Konohana ;✧ BakuTodo

Cuarenta y cuatro.

—¿Tu abuelo ya se fue?.—Dice Shouto mirándolo.

—Hubieras visto el centenar de billetes que se llevó. —Se ríe para mirar a Akihiro que está jugando entre los asientos mientras Shoto se acomoda en sus piernas.—Oye, ¿Touya te llevará a la U.A?

—¿No puedes llevarme tú?—Dice el omega, cruzándose de brazos.

—No, es porque voy a quedarme en la casa para que ese logre dormir.—Dice mirando al enano.—Podrías quedarte con nosotros hoy... dormir conmigo o en la habitación de invitados.... si tú quieres, claro; mañana pasamos a dejar a Akihiro al preescolar y nos vamos derechos a la U.A. a tu clase favorita.

Se burla y Shoto bufa. Detesta la clase mixta, realmente la odia. Shouto termina encajando su cara en el cuello del alfa. —No hay forma que no estés usando algún perfume.

—No, tú sabes que no puedo usar perfume.—Dice el alfa, dejándose hacer al sentir cierto grado de desesperación en las acciones del omega.

—Pero hueles muy bien.—Ronronea Shouto, olisqueándolo un poquito más hasta encajarle los dientes en la clavícula.

—No me muerdas, así que me pone caliente.—Murmura divertido cuando Shouto se queda estático, totalmente avergonzado.—Creo que va a presentarse.

Cambia el tema, mirando a su hermano, sentarse mirando al vacío un segundo.

—Cállate, como va a presentarse, tiene 8.

—Ow, aún es horario familiar.—Dice Touya cruzándose de brazos mirándolos para mirar al parásito de Akihiro que está evidentemente aburrido mientras juega con un paquete de cabritas que Shouto le trajo antes.— Dijeron que aún no pasas la tarjeta, mueve ese trasero, yo cuido a tu rubia mientras. 

Dice cuando Shouto lo mira acusatoriamente.

—No le digas cosas raras.—Dice para bajar corriendo, y casi caerse en el último escalón. Katsuki mira a Akihiro otra vez que está bailando con los audífonos puestos y después mira a Touya que le patea la canilla.

—Ya sé que quieres cogerte a mi hermanito.

Dice el alfa, y Katsuki no sabe si debe admitirlo directamente.

Como si el pensamiento intrusivo de Shouto gimiendo su nombre a mitad de los besos no fuera algo que viviera gratis en su cabeza, o como de sus ojos caen lágrimas dulces cuando está por venirse.

—La cosa es que tienes que esperar a que le llegue... tú sabes, el calor, un poco después de eso.—Comenta y Katsuki alza una ceja. No está pensando en eso todavía, en serio quiere cortejarlo bien; pero le llama la atención la /insistencia/.