IX. Las fotos

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—Minjeong—susurró Karina. 

Se encontraba sentada en el centro de su habitación, meditando con los ojos cerrados y en posición de loto. Respirando hondo y tratando tener la mente vacía para escuchar con claridad la voz de Winter. Era el segundo día que trataba comunicarse con ella. El primer día fue justo después de que perdiera contacto con ella, gritó su nombre y era consciente de lo ridícula que se veía buscando algún mensaje de ella, escribiendo en la pizarra y preguntándole a sus compañeras de piso si sabían alguna otra forma de comunicarse. 

Ningning pensó que tal vez no podía contactarla porque estaba cansada. Que talvez gastó mucha energía "Mágica" al meterse en la fotografía. Sin embargo, su don estaba más potente que nunca y eso no la dejaba dormir. 

En la primera noche, Karina se acostó como cualquier otro día. Giselle le hizo ponerse una máscara de barro y otros procesos más para que así pudiera relajarse más. En ese momento le hablaron más de Winter. Le contó sobre el origen de su apodo, que era por poder atraer el invierno. Ningning se llegó a levantar de la silla para estirar sus brazos y contarle con demasiada emoción en como hizo nevar el departamento en el día más caluroso del año. Recordando entre carcajadas que luego de eso tuvieron que trapear la nieve derretida. Giselle le contó que a pesar de vivir mucho en su cabeza, en la hora de comer, siempre se ponía a actualizarlas con los chismes que solo ella tenía. Karina se reía de cada una de las anécdotas. 

Pero eso no fue suficiente para cansarla para que se fuera a dormir en el primer segundo que se acostara. No tan solo escuchaba y sentía el estrés de cada persona en el edificio. También escuchaba y sentía los miedos, las tristezas, la ira, a los estudiantes que seguían estudiando. Escuchaba todo. En posición fetal y con las palmas de sus manos tapando sus orejas, como si esas cosas estuviesen afuera de su mente. Temblaba por el miedo de escuchar gente gritar en su mente lo que no podía gritar de verdad ¿Cómo es que Minjeong pudo sobrevivir eso? 

Podía escuchar a su vecina de al frente, preocupada de que su esposo la engañara. También a una adolescente sufriendo por verse en el espejo. A un hombre con miedo de como reaccione su jefe ante su proyecto. A un anciano asustado ante la idea de que su esposa no despierte. A un estudiante estudiando estadísticas. A una mujer mayor con ideas suicidas. A un hombre asustado por la cita que tendrá mañana con el amor de su vida. 

—Cállense—no dejaba de susurrar. 

Se movió en su cama, dando vueltas si parar y llorando ante la idea de que todas sus noches serían así y con el terror que también sus días. No podía soportarlo, ni siquiera se podía escuchar a sí misma susurrando. Abrió los ojos, rendida de seguir tratando y las voces se callaron. Trató dormir nuevamente, pero eso hacía que todo volviera. Se quedó toda la noche mirando el techo, con la imagen de Minjeong sentada en la silla, totalmente desesperada de salir de ahí. 

Tenía que seguir intentándolo. 

—Kim Minjeong—dijo en voz alta. Cinco horas después—No está funcionando—abrió los ojos y miró a Ningning que la estaba mirando desde la silla del escritorio. 

—¿Que tan fuerte abra ha sido la cacheta para que ella tampoco pueda volver?—preguntó Giselle que estaba acostada en la cama. 

—Yo cambiaria la pregunta a ¿Por qué la golpearon?—dijo Ningning—dijiste que se veía dañada, como si eso fuese algo común. 

—En las películas de prisión, es común que la gente se golpee entre sí.

—Pero eso no parecía ser una prisión normal ¿Qué tipo de prisión encadena a alguien a una silla de metal?—preguntó Karina.

—En las de las películas antiguas—dijo Giselle—con electro shock, pero eso es ilegal, ¿no? 

—No creo a que esta gente le importe hacer cosas ilegales—dijo Karina. 

Las chicas se dedicaron a pensar. Ningning comenzó a girar en la silla y las otras dos se quedaron mirándola. Mientras buscaba alguna cosa que hacer, Karina no dejaba de seguir tratando en encontrar a Winter. Buscaba que su cerebro le diera alguna dirección o alguna otra pista. 

—Las fotos—dijo Giselle y las tres miraron las 7 fotos que estaban en el suelo, las 7 con distintas fechas anotadas a mano en la parte de abajo—Winter las sacó y las guardó para que entraras—Karina agarró el de la fecha más cercana, una foto de un árbol, sacado desde abajo y solo se ven sus hojas de otoño—ella si sabía que esto iba a pasar—dijo con odio. 

—No, no lo sabía—dijo Karina—mira bien las fotos—las dos chicas se sentaron a su lado y Karina las puso en orden—la primera, con la mariposa, fue el primer contacto, ella aún no sabía qué pasaba. En la segunda no la sacó a para llamarme. La tercera, seguro ya estaba entendiendo lo que pasaba, ya que es solo esta ventana de acá. En la cuarta ya está queriendo mostrarme algo, eso es en la universidad, ¿no? 

—Y es la fecha de su cuarto semestre—dijo Giselle. 

—Winter si trató de evitarlo, siento que trató—dijo Karina—, pero cada vez que fallaba, sacaba una foto. 

—¿Y si le tratas de hablar?—preguntó Ningning—Si pudo verte y escucharte una vez, puedes ir preguntándole que le pasa, ¿no?

—No creo que pueda cambiar el pasado, esto no son viajes en el tiempo, son recuerdos—agarró la segunda foto—pero trataré hacerlo—suspiró mientras miraba con atención las hojas del árbol. 


Nunca más meto el tiempo en un fic.

 Se me está fundiendo el cerebro con esto.



Crossroads [Winrina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora