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ESPECIAL

—"Mmh... Rai...."

Una exhalación profunda resonó desde el otro lado de la línea, dudosa y algo incómoda.

—Si, Blake —Rai conservaba su sonrisa, mientras yacia recostado de vientre sobre la cama y con teléfono pegado al oido.

—"Y... ¿Cómo estás?"

—Con calor y ganas de divertirme un poco —La voz de Rai sonó melosa y traviesa.

—"¿Qué llevas puesto?"

—Tan solo una camisa tuya~

—"Mm... comprendo. Es un día caluroso despues de todo"

Rai no pudo mas y estalló en carcajadas, girando sobre el amplio colchón y presionandose el estómago.

—Blake, eres tan malo en esto.

—"¡Tch! Te dije que no daría resultado"

Rai no podía calmar su ataque de risa y Blake ya perdía los estribos por el fiasco de la idea. Sin duda, el sexo por teléfono, fracasó.

—Pero Blake, la pasada vez que me llamaste a mitad de la noche, pasó tan natural ¿Qué pasó ahora?

—"No te burles mas o lo pagarás muy caro" —Gruñó Blake.

—Bien, entonces enciende una computadora para vernos —Sugirió Rai.

—"Ya te dije que en este lugar no hay señal de internet y la cámara de mi teléfono está dañada hace semanas"

—Deberías cambiar ese vejestorio de teléfono. Dinero no te falta para hacerlo.

—"Sabes que me apego a las cosas"

Rai suspiró silenciosamente ante esa respuesta. Ya conocía las manías de Blake, como por ejemplo, conservar demasiado los objetos que usa a menudo, como su cartera de casi ocho años de uso, su reloj de pulsera y su teléfono que ya presentaba fallas.

—Entonces intentémoslo de nuevo. Te ayudo —Rai se aclaró la voz y visualizó a su esposo tocándolo. —Estoy imaginándote con el sudor cubriéndote, bajando por tu pecho y hasta llegar a los vellos bajo tu abdómen, mientras yo lamo esos rastros hasta el final.

—"Eso suena algo asqueroso, pero..."

—¡Blake! —Rai se echó a reir nuevamente, matando el fuego en su interior. —¡Realmente apestas!

Fue suficiente la burla y Blake terminó colgando.

—Hey... —Rai apenas se calmaba, pero sintió desconcierto al oir los pitidos. —¿Me colgaste?

🕢

Sin mucho humor, Blake abandonó la ducha y cubierto con una bata, buscó algo que usar.

—Señor Wolf —Su asistente dió un par de toquidos a su habitación.

—Pasa.

—Su reserva al Imperious es dentro de una hora. ¿Aún tiene ánimos de ir? —Le consultó Joseph.

—Si, necesito despejarme un poco —Afirmó, aún teniendo el recuerdo de esa llamada incómoda con Rai.

Joseph acató y fue a preparar el carro de Blake. Los negocios de Wolf en esa ciudad acabaron y tenía la noche libre antes de regresar a casa.

Mas tarde, Blake y su asistente se hallaban sentados alrededor de una mesa privada y con una vista excelente de la ciudad. En la mesa descansaba una buena botella de vino blanco y caviar, ademas el mesero ya esperaba sus órdenes.