Las palabras son el lenguaje humano. Desde tiempos antiguos las personas se han comunicado con el habla, pues es aquel que puede transmitir y expresar lo que sentimos o pensamos, aunque no siempre de manera completa o coherente. Las palabras son la solución a los conflictos, y también la forma de crearlos. Estas significan mucho cuando vienen de la persona correcta, y cuando se dirigen a la persona adecuada.
Pero...¿Las palabras son capaces de expresar el sentimiento conocido como amor en su totalidad?POV Lloyd.
Hacia ya casi un año y medio que había descubierto que estaba enfermo, recuerda haber sentido aquel año como un balde de agua fría, un año y medio de quimioterapias sin cesar, quimioterapias que lo hacían pasar semanas dentro del hospital, e incluso meses en casa. Al principio, eran tan fuertes, que le costaba caminar, lo transportaban en silla de ruedas, del hospital a casa, de casa al hospital...
Hubo un tiempo, cuando recién fue diagnosticado , en el que su cabello empezó a caerse y sus huesos a marcarse, la escuela se empezaba a percatar de su situación, y sus compañeros habían optado la penosa costumbre de cuchichear y hacer comentarios en voz baja sobre su aspecto mientras recorría con la cabeza gacha los pasillos. Pasaba horas llorando frente al espejo, rezando por que todo acabara. Y no fueron nadie más que Jay y su primo quienes lo ayudaron a salir de eso y a tomar valor para presentar el examen de admisión en la universidad. Y así, con muchísima ayuda, logro recuperar el brillo en su mirada, volver a soñar e imaginar, a sonreír...logró llevar una vida normal de nuevo.
No le gustaba comentar de su enfermedad porque...le daba vergüenza, y odiaba la mirada que la gente le daba cuando lo confesaba, como si sintieran lástima. Él estaba bien, estaría bien, no iba a morir.-Lloyd, hijo, ¿estás bien?-preguntó su padre, al ver cómo el rubio no reaccionaba al llamado de su madre, observando fijamente el mantel verde manzana que había sobre la mesa. Su padre le dedicó esa mirada, esa mirada de preocupación, como el día en el que todo empezó.
—S-si, estoy bien, ¿Qué pasa mamá?-abrió los ojos, dirigiéndose a la mujer de cabello canoso, la cual se encontraba detrás de la barra de la cocina, lavando trastes.
-Digo que deberías invitar a Kai a la cena de año nuevo, la que hacemos en el restaurante, puede ir con toda su familia, seria entretenido.
-Oh...claro, yo le preguntaré.-dijo, fingiendo una sonrisa, la realidad era que llevaba días pensando en el castaño, hacía apenas media semana que se habían separado, y aunque se mandaban mensajes diarios e incluso habían llamado una o dos veces no era lo mismo, el quería verlo, abrazarlo, sentirlo.-iré a mi cuarto, ya vengo.
Los ojos de sus progenitores se cruzaron, lanzándose miradas preocupadas mientras lo observaban salir del comedor.
-¡Por cierto hijo, tu primo y tu tío llegarán en la noche!-avisó Misako, alzando la voz para que el menor pudiera escucharlo.
-¡Bien, gracias!-cerró la puerta, recargándose en ella para posteriormente sentarse en el suelo. Encendió su teléfono y entró al chat con Kai, sin avisar, marcó.
Al segundo tono, el castaño respondió.-¿Kai?-preguntó desesperado.
-¿Lloyd, qué pasa enano?-el chico no esperaba llamada del rubio, le alegraba, por supuesto, pero tenía que hubiera pasado algo.
-Solo...-se quedó en silencio, en la llamada solo se escuchaban sus respiraciones.-quería escuchar tu voz, te extraño...muchísimo, muchisisisímo.-admitió, cerrando con fuerza los ojos, apenado.
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El viento que mece nuestras almas [Greenflame]
FanfikceLloyd tiene leucemia linfoblastica aguda, y trata de llevar su vida ocultando eso. Acaba de entrar a la universidad, y por obra del destino terminó cruzándose con Kai, un chico alto, guapo y carismático, el cual se gana rápidamente su corazón. Sin e...