Konohana ;✧ BakuTodo

Sesenta

—¿Cómo?.—Shinso sigue tecleando mientras su jefa sigue mirando a Neito, que está cómodo encima de sus piernas. Ya ni siquiera pelea con Neito cuando se le sube encima, o lo muerde de sorpresa, solo ignora y sigue haciendo lo que debe hacer. 

—Así como oíste preciosa, prueba esta crema, te juro que hace maravillas tu bonito cabello rizado. —Dice entregándole la crema para peinar. Él suspira un segundo y Neito lo mira.—También tengo para el desastre de tu pelo. 

—Mi pelo no es un desastre.—Dice.—A veces. 

—¿Cómo puedes tener a un omega así de lindo en tus piernas y estar tan tranquilo?. —Dice la alfa mirándolo de brazos cruzados. Válido viniendo de alguien que no conoce bien al conversador de Neito, que puede hablar 5 horas seguidas sin quedarse sin aire.—Tú definitivamente eres un trabajólico... 

—Lo que tiene de bonito lo tiene de odioso.—Dice mirándolo para acomodarle el pelo detrás de la oreja, mientras el omega hace un puchero.—Prettier when is quiet. 

—Es un alfa negligente.—Dice Neito haciéndose el dolido con las manos. —La tiene de este tamaño, por eso me quedo.

Aún le sorprende que Neito recuerde exactamente el tamaño de lo que tiene entre sus piernas sin siquiera tener que cogérselo. Él solo lo vio ese día en el departamento y el tamaño le quedo grabado en la retina.

La alfa se ríe y él niega con la cabeza.—¿Ya dije que es más bonito cuando está callado? 

—Ow, me encuentras bonito.—Dice recostándose completamente en su pecho para darle un beso en la mandíbula. —A veces me hace creer que soy el omega más feo del mundo.

—Shinso.

Lo regaña su jefa. 

—Solo me quiere hacer quedar mal para que me corra y así tener más tiempo para ir a gastar el dinero de su abuelo.—Dice cambiando de página, Neito parece más divertido cada segundo.

Su jefa los deja solos, un rato después de chismear con Neito sobre la ropa de temporada. Él estira los dedos de la mano ya medios tiesos, por tanto, teclear cuando Neito agarra una de sus cremas y comienza a hacerle un masaje en la mano. 

—¿De dónde conoces a Geten?.—Pregunta, y él suspira. Se había olvidado de ese asunto.

No ha visto a Shoto tampoco como para decirle y tampoco sabe que tan apropiado sea decirle por teléfono. 

Después de todo, no sabe como va a reaccionar cuando sepa que Geten y Katsuki se conocen; peor aún, si su suposición es cierta, cuando sepa que son destinados. 

Es un desastre que ocurrirá pronto.

—Mmm, de su casa.—Miente, oliéndole el cuello. Es un puto hábito que agarro porque Neito siempre se le sienta encima, y de alguna forma, huele a ese chocolate de cafetería cara, no dulce, medio amargo, con algo más, pero no lo puede descifrar bien y eso lo obsesiona.