XVIII. Después de

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—Es una buena persona—dijo Minjeong mientras se sentaba al lado del cuerpo irreconocible. Namjoon miró a su dirección, asustado de lo que podría llegar hacer—Lo vas a ver, ella en este tiempo hará todo lo posible para que sobrevivas esto, no lo hará con maldad, así que trata no asustarte, lo hará porque estudió para salvar vidas. Es una buena persona.

El cazador trató hablar, quería gritar por ayuda. Quería ordenar a que mataran a Karina lo antes posible. Era una bruja mucho peor de lo se imaginaba. Era todo lo que su padre decía y más. Un ser humano corrompido por la magia. Lo peor de todo: corrompido por él.

—Me voy a entregar—dijo Minjeong, deteniendo sus pensamientos—guardaré las fotos y me entregaré. Puede que tú llegues a entender la situación antes de morir, mientras veas a Karina llorar tu muerte. Pero tengo que detener esto y, sé que suena mal, pero no lo haré de la forma pacifica.

"¿Y por qué te entregarás?" Era la pregunta que más se repetía en su mente.

—Un año y medio en una silla eléctrica es suficiente para ser castigada por matar a toda tu gente, ¿no? Con eso estaremos a mano. Con eso ustedes se convierten los malos en esta historia—puso su dedo sobre la mejilla del cuerpo irreconocible. Haciendo que soltara un gemido de dolor—No mueras, aún no. Quiero que veas que todo esto es tu culpa.

Se levantó del suelo y soltó un largo y pesado suspiro. Había visto en Karina sus propios ojos de ella arrepintiéndose por entregarse. Arrepintiéndose por querer soportar algo que era insoportable para cualquier ser humano. Estaba haciendo una locura, eso lo sabía.  Pero también sabia que era algo que ya pasó en el futuro. Que el destino no podía ser cambiado, por más que lo intentara. 

Comenzó a caminar con lentitud. Con la fotografía en su bolsillo, pero dejando su mochila con su billetera. Con eso no tardaría en encontrarla. Bajó la escalera con mucha fuerza de voluntad. No solo estaba haciendo eso por Karina, ella también parte culpable de que llegaran a ese punto. Si quemara las fotos, Karina no llegaría a ese punto, pero Minjeong también es humana y así, egoísta, quería que la conociera y se enamorara como lo hizo. Quería esa cita que le prometió y que ambas sonrieran de verdad.

También lo hacía por todas las brujas que existen. La casa quemada era un refugio para las chicas como ellas, eso lo supo inmediatamente ¿Qué otra casa colocaría una ilusión para que no lo descubrieran?

Cuando Namjoon le hizo llegar ahí pudo ver a cuatro chicas escapando. Un recuerdo de lo que pasó en el incendio. Cuatro chicas estaban ahora sin protección y había una comunidad que las quería muertas sin conocerlas.

—¿Por qué llegas tan tarde?—preguntó Ningning al verla entrar al departamento. Su sonrisa se fue rápidamente al sentir una molestia en su pecho, un mal presentimiento.

—Me quedé dormida en clases—dijo Winter entre risas—¡Y nadie me despertó!—se sentó al lado de Giselle. Las chicas la estaban esperando para comer.

—Deberías de hacer más amigos—dijo Giselle.

Ningning ignoró su molestia y comenzó a reírse junto a las chicas. Había sido un año difícil para Winter, ella no sabían el porqué, Minjeong le solía decir que la universidad era más difícil de lo que pensaba y que le estaba estresando. Es por eso que llevaban un tiempo sin ver que Winter estaba completamente para ellas, sin preocupaciones en su mente.

Solo le faltaba dormir más, pensaron ambas.

Giselle comenzó a contarle sobre sus cosas, tenía que ponerle al día con sus idioteces. Le contó sobre una fiesta de la facultad que fue y todos los momentos inolvidables del año. Ningning también lo hizo. Extrañaban tanto la atención de Winter que se la pasaron toda la noche hablando y riendo.

Crossroads [Winrina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora