El viento que mece nuestras almas [Greenflame]

Capitulo 19. Extrañar.

El mayor miedo de un ser humano es emprender vuelo temprano.

POV Kai.

Kai había pasado las últimas semanas pegado a Lloyd, cuidándolo y velando por su comodidad y bienestar, y su familia se lo había confiado plenamente. Esto al rubio no le gustaba, odiaba sentirse como una carga para él, y constantemente le pedía que se fuera, alegando que no podía detener su vida por él, pero es innecesario agregar que este siempre se negaba.
Y era porque tenía miedo de irse y no volver a verlo, por eso pasaba las noches recostado en su pecho. Por eso al despertar siempre confirmaba que todo estuviera bien y que la máquina seguía marcando su latido y que no había nada irregular.

El castaño había notado que durante las últimas noches de hospitalización Lloyd había tenido pesadillas, las cuales lo hacían despertar en la madrugada con la respiración acelerada, ahogando sus gritos, tratando de que no lo escucharan, y Kai hacía como que no se daba cuenta.

-Lloyd, has cumplido con los dos años de quimioterapia y tratamiento. Los estudios indican que estás listo para la quimio con transplante de células madres. -el corazón de ambos dio un brinco. Lloyd apretó con fuerza la mano de Kai.-Pero...-claro, todo tenía una condición.-hay una gran posibilidad de riesgo mortal.

El silencio se hizo presente en la habitación, el miedo de Kai de perder a su rubio refundió desde sus entrañas. La mano de Lloyd dejó de hacer presión en su agarre con él.

-¿Cuando podríamos tenerla?

El castaño seguía atónito, no sabía que decir, que hacer, o siquiera que pensar.
Tenían tantas cosas por hacer, tanto tiempo. Aún les quedaban muchos lienzos que llenar, muchas películas que mirar, muchas canciones que escuchar. Su historia aún tenía muchas páginas en blanco sobre las cuales escribir, y aquella noticia se sintió como si las hubieran arrancado todas, dejando únicamente espacio para un crudo y horrible final.

-La próxima semana.-avisó la doctora, para posteriormente abandonar la estancia.

No podía ser verdad, el no podía vivir sin Lloyd. Se había acostumbrado a su calor, a su cariño, a su voz, a sus risas, a sus hermosos ojos. A él.

-¿Kai?-el rubio podía sentir como el castaño se desmoronaba por dentro.

-Yo...yo...-¿Qué carajos podía decir?, Lloyd podía morir, LLOYD PODÍA MORIR.

Kai revivía en su cabeza cada momento lindo que había pasado con él. Pensar que ya no podría tener eso nunca más, era como sentir que le arrebataban el aire.

-¡Kai Smith!-exclamó Lloyd, quería sacarlo de su ensimismamiento.

POV Lloyd.

El rubio tenía miedo, muchísimo.

Se sentía como un pájaro sin alas, una hormiga sin antenas, o un gato sin cola.
No podía hacer más que mostrarse fuerte. Tenía que parecer que no estaba asustado, tenía que fingir hasta conseguir y más cuando Kai ya se había quebrado. Lo podía ver en su mirada, temía tanto como el.

Se recargó en el respaldo de la camilla, y Kai apoyó su peso en la mesa de noche blanca que había junto a esta. Encima había un jarrón con flores blancas, las cuales obviamente había llevado el castaño.

-¡Kai Smith!-exclamó. Odiaba levantarle la voz, pero no parecía que hubiera de otra.

El nombrado rápidamente volteó a verlo. Sus ojos dejaban escapar lágrimas sin su consentimiento. Tenía la boca curveada hacia abajo y el corazón roto.