Capítulo 12

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Llevaban días a bordo de ese barco de la nación del fuego, los pocos que habían resistido al ataque de Ba Sing Se habían logrado robar algunos barcos donde poder huir. Appa era de los que peor llevaban la travesía al no poder salir por miedo a ser descubiertos, el resto estaban completamente desolados, y Aang...

El Avatar llevaba una semana inconsciente, Katara y otros sanadores de la tribu del agua aseguraban que el Avatar sobreviviría, pero no había pruebas de esa certeza.

Zuko suspiró, llevaba horas mirando el horizonte dónde sólo había mar con la única motivación de no entrar de nuevo en el barco. No podía escuchar otra vez a Katara decir que todo iba a ir bien, que Aang iba a despertar, que todos se iban a reponer del golpe...

—Odio esta lata metálica. — Le interrumpió la voz de Toph a sus espaldas, ella tambien parecía necesitar salir de allí y tocar tierra.

—Yo odio que todos digan que todo va a salir bien. — Zuko agradecía la compañía cascarrabias de la chica.

—Yo odio el mar. — Continuó ella sonriendo mientras se apoyaba en la barandilla.

—Yo odio que Aang no despierte.

—Yo odio haber dejado atrás a Iroh...

—Yo también odio eso...

El silencio volvió a la cubierta pero ahora que no estaban sólos se sintió aún más solitario.

—Katara es muy insistente, normal que te agote. — Le concedió la chica. — Pero lo hace para no desmoronarse, ella también lo ama.

—No puedo seguir su ritmo, los primeros días sí que pude, pero ahora...

—Lo sé.

Zuko esperó unos segundos de silencio antes de volver a hablar.

—Mi tío estará vivo, pero lo habrán hecho prisionero. — No fue el mejor consuelo que había dado en su vida, pero con Toph no valían las mentiras, solo la verdad.

—Muchas gracias.

Sus conversaciones siempre habían sido sinceras, se entendían a pesar de que todos pensasen que sus caracteres eran demasiado fuertes como para hacerlo.

—¿Cómo llevas que Suki se nos haya unido en el barco? Se supone que en un par de días cambiará de embarcación. — Zuko había notado la crispación de la chica y la atracción que sentía hacia Sokka, aunque debía de ser él único.

—Bueno, agradezco no poder ver tanto al estar en esta lata de metal, pero lo llevo bien. Creo.

El sol comenzaba a bajar delante de ellos cada vez más cerca de ocultarse bajo el inmenso mar que los rodeaba. Otro día terminaba.

—Tengo que ir a relevar a Katara...

—Que te sea leve. — Toph no.fue suave cuando azotó su espalda para infundarle ánimos. — Y oye, seguro que despierta. Necesita tiempo para volver.

Zuko asintió, a pesar de que no podía verlo, porque sabía que ella sentiría su gesto.

***

La oscuridad para Aang fue solamente unas horas, tal vez solo minutos, pero lo realmente difícil fue retomar el control de su cuerpo. Cuando comenzó a abrir los ojos sintió hasta los párpados inmensamente pesados, oyó muy lejos a Katara llamarlo seguido de otras palabras, pero no podía hablar. ¿Dónde estaba?

Poco a poco comenzó a mover las manos y cada vez la voz de Katara estaba más cerca, al igual que una voz masculina. No trató de girar la cabeza hasta que sintió una caricia inconfundible en su mejilla, Zuko. Abrió los labios pero no salieron palabras de ellos.

Avatar: Compañeros de LeyendaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora