Los lazos humanos son aquellos que formamos en el camino, uniones muchas veces efímeras, fáciles de romper. Al fin y al cabo, las relaciones y los personas son etapas, todos. La gente llega, nos enseña algo, y se va.
Aprendemos de los que nos rodean, de los que nos quieren y queremos.
Los lazos muchas veces se rompen sin que así lo queramos. Las personas muchas veces vuelven, aunque no lo deseemos.POV Lloyd.
El segundo semestre había comenzado, los salones habían cambiado, al igual que las clases y algunos maestros, el clima seguía helado, la escarcha no parecía mostrar señales de empezar a derretirse y los alumnos recorrían los pasillos con mala cara. Las vacaciones de invierno habían concluido.
Un rubio caminaba hacia su salón acompañado por el castaño, el cual venía atento a su celular, esperando una llamada de su tío avisándole que ya habían aterrizado.
-No era necesario Kai, perdona por desperdiciar tu tiempo.-estaba avergonzado. El mencionado se recargaba en el umbral de la entrada, descansando una pierna y observándolo con una sonrisa a medias.
-Si que lo era, y no agradezcas, acostúmbrate mejor, siempre que pueda haremos esto.-completó su sonrisa y le dio un abrazo, para posteriormente desaparecer entre la multitud.
La clase empezó lenta y aburrida, no hicieron prácticamente nada, lo cual era entendible, tomando en cuenta que apenas era el primer día. Seguro que luego trabajarían hasta desintegrarse. Su maestro olía aun a galletas navideñas y tenía un rostro adornado en una áspera arruga en centro de la frente. Las horas pasaban, se entretenía escribiéndole entre ratos al castaño, mandándole videos o simplemente fotos.
Cuando la campana sonó indicando el primer receso Kai y los demás ya se encontraban esperándolo, unos recargados en el umbral y otros frente la puerta, tales como Jay, el cual rodeaba con su brazo a Nya.
-¿Solo faltaba yo?-preguntó Lloyd, con la mochila siendo sostenida solo de un asa.
-Sip, vamos a comer.-Jay habló junto a la azabache, la cual emitió un fuerte quejido.
-Gracias a dios, me muero del hambre, no pude ni desayunar de la prisa.
Salieron del salón, Cole no se encontraba con ellos, Lloyd imagino el motivo, pero aún así le preguntó al castaño.
-¿Y Cole?-levantó la vista, mirando extrañado al más alto.
-Shh...-susurró, moviendo las manos, haciéndole una señal para que bajara la voz.-fue a hablar con Vania, tal vez corten, pero no digas nada.-sonrió.
El rubio se sorprendió, sabía que la relación de esos dos no iba bien, pero no creía que estuvieran a tal punto, no se imaginaba lo mucho que le dolería a Cole, hasta que lo vió.
-Espero le vaya bien.
Después de mucho rato de caminar, llegaron a la cafetería, Nya encargó un rol de canela, para su suerte había suficientes como para no pelear con ningún extraño , los demás ordenaron waffles o baggettes y se dispusieron a comer.
Lloyd devoraba el último bocado de su waffle cuando divisó a lo lejos una cabellera blanca entre la multitud, un color de cabello poco común,, solo conocía una persona con ese tono .
No volvió a avistar aquella melena, por lo que decidió atribuirlo a su imaginación, a veces cuando uno tiene hambre termina delirando.Salieron del lugar y se dirigieron a sus aulas, y como usualmente, el castaño lo llevó hasta su salón. Le tocaba biología, aquella clase, para su desgracia, no la compartían. De nuevo, su campo de visión detectó a una joven de cabello blanco y ojos verdes, con una fuerte sombra de ojos roja y labios rosados: Harumi.
Cruzaron miradas, los ojos del rubio abiertos de par en par y los de la peliblanca iluminados. Kai le platicaba algo, aunque realmente no entendía muy bien que era.
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El viento que mece nuestras almas [Greenflame]
FanfictionLloyd tiene leucemia linfoblastica aguda, y trata de llevar su vida ocultando eso. Acaba de entrar a la universidad, y por obra del destino terminó cruzándose con Kai, un chico alto, guapo y carismático, el cual se gana rápidamente su corazón. Sin e...