capítulo 35

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Una horrible sensación de hundimiento que podía hacer que el pelo se erizara me presionó la cara cual aire presurizado, dificultándome la respiración

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Una horrible sensación de hundimiento que podía hacer que el pelo se erizara me presionó la cara cual aire presurizado, dificultándome la respiración. Solo me quedé allí durante un par de segundos antes de darme la vuelta para intentar escapar. Sin embargo, mi camino se vio inmediatamente obstruido por las oscuras sombras humanoides que emergían una por una del mar.

Me puse rígido ante la escena y me quedé completamente congelado. Las sirenas estaban apiñadas, sus figuras ocultas bajo la fría y clara luz de la luna, pero poco a poco, bajo el tenue resplandor, los contornos de sus sombras se hicieron más nítidos.

Mis ojos se ampliaron con sorpresa. ¡Este grupo de sirenas eran tan hermosas como Lilith! Sus cabellos como algas colgaban sueltos sobre sus hombros níveos y similares al jade, y sus cuerpos estaban bastante bien dotados y atractivos. Sus ojos reflejaban el brillo del agua, haciéndolos aún más cautivadores en comparación con gemas lustrosas y límpidas. Hubiera sido muy difícil para cualquier hombre resistirse al estar rodeado de grupos de seductoras demonios, y yo no fui la excepción, pues su belleza me dejó tonto y me quedé enraizado en el lugar.

El grupo de sirenas pronto nadó más cerca mío, y cuando todos sus ojos se centraron en mí, sentí escalofríos inmediatos.

Estaban sonriendo, parecían no tener intenciones maliciosas. Sin embargo, sus ojos contaban una historia diferente. No podía describir qué tipo de aspecto era, pero si tuviera que exponerlo, sería como si me vieran como un paciente enfermo y al borde de la muerte recostado en una mesa de operaciones, o como una ofrenda de sacrificio.

—Hola... ustedes...

Exprimí esas cuantas palabras de manera temblorosa, pero en una fracción de segundo, todas desaparecieron de la superficie del agua sin dejar rastro. Al momento siguiente, mi cuerpo de repente dejó de pesar, y debajo de mí sentí que numerosos pares de manos pálidas me levantaban del agua. Suponiendo que esto fuera en tierra, me sentiría como un idol siendo cargado por un grupo de señoritas hermosas. Empero, con esta situación solo pude sentir una sensación de temor mientras mis nervios se mantenían en suspensión. Con una corazonada, me di cuenta de lo que estaba sucediendo y forcejeé. Había pensado en gritar y pedirle ayuda a Agares, mas mi boca había sido sellada por dedos palmeados. ¡Ahora, tanto mis brazos como mis piernas estaban siendo firmemente sujetados, y era casi como si fuera un cordero esperando ser sacrificado!

Dios, ¿qué quieren hacer?

Casi me asfixio por estar demasiado nervioso, y con mucha dificultad, levanté la cabeza para mirar a mi alrededor con los ojos abiertos en demasía. El penetrante viento frío del mar se convirtió en el mayor miedo de mi cuerpo, ya que me atacaba por todas partes y me hacía tiritar intensamente. Al mirar impotente, vislumbré que un pequeño remolino se formaba a mi derecha y, en el centro, se podía ver una sombra flotando hacia arriba desde las profundidades del mar. Como un fantasma, una cabeza apareció de la nada en medio de las olas.

𝒅𝒆𝒔𝒉𝒂𝒓𝒐𝒘 𝒎𝒆𝒓𝒎𝒂𝒏/𝒏𝒐𝒗𝒆𝒍𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora