Crossroads [Winrina]

IV. Invierno.

"No puedo ni moverme" leyó cuando volvió del trabajo.

"Entonces, inhala contando hasta 7, mantiene por 4 y exhala por 8"

"Eso ha servido mucho, gracias" Leyó cuando despertó.

"De nada"        "¿Quién eres?"

Se quedó mirando la pizarra, como si en cualquier momento vería como la tiza se moviera sola para escribir un nombre. Se sentó en el suelo, recta y atenta a cualquier movimiento de su habitación. Estaba llena de preguntas, si hubiese sido alguna de las chicas, las hubiese escuchado al entrar a su habitación mientras dormía. Ante sus largas noches en lugares con gente que se quieren matar, su sueño era bastante liviano. 

Sin apartar la vista, comenzó a distraerse con sus pensamientos. En las películas siempre era un fantasma quien dejaba mensajes y, aunque no creía en fantasmas, le aterraba que fuese eso. Necesitaba encontrar una respuesta creíble para no pensar en estupideces. La única que se le ocurría era que fuera alguna de sus compañeras de piso, pero ya había encontrado la falla de que no despertar cuando entraran. Tal vez algo tiene la cama que le hace dormir más profundo de lo normal, o era porque aún no recuperaba las fuerzas del otro lugar. 

Invierno. 

¿Qué pasó en invierno? 

Inclinó un poco su cabeza ¿Qué hacía esa palabra en su mente? Trató recordar en que estaba en el invierno pasado. Se encontraba viviendo con ese chico que rompió la puerta y tiró todos sus libros de su carrera de ingeniería por la ventana. Recordó que fue cuando Ryujin le confesó que le gustaba Yeji y desde ese día debe de soportar su frustración por no lograr nada con ella. En el invierno pasado vio 14 mariposas negras y una gris sobre sí misma. La vio un poco antes de que Ryujin le dijera quién le gustaba, cuando pelearon luego de que se quedara a dormir donde ella para estudiar juntas. La mariposa gris se apoyó en su hombro y se dio cuenta lo sola que estaba en el mundo. No tenía familiares ni otra amiga aparte de Ryujin. 

¿Pero qué tiene que ver eso con esto? 

Frunció el ceño. Sabía era el invierno era importante, le llegó a la cabeza al igual que las respuestas de las pruebas que no estudiaba. Estaba muy claro como para ser un pensamiento normal. Invierno. No podía encontrar el valor de recordar eso y encontraba que era una palabra muy ambigua. El invierno dura aproximadamente tres meses, tres meses donde podría haber una pista ¿Alguna película? No recordaba ver ninguna película que vio en ese invierno. 

Pasó sus manos por su cabello y cerró los ojos para encontrar una respuesta. Sintió en su nuca la brisa fría y se concentró en eso. Recordó a una niña que una vez se sentó a su en el almuerzo, en la universidad. Eso no le era extraño, ya que ese lugar estaba tan lleno que cuando estaba sola era común que alguien más se sentara cerca. Pero ni siquiera le había visto la cara al estar leyendo una ficha médica de una nueva paciente. Sin embargo, eso no pasó en invierno ni en el año pasado, ni siquiera se recordaba cuando fue. Talvez se estaba yendo a las ramas, pensó y trató volver al invierno. Recordó que tuvo una cita con la nieta de una paciente ¿Minju? ¿Mijoo? No, eso no era importante. Recordó que vomitó por comer mucho ramen. Que uno de los hombres con que vivió se la pasaba escuchando a Harry Styles. 

El sonido de la puerta del lugar hizo que diera un gran salto del susto. 

—Pase—dijo mientras intentaba calmar sus latidos. 

Vio como se asomaba la cabeza de Giselle. Se miraron un segundo y cuando la menor encontró extraño que estuviese sentada en el suelo miró la pizarra. 

—¿Quién eres?—leyó en voz alta y Karina vio como una niebla blanca salía de su boca. Eso solo lo había visto cuando hacía menos de 0 grados y en ese momento se encontraban aproximadamente en 18 grados—No le sigas hablando a la pared—su voz sonaba temblorosa y Karina pudo jurar que veía como se congelaba.