Konohana ;✧ BakuTodo

Setenta y dos.

El cenizo dio otra vez con un callejón sin salida; fue al cementerio, y a todos los lugares dentro de la ruta de Shinso. Shoto no estaba en ninguno de ellos.

"Donde no podrás encontrarlo"

Quizás debió tomar más en serio lo dicho por el peli morado, aun así, Sero le consiguió la clave de la puerta; literalmente empezó a sacar cartas del mazo y segundos después escribió un número en un Post-iit y ¡ábrete sésamo!. 

Él perdió las alianzas con las que iba a terminar el cortejo, en una chaqueta que estaba dentro de la habitación. Ahora mismo no sabe qué hacer, podría comprar otras, se está debatiendo porque esas eran perfectas y ahora tendrá que mandarla a hacer para sentirse satisfecho. 

—¿Qué mierda te pasó en la cara?

Katsuki detesta sus instintos; en especial cuando se trata de Geten.

Pero eso ya lo ha dicho muchas veces.

—Tu cuñada me golpeo... —El omega hace una pausa dramática para lloriquear.—Ella creyó que le estaba coqueteando a Aiko...

Ah. La novia coreana de Aiko que no mata ni a las moscas porque le dan pena.

Seguro.

Probablemente, sea cierto que lo estaba haciendo, pero teniendo a Geten cerca su mente se medio descontrola. Y casi se olvida la razón por la cual está aquí, en especial porque le molesta la mejilla morada que Geten está luciendo. Además de que este omega no debería estar en el puto estacionamiento de la U.A.

Katsuki abandona ese curso de pensamiento cuando Geten hace el intento de tocarlo, y para evitarlo le tira neutralizador en toda la mano.

—Creo que aún no comprendes que no me gustas Geten, deja de molestarme.

—Dios, Katsuki.—Geten hace una expresión de exasperación siguiéndole el paso al auto.—No me quieres, pero se te aloca la mente cuando estoy cerca, no te gusto, pero fantaseas conmigo si estoy mucho tiempo cerca. ¿Crees que a tu novio le gustará saber eso? Saber como un simple tacto elimina tu amor por él, como seguramente lo único que ronda en tu cabeza cuando me ves soy yo...

—¡Cállate!.—Suelta, pero su sistema se contiene después de eso.—¿Tienes idea de todo lo que implica tenerte como destinado? Me duele la cabeza cada vez que te tengo cerca y quiero vomitar de lo mareado que estoy.

Su voz se suaviza instintivamente y Katsuki lo odia, pero no puede evitarlo.

—¿Cómo se llama?

Katsuki frunce el ceño mirándolo.

—¿Cómo se llama? Iré a contarle Katsuki, le diré como te muevo el piso, como soy la persona que más deseas en el planeta, y que además el destino nos hizo el uno para el otro.