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—No puede ser que lo sagrado huela así—Se quejó Percy moviendo su cabeza cuando el trasero de un hombre saliendo del compartimento del baño en aquel bus a donde habían viajado por más de dos horas casi le impacta la cara

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—No puede ser que lo sagrado huela así—Se quejó Percy moviendo su cabeza cuando el trasero de un hombre saliendo del compartimento del baño en aquel bus a donde habían viajado por más de dos horas casi le impacta la cara

—Somos soldados en una misión, no son vacaciones—Reiteró Annabeth cansada, en todo el camino había soportado las quejas del hijo del mar, su paciencia tenía un limite y él la acabó desde que salieron del campamento.

—Gracias por aclararlo, pero si esto es tan importante ¿Por qué Quirón no compró billetes de avión?—Preguntó confundido—Esto parece de alta prioridad ¿no?

Chris soltó una carcajada.

—¿No te lo han dicho?—cuestionó la castaña moviendo su cuerpo para acomodarse en la silla y girar un poco para lograr mirar a Percy sentado del otro lado junto a Grover

—¿Decirme qué?

—No solo los monstruos intentarán detenernos, eres un hijo prohibido, Zeus quizá decida matarte por si mismo y el cielo es su dominio, si quieres viajar en avión... seguramente ya serías comida para tu amigos los peces... anguila—Sonrio la chica ante su explicación y el joven de ojos azules frunció el ceño, si, ahora que la conocía solo pensaba que debería dejar de sonreír, las pocas veces que lo había hecho hacía él era para perturbarlo con golpearlo o su posiblemente muerte.

—Lo que Chris quiere decir es que... viajar por los aures sería como servirte en bandeja de plata—Interpretó Grover de forma pacifica para que las palabras de su castaña amiga no mortificaran a Percy.

Incluso si ya lo habían hecho.

—Si, nadie mencionó eso

Fue lo último que dijo el de ojos marinos antes que el viaje se tornara silencioso por primera vez, al menos así fue hasta que en poco menos de diez minutos el autobús se detuvo en una gasolinera con tienda de compras rápidas.

—Bueno, iremos por unos bocadillos—Comunicó la de trenzas levantándose de su asiento para mirar ahora como Chris asentía sin dudarlo, no tenía que decirlo otra vez, el olor allí la estaba matando.

—Iré con ustedes—Dijo al instante Percy tratando de levantarse de su silla pero fue detenido por ambas chicas que lo obligaron a sentarse diciéndole que se quedara allí—¿Por qué? Huele horrible aquí atrás

Grover olfateo un poco su sudadera, se había duchado esta mañana, pero luego recordó que estaban sentados justo adelante de los baños e hizo una mueca obvia.

Lo olvidó.

—Los monstruos no pueden oler a través de eso—Reiteró Annabeth lentamente para que la información llegara al pequeño cerebro del mestizo—Así que ahí es donde te quiero

Percy rodó sus ojos y miró a la castaña esperando que ella dijera algo como eso, al menos quería escuchar que ella también lo quería allí.

¿Era muy difícil escuchar un "te quiero" de la hija de Artemis? Incluso si era para obligarlo a quedarse allí, el significado de la palabra no cambiaba ¿verdad?

—Vamos—Dijo la de ojos avellanas hacia su amiga evitando la mirada del rubio, ya había soportado bastante de esas en todo el viaje.

Definitivamente nadie le daría una medalla a Percy Jackson si del premio de lo no obvio se tratase; aunque él no lo sabía, Chris había notado mientras fingía estar dormida como muchas veces el rubio verificaba si estaba bien o la veía.

La hacía sentir incómoda porque seguramente la estaba comparando con más campistas que pudo haber traído a la cruzada en lugar de ella.

En esos momentos extraño a Luke para que la hiciera sentir segura justo como lo hacía siempre que hablaba con él cuando escuchaba a los demás mestizos hablar de ella y como es que podía ser la hija de Artemisa si la diosa era una de las mas bellas.

Chris lo odiaba porque muy dentro de ella sabía que no era su madre, nunca lo sería así como jamás podría ser tan linda para alguien, por eso estaba segura que Percy pensaba lo mismo que los demás campistas.

Quizás por eso trataba de evitar ser amable con él, aunque era su actitud habitual, sabía que si no se hacía su amiga, el golpe no sería tan doloroso más adelante cuando la lastime.

—Esperen, quiero votar—Detuvo Jackson ganándose una mirada burlesca por parte de ambas, interesante, pensó la hija de Artemisa volteando de nuevo hacia él—¿Quién piensa que todos deberíamos ir a tomar aire y comprar nuestros propios refrigerios?

—No votaremos—Respondió sin dudar Annabeth al ver como su compañero de misión alzaba la mano

—¡Já, Chris me apoya!—Señaló Percy cuando la castaña levantó su mano para mirarlo

—Oh, solo iba a proponer votar para que dejaras de quejarte y te callaras—Se jactó la mestiza, el de ojos azules soltó un jadeo de indignación cuando ve como la hija de Athena levantó su mano para apoyar a Chris.

—Pues voto para que no votemos—Se defendió Percy ofendido mirando intensamente los oscuros ojos de la chica que le había llamado la atención en el campamento, pero ahora todos esos puntos fueron bajando por su actitud

—Pues voto para que aceptes que perdiste y te quedes aquí, anguila—Manifestó la sin apartarle la mirada los claros orbes que solo le recordaban al océano

Grover y Annie se sintieron fuera de lugar por un segundo, la tensión que se formó entre los mestizos era incómodamente extraña.

Parecían una pareja de recién divorciados.

Oh, caramba, el viaje se está complicando—Comenzó a cantar el satiro mientras aplaudía para ganarse la atención de los tres mestizos ahora—Porque tengo unos amigos que no se llevan bien ¡Santo cielo! Cuando el equipo está irritable, el truco para superarlo es cantar esta canción

—Amigo, ¿Qué haces?—Cuestionó estupefacto el rubio de rizos hacia su mejor amigo

—Es la canción del consenso—Respondió con un tono tierno el pequeño satiro—El verso dos nos incentiva a decir cosas lindas el uno al otro. Luego de dos rondas les impresionaría

—No vamos voy de aquí, Annie... ¿Papas y refresco están bien para ti, anguila?

—Papas y refresco está bien—Admitió Percy por fin, si no podías contra el enemigo; úneteles, la canción de Grover lo había hecho reflexionar sobre lo corto que era la vida para volver a escucharlo cantar—Nuestro sistema de votación está roto—susurró Percy cuando vio al par de amigas bajar del autobús

Ningún decision había sido tan dicil como lo era ahora, ¿Qué debían comprar?

Habían más que refrescos y papas en ese lugar, Chris miró la pila de dulces con el ceño frunció tratando de luchar con su dislexia para ver lo que contenía uno de los empaques.

De todas formas el viaje sería largo.

Sin dudarlo la chica tomó uno de cada uno de los dulces con dificultad entre sus manos para caminar a la caja registradora donde Annabeth la esperaba para pagar.

—Algo está mal—Susurró la de trenzas y Chris sintió la presencia de algo más.

Debían salir de allí.

𝙏𝙃𝙀 𝘼𝙍𝘾𝙃𝙀𝙍 - pjoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora