Capítulo 1

1.2K 66 5
                                    

Volumen I - "Experimento de aguas profundas"

17. 7. 1990, PM

Llegamos el tercer día al mar colindante de Islandia.

Rhine llevaba a cabo una búsqueda por radar en la cabina del capitán. Hasta ahora, como antes, todavía no hay señales del paradero de las sirenas. Yo soy muy escéptico acerca de si una sirena puede sobrevivir bajo temperaturas de agua tan frías, pero Rhine insiste en que el año pasado encontró una vez unos rastros de sirena aquí.

Según los registros conocidos, las sirenas están clasificadas como criaturas tropicales, pero no quiero dejar que esta pequeña esperanza se esfume.

Es solo que estoy demasiado ansioso por ver un sirenio real.

Espero poder usar mi apodo para continuar la exploración de la misteriosa criatura que incluso el mejor biólogo no fue capaz de explorar.

Escribí estos pensamientos en mi diario antes de mirar inesperadamente hacia la ventanita redonda del camarote del barco, como si esperara que sucedieran cosas inimaginables.

Estaba encapotado y oscuro afuera, solo podía ver el cálido reflejo de la lámpara en la ventana y mi delgado contorno en el reflejo. Cabello negro, ojos negros y la cara cada vez más pálida que se parece notablemente a un drogadicto con sobredosis.

Sonreí. Rhine decía que a veces parezco un lunático cuando actúo paranoico, tal vez sea cierto.

Mientras escribía esta oración, la punta del bolígrafo de repente se enterró profundamente en el papel cuando un repentino desasosiego invadió mi mente. En este momento, un grito de sorpresa llegó desde afuera.

—¡Desharow, mi pequeño Wallace! ¡Sal rápido, hay algo debajo del agua!

Mi mano tembló ferozmente. Con un cuerpo que respondió más rápido que la mente, corrí con grandes zancadas hacia la cabina del capitán y pasé a chocar con Rhine, quien estaba saliendo de la cabina. Me abrazó ferozmente en sus brazos antes de señalar con entusiasmo la pantalla de la cámara de aguas profundas. —¡Wallace, mira, dije que hay sirenios aquí, deberías haberme creído!

Cuando amplié los ojos y me concentré en la sombra móvil en la pantalla, perdí el aliento en un instante.

Es la clara, incomparable y aerodinámica forma de una silueta que muestra una nítida diferencia con respecto a los tiburones y delfines, donde la parte superior de su cuerpo no tiene aletas en ambos lados, sino un par de extremidades abiertas y corrientes como las de los humanos.

Efectivamente, es un sirenio.

—Rápido... ¡lanza rápido la red! Rhine, ¿qué estás esperando todavía?

Casi salté como si despertara de un sueño y golpeé a Rhine en el pecho, pero solo me agarró la muñeca y se rio. —¿Crees que soy lento como tú? Nuestro hedor de casería de tiburones ya confundió a este sirenio, de lo contrario, ¿por qué crees que no se escapa?

—¡¿Tú?!

De inmediato me precipité como un rayo a la cubierta, y efectivamente vi que los marineros a bordo ya se habían puesto su equipo y traje antes de sumergirse y lanzar sus redes bajo el agua. Había boyas luminosas unidas a la red de pesca, las cuales se dispersaban en el mar cuales estrellas en el cielo.

Acechaban bajo el mar undoso mientras los marineros se sumergían; mi corazón las siguió a un costado mientras subían y bajaban. Mis nervios estaban bastante tensos, como si estuvieran bajo la presión del agua.

Este será uno de los descubrimientos más increíbles en la historia de la biología humana.

Con eso en mente, no pude evitar atiesar mi espalda y ponerme de puntillas sobre el mástil del barco, deseando poder sumergirme con los marineros para subir al sirenio.

𝒅𝒆𝒔𝒉𝒂𝒓𝒐𝒘 𝒎𝒆𝒓𝒎𝒂𝒏/𝒏𝒐𝒗𝒆𝒍𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora