capítulo 47

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—Como era de esperarse, aún no te mueres, Desharow

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—Como era de esperarse, aún no te mueres, Desharow.

Una vez que Rhine se quitó el casco, noté que sus ojos estaban inyectados en sangre, como si hubiera sufrido una crisis mental. Inesperadamente, con su mano acarició directamente mi mejilla, como si esa no fuera la misma mano que me empujó del bote.

—¡Maldita sea, bastardo hipócrita!

En un instante, sentí una furia ardiente elevándose en mi corazón, y cuando exploté, ignoré que todavía había un arma apuntándome por detrás. Mi puño cerrado de repente se encontró con la cara de Rhine, haciéndolo caer directo al suelo. Me arrojé sobre él, inmovilizándolo en el suelo, golpeándolo y pateándolo.

Sin embargo, no evitó mis agresiones, y después de soportar firmemente algunos golpes fuertes, de repente se volteó para refrenarme.

Rhine luego me arrastró apresuradamente del suelo antes de apuntar un arma contra mi frente.

—Lo siento, Desharow, pero siempre y cuando nos sigas obedientemente, te prometo que no dejaré que ningún daño vuelva a sucederte —dijo Rhine con voz baja y ronca, un tono que intentaba asesorarme.

Me burlé desdeñosamente y escupí el polvo que se encontraba en mi boca. —No te culpo, solo estabas llevando a cabo tu misión. Simplemente estaba golpeando al mentor cuya boca estaba llena de mentiras, no al tú que está parado aquí ahora. Pero ya no somos camaradas, Rhine. No obtendrán nada de mí solo atrapándome. Mira la situación en la que te encuentras en este momento.

En tanto decía esto, evalué la situación: el lado de Lafarre y los hombres armados detrás de Rhine se apuntaban las armas entre sí. Miré subconscientemente hacia la sombra oscura dentro de los árboles; Agares residía allí y obviamente estaba esperando una oportunidad para atacar, pero el verdadero problema radicaba en si lo habían visto o no.

Sakarol mostró una fría mueca y dijo: —Lo siento, no lo creo. Pequeño licenciado, no estamos aquí para capturarte, solo te queremos... pues pareces tener cierto tipo de efecto en las personas. Los hombres de nuestra tropa alguna vez encomiable se han convertido rápidamente en perros locos solo por estar aquí. —Entonces se acercó aún más a mi oído, susurrando—. Además, parece que eres un cebo de pescado irremplazable. ¿Acaso creíste que no estaba al tanto de esa sirena macho que seguía nuestro bote en ese momento? ¡Parece que no había probado suficiente de tu trasero en el laboratorio!

La voz de Sakarol fue como un rayo golpeando mi oído, haciéndome ruborizar de vergüenza y enojo instantáneamente. Le respondí, —¡Zorra asquerosa, cállate la boca! Ugh-

Antes de que el resto de mis palabras pudieran caer, mi cuello fue estrangulado por sus dedos delgados, pero fuertes. Sus afiladas uñas se enterraron en mi piel con dureza, y por el rabillo del ojo, vi que Rhine había palidecido abruptamente antes de gritar, —¡Coronel Sakarol!

𝒅𝒆𝒔𝒉𝒂𝒓𝒐𝒘 𝒎𝒆𝒓𝒎𝒂𝒏/𝒏𝒐𝒗𝒆𝒍𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora