Konohana ;✧ BakuTodo

Veintiuno

—Mi abuelo es muy controlador y para mi generación se supone que los "añadidos" deben ser todos rubios. — Gesticula con las manos, para restarle importancia, luego le toma las manos al anciano con total seriedad mirándole a los ojos. —Mis cuñados son rubios y las parejas de mis primos también, se imaginará escándalo que se formaba en las reuniones familiares por mi culpa.— Se ríe y le resta importancia soltando las manos del alfa mayor. —Cuando Katsuki comenzó a seguirme por toda la U.A. se me hacía molesto al principio, pero cuando me di cuenta de que podía beneficiarme, comencé a conocerlo en realidad...

Shoto le dirige la mirada al alfa, con unos ojos que lo hacen parecer enamorado, si no fuera por el ligero tic en la ceja que lo acusa con Katsuki cuando está a punto de mentir asquerosamente, ni siquiera lo habría notado.

— A pesar de lo feo que es y lo malhumorado que puede llegar a ser, es una buena persona y puede llegar a ser bastante lindo si se lo propone, además, me trata bien todo el tiempo...y siempre se preocupa por los demás aunque no lo diga todo el tiempo— Comenta con una sonrisa practicada, cuando el alfa mayor se apoya en la mesita y el rubio simplemente alza una ceja.— Es la primera persona que me hace sentir tantas cosas en tan poco tiempo. 

—Oh, entonces Tokyo durante la tarde noche, mi asistente va a llamarte.—Menciona su abuelo, aparentemente satisfecho, que le dice en una mueca al alfa «No lo dejes escaparse».

El resto del cumpleaños fue un martirio, sobre todo porque cuando Mitsuki noto que no iba a funcionar la guerra con Shoto y comenzó a encabronarlo a él, diciéndole que debía compartir al omega con sus primos y cosas así de molestas que lo habían hecho querer lanzarse de lo alto juego inflable al suelo de cemento. No le vieron ni los pelos al baboso de Monoma, por lo menos no tuvieron que aguantar al psicópata ese diciéndole alguna barbaridad al omega.

Cuando ya estaban por irse, Mitsuki les había regalado un paquete de Condones evidentemente rotos con la premisa de que quería nietos pronto, lo que había causado un sonrojo brutal en Shouto, el cual se había despedido de Aki rápidamente y metido al auto con la cara roja hasta las orejas, que lo hacían parecer un tomate, y no pudo evitar reír por lo divertido de la situación, que dejo de serlo cuando Akihiro comenzó a hacer un berrinche al acordarse que su hermano le había robado a su omega el día de su cumpleaños.

—Si los sigues mirando vamos a tener que usarlos.— Dice el alfa mientras conduce a dejar al omega a su casa.  Si Shouto sigue observando la caja apoyada en el parabrisas de esa manera seguro va a prenderle fuego, literalmente.

—Ya quisieras malparido.—El dual se hace pequeñito en el asiento y Katsuki se ríe.

—No me molestaría quedarme con tu cola de bufanda, Shoto.— Katsuki acerca su mano a la pierna del omega que lo golpea inmediatamente.

—Me tocas y te la corto.— Dice amenazadoramente.— Y no solo la mano.

Katsuki se ríe de buena gana. Se mantienen en silencio por el camino hasta llegar a la casa de Todoroki, donde hay dos personas esperándolo en la entrada, a la mitad de la maldita calle.