El viento que mece nuestras almas [Greenflame]

Capitulo 3. Arte.

El arte, un vistazo a la mente e ideas de una persona, un retazo de imaginación creado , original, y sin comparación.
El arte es un grito de la creatividad y un susurro a la vez. El arte es precioso, es una forma de comunicación, una manera de compartir algo sin palabras, una manera de tocar el corazón de la gente sin acciones, una forma de liberarse. Una forma de expresión apasionada y libre.

POV Kai

Había pasado ya un mes desde que todos se habían conocido, un mes en el cual el grupo se empezó a volver más unido, empezando a ser más cercanos, a excepción de Vania, quien, seguía muy metida en la universidad, aunque parecía estarse empezando a relajar, y Skylor, quien había estado pasando gran parte de su tiempo libre con sus nuevos compañeros.

Salían casi todos los días de la semana, a excepción de alguno que otro día en el que el rubio se desaparecía por completo, ya que aún no habían empezado a mandar tantas tareas, lo cual le dio la oportunidad a Kai de conocer mas a fondo a Lloyd. Resultó ser una persona muy activa, gruñona y sarcástica, aunque de vez en cuanto también muy cariñosa y amable. Al ir descubriendo más de él, también fue capaz de descartar la idea de que tuviera algo con Jay, se enteró que su papá trabajaba en una empresa importante ahí en Miami y que su madre tenia un restaurante llamado "Lloyd's Dinner", al cual le puso así porque el plato especial eran los waffles que Misako le hacía a su hijo todos los días antes de ir a la escuela (Después de saber eso Kai le rogó a Lloyd para que fueran a comer un día ahí, a lo que, después de tantas súplicas, el rubio aceptó).
Supo que Lloyd era amante de la playa, la Coca Cola, la saga de los juegos del hambre, Harry Potter, y la música de Aerosmith.

También pudo notar que Lloyd estaba enamorado de Iris, de The Goo Goo Dolls pues siempre la estaba tarareando, cuando el silencio inundaba su ambiente. Lloyd inconscientemente empezaba a tararearla, como si no quisiera quedarse en silencio.

Como si...le diera miedo el silencio.

El castaño venía regresando del aula veinticuatro, de administración empresarial, y se dirigía a su siguiente clase, artes, realmente la materia no tenía que ver con su carrera, pero había elegido esa porque era obligatorio tener mínimo una clase extra, y porque era a la que se había apuntado Lloyd. Y no quería volver al fútbol por el momento, pues sabía que le quitaría mucho tiempo, tiempo que no tenía.

Miro su reloj apresurado, había mucha distancia entre un salon y el otro, ni siquiera se encontraban en el mismo edificio, <<11:40, bien, aún tengo tiempo>> pensó. Aprovechó el tiempo y se detuvo en una máquina expendedora para comprar una Coca Cola, aquella que al ojiverde tanto le gustaba, a su mente llegó la idea <<debería llevarle una a Lloyd>> y así lo hizo, la pagó y decidió guardarla en su bolso, para no verse tan raro.

Llegó sin problema a su clase, al entrar, buscó como cachorro perdido al dueño de la bebida extra que había comprado, y después de sacudir la cabeza como loco, lo encontró.

-¡Acá, acá, Kai!- dijo Lloyd, levantándose de su asiento con una sonrisa.

<<El caballete hace que apenas se vea>> rió para sus adentros, sin duda aquel chico lo mataría de ternura.
Corrió hacia Lloyd, para abrazarlo con una enorme sonrisa plantada en su rostro, a lo que él empezó a reír.

-Tranquilo, nos vimos hace dos horas.

-Dos horas eternas enano, es aburrido ir a clase sin ti, lo bueno que te veré ahora también aquí, bendito sea el dios que te coloca en mi camino.-dijo, fingiendo arrodillándose y juntando sus manos, simulando el acto de rezar, ambos rieron.