II. La mariposa negra.

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Encerró la alternativa B y luego negó con la cabeza. Lo borró con la goma y luego encerró la C. Soltó un largo suspiro y luego miró al profesor que se encontraba mirando todo como si estuviera en al examen más importante del mundo. No era la primera vez que llegaba sin haber estudiado y de todas formas le iba bien, aunque lo solía evitar lo más posible, ya que quería aprender de verdad para ser una buena profesional. 

Leyó la siguiente pregunta y se puso a analizarlo para encerrar con más confianza la alternativa A. Estaba segura de que había escuchado sobre eso en una clase, hasta podía escuchar como lo había dicho exactamente el profesor. Siempre le pasaba eso, recordaba a la perfección no tan solo al profesor, sino también sus apuntes. 

Se acomodó en la silla y comenzó a escribir la parte de desarrollo. Era una pregunta que tenía relación al examen anterior, así que lo puso responder con facilidad, aunque en los siguientes tres las respondió con mucha duda. 

En el momento que escribió la última palabra se levantó, guardó el lápiz en su bolsillo, agarró su bolso y fue a entregarle la prueba al profesor. Al salir del salón miró hacia arriba y le rogó a dios que le diera una buena nota. No creía en él, pero pensaba que no se perdía nada en hablarle en vez en cuando para pedirle cosas. 

—¡Eso fue horrible!—escuchó gritar a Ryujin, su amiga que salía del salón—Te copie todas las alternativas, pero las de desarrollo estaban imposible ¿Cómo respondiste la cuarta? Esa ni la entendí—comentó mientras salían de la universidad para ir a sus clases prácticas. 

—Si hubieses ido a clases, lo hubieses respondido. 

—Siempre la misma mierda—susurró—¿Pero qué respondiste? 

Karina encogió sus hombros. Ryujin la miró con desagrado, pero no se podía enojar si le dejaba copiarle y le pasaba sus apuntes. Rodó los ojos al rendirse, no se le podía sacar mucha información a Karina. Cambio el tema hacia el paciente que tuvo ayer cuando estuvo ausente para así no estuviera tan perdida al llegar. 

Le contó sobre un hombre que había llegado con una antigua herida infectada al creer que no era importante ser tratada. Le dijo que tuviera cuidado, ya que solía hacer comentarios bastante desagradables. Karina se rio al ver como Ryujin se enojaba porque el hombre le había tocado la mano a la chica que le gustaba. 

Al llegar al hospital notó el olor a desinfectante y a rosas que tanto caracterizaban al lugar. Ryujin se quedó callada desde el primer momento, le gustaba fingir que es una chica misteriosa. Si no tuviera esa idea de que con eso iba a poder conquistar a Yeji, no hubiese podido concentrar al tablero donde salía con qué pacientes estaría a cargo ese día. 

Al especializarse en adultos mayores, su primer paciente era una mujer de 73 años que debía de tener un cambio de vendaje tras su operación. La señora Kang era una mujer que ya había tratado, por lo que fue con mucho ánimo con todo lo necesario para su tratamiento. 

—Espero que no me haya extrañado ayer—dijo con ánimo al entrar a la habitación. 

—¿Por qué se ausentó? La otra enfermera era muy seria—habló con dificultad. 

—Me acabo de mudar y aproveché para descansar un poco. Lamento no haber estado ahí para darle ánimos en la operación—dijo al sentarse en un banquito y sonrió con cariño al ver a su paciente. Cosa que le dificultó un poco al notar, apenas, una mariposa negra. Se encontraba reposada sobre la coronilla y parecía estar hecha de humo—¿Ha sentido alguna molestia?—preguntó y con guantes ya puestos, comenzó a retirar el vendaje antiguo con extrema delicadeza. 

—No siento ningún dolor—Karina dejó la venda sobre la bandeja de acero inoxidable. 

—Eso es fantástico, señora Kang—dijo mientras examinaba la herida—se ve que va a cicatrizar muy bien ¿Le toco el doctor Jong? Él siempre hace buenos puntos. 

Crossroads [Winrina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora