Capitulo 1. El destino

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Desde pequeños hemos escuchado hablar sobre el destino, una fuerza invisible que mueve nuestras vidas, que se forja por las decisiones que tomamos día a día, el destino es aquello que surge como resultado de nuestras acciones, unos dicen que ya está escrito, y otros dicen que nosotros lo escribimos.
El destino puede lograr que dos personas, cuyos caminos en un principio nunca se habían encontrado, terminen enamorados. El destino tiene sus planes para todos.
¿Crees en el destino?

POV Lloyd

Se encontraba caminando por el campo de futbol americano, de regreso de la residencia de su mejor amigo, Jay. Aprovechando la tranquilidad para mandarle un mensaje a su primo, pues no se había contactado con él todo el día.
Su edificio no estaba muy lejos, pues ambos se encontraban dentro del mismo campus, pero si tenía que recorrer un largo tramo para llegar, ya era de noche, y lo único que iluminaba el camino eran los postes de luz con los que contaba la universidad y la enorme y hermosa luna.
Al cabo de unos ocho minutos llegó hasta su residencia, notando el ruido que provenía desde dentro de la habitación, supuso que su compañero de cuarto ya estaría ahí, suspiró entrecortado , con nervios de conocer a la persona con la que compartiría habitación el resto del año, sacó sus llaves, y abrió la puerta.

Al abrir se encontró con un chico de tez muy clara, como la nieve, ojos grandes de un color celeste, nariz recta y rasgos finos, muy alto, y más para el chico, que apenas media 1.71, este al notar su presencia decidió dar el primer paso.

-Oh, Hola, tú debes ser mi compañero de habitación, soy Zane Julien.-el ojiazul se presentó con una sonrisa, y le tendió la mano a Lloyd, por algún motivo aquel chico le transmitía confianza, y su sonrisa se le contagió.

-Mucho gusto Zane, soy Lloyd, Lloyd Garmadon- dijo, mientras estrechaba la mano del más alto.

-Lloyd, un placer, veo que ya desempacaste, supongo que llegue un poco tarde.- rió Zane, mientras ponía su mano en su nuca.

-Nada de eso.-Lloyd empezó a hablar en un tono más despreocupado.-Yo llegue desde muy temprano, quería desempacar y tomarme mi tiempo de conocer el campus, aparte le prometí a mi amigo Jay que lo ayudaría a desempacar sus cosas.

-Ah, está bien Lloyd, entonces...si dices que ya conoces por aquí, sabrás de...¿Alguna tienda o cafetería cercana?

-Sii, de hecho si, hay una a pocos minutos de acá, está dentro del campus, ¿Quieres ir?-sugirió el ojiverde.- y si gustas cuando regresemos puedo ayudarte a desempacar, así acabamos más rápido

-¿De verdad? Muchísimas gracias Lloyd, está bien, vamos.

Ambos salieron de la habitación, decidieron tomar el elevador, ya que su habitación se encontraba en el sexto piso y no tenían ganas de bajar tantas escaleras, platicaron un poco durante el descenso, el elevador timbró cuando por fin llegaron al lobby de la residencia, las puertas del ascensor se abrieron y el más bajo quedó frente a frente con un chico, castaño, muy alto, casi tanto como Zane, de tez morena, pero no tanto, ojos cafés chocolate, cabello muy alborotado y una pequeña marca que recorría desde su ceja hasta su párpado inferior, por un momento, y por más cliché y cursi que pudiera sonar, Lloyd sintió como el tiempo se detuvo, sintió como todo su alrededor se quedaba el silencio, solo ellos dos. En aquellos ojos había un brillo que le deslumbraba, un brillo que jamás había visto en nadie.
Cuando Zane lo llamó, volvió a la realidad, sacudió ligeramente su cabeza y salió tras Zane, al salir notó la presencia de otra chica, la cual se veía un poco más joven que el, de cabello corto, lacio y negro, con un flequillo que casi podía cubrir sus ojos, los cuales eran azules y con labios rojos.

Por algún motivo, el castaño permaneció en su mente unos minutos, se preguntaba cómo se habría hecho su cicatriz, o si esa chica linda sería su novia. Tomaron su café, y platicaron, cenaron algo ligero ahí mismo y se retiraron a la habitación donde ayudó a Zane a desempacar, checaron sus horarios y vieron que contaban con algunas clases en las que coincidían , solo las básicas, tales como español, biología, física e historia, solo coincidían en esas, pues no tenían carreras que se parecieran en lo más mínimo: Zane había elegido derecho y Lloyd medicina, pues el deseaba ser ginecólogo obstetra.

El viento que mece nuestras almas [Greenflame]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora