔥 • Historia corta. 20 capitulos +extras