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—¿Chicas? ¿Están dormidas?—Preguntó Percy después de haber despertada de una pesadillas donde veía un desértico espacio con la sombra de un hombro que le susurra presagios de muerte.
Necesitaba hablar.
—Si—Respondió Annabeth acostada en su literal, no había conciliado el sueño, al menos no como sus otros amigos.
Grover roncaba y Chris fingía estar dormida, lo cierto era que ella tampoco había dormido tan bien desde que asesinaron a Medusa y mandaron su cabeza al Olimpo.
Además de pensar en las consecuencias que eso les traería, no había dejado de soñar con la sombra de un hombre en un extraño lugar, luego de eso todo se tornaba negro mientras escuchaba voces llamando su nombre.
Al menos prefería pensar en eso antes que en Percy.
El rubio suspiró lentamente cuando reconoció la voz de Annabeth, por unos instantes había deseado que fuese Chris quién estuviese despierta para hablar con él.
—¿Thalia, Chris y tú eran muy unidas, no?—Cuestionó de pronto el chico ganándose un instante "si" como respuesta—¿como era?
Chris frunció ligeramente el ceño, ahora agradecía estar en la parte más alta para que ninguno de ellos pudiese verla despierta.
—¿Por qué?
—Fue la última hija prohibida antes que yo ¿no?—Susurró Percy en un tono seguro, todos allí sabían que así era—Habrá pasado por las mismas cosas
—Era fuerte, osea, sabía que era una hija prohibida pero no le importaba—Respondió Annabeth con melancolía, no le gustaba recordar mucho el pasado, menos cuando se trataba de ella—Cuando Luke y Thalia me encontraron, Luke cuidó de mi de inmediato... pero Thalia hizo que me lo ganara
—¿Por eso eres tan dura con conmigo? ¿Debo ganármelo yo también?—Chris sintió que era el momento de dormir de verdad, la conversación se estaba volviendo profunda entre su mejor amiga y la anguila.
No le gustaría seguir escuchándola, al menos así fue hasta que el tema se giró contra ella.
—¿Qué hay de Chris? ¿Ella también debió ganárselo?—preguntó Percy molesto, no se imaginaba a niñas de 7 años tratando de sobrevivir por su vida mientras intentaban ganarse el cuidado de una mestiza.
Silencio.
—Esto no tiene sentido para mi, no debería ser así—Se quejó con perspicacia mientras acomodaba su mano en su cabeza para mirar la última litera donde se suponía que descansaba Chris—Hay que quemar una ofrenda para lograr la atención de los padres. Tuve que derrotar a Clarisse para que mi padre admitiera que es mi padre, no debería funcionar así.
La castaña levantó cuidadosamente su mano para mirar el brazalete de oro en su mano, Percy tenía razón pero él había sido reclamado, habían más personas en el campamento que llevaban años allí siendo ignorados por sus padres.
